En apenas unas semanas, el Consell de Ibiza ha cerrado un acuerdo con los ayuntamientos para revisar la orden de carga del sector del taxi con la incorporación del uso del sistema de geolocalización GPS y, como principal novedad, la medida de que los taxímetros dejen de tarifar cuando se supere la velocidad de 100 kilómetros por hora, el máximo permitido en la red viaria insular.

Se espera que se pueda aplicar el próximo verano, a pesar de que el Govern debe aprobarlo tras el visto bueno del Consell Consultiu. El vicepresidente segundo del Consell, Javier Torres, recuerda que el conseller balear de Movilidad, Marc Pons, se comprometió a tramitar la propuesta que le hiciera llegar la institución insular.

Mientras tanto, Vila mantendrá la prohibición, precisamente por la falta de regulación, de que los dos operadores del GPS den servicios a taxis de fuera del municipio. Cuando entre en vigor la nueva orden de carga, con las reglas de uso del GPS, en Vila se funcionará como en el resto de municipios. «Con esto se evita el caos que se podría haber generado», dice Torres.

El vicepresidente se reunió ayer lunes por la tarde con los concejales de Movilidad de los ayuntamientos para cerrar el acuerdo. Vila y Sant Joan excusaron su ausencia, aunque previamente ya habían acordado con la institución los cambios en el documento, según Torres.

Todos los ayuntamientos dieron el visto bueno a que los taxímetros no tarifen cuando se superen los 100 km/h. Pese a que esta cuestión no se ha abordado con el sector, Torres dice que «no debe haber ningún problema en que se cumpla la ley».

En este sentido, recuerda que, salvo en dos tramos de 400 metros de la autovía de Sant Antoni en los que se puede circular a más de 100 km/h, la velocidad máxima permitida en el resto de la red viaria es de 90 km/h. «Es una medida más, que se aplica mientras se transportan pasajeros, para garantizar la seguridad vial y de los usuarios», recalca Torres, que indica que la configuración de los taxímetros es una cuestión técnica y recuerda las duras sanciones que implica la modificación ilegal de los aparatos que calculan el coste del servicio.

Finalmente, las prioridades que marcarán los operadores de GPS a la hora de asignar los servicios serán las siguientes: si a 300 metros a la redonda (la propuesta inicial era 100 metros), hay una parada y vehículos esperando, estos serán la primera opción, pero si no hay una zona de estacionamiento el taxi que esté más cerca, independientemente del municipio al que pertenezca, será el escogido para cubrir el servicio.

Otra de las novedades acordadas por el Consell con los ayuntamientos es la de garantizar que, durante el verano, al menos un 15% de los taxis estén localizables en su municipio. «A veces llamas a un taxi, y no hay, porque todos están cubriendo servicios en otras zonas de la isla», argumenta Torres, que explica que se irán estableciendo «turnos de guardia rotativos». Es decir, el 15% de las licencias que estén cubriendo el turno sólo podrán cargar dentro de su municipio y volver vacíos a su zona para «garantizar un servicio mínimo».

También se cerró un acuerdo sobre el uniforme de los taxistas: pantalones de color camel con polo o camisa blanca, con el escudo municipal bordado y una chapa identificativa con el nombre del municipio y la licencia del taxi. En invierno, los taxistas podrán llevar una chaqueta fina de color camel (tipo cárdigan) y chaleco de plumas azul marino. El calzado serán unas deportivas también de azul marino. Las ordenanzas municipales deberán incluir el 15% de licencias de guardia y los uniformes.