Trabajadores de la fiesta Supermartxé, que el pasado verano cumplió el undécimo aniversario de su desembarco en Ibiza, denuncian que la promotora dejó de pagarles los salarios de las tres últimas fiestas de la temporada que, según aseguran, en algunos casos llegan a los dos mil euros. Tras varios meses insistiendo para recibir sus emolumentos, recibiendo por respuesta acusaciones mutuas por parte de los socios responsables, finalmente algunos han podido cobrar, pero solo la mitad del dinero que les correspondía y a cambio de firmar un documento por el que renunciaban al resto y, al mismo tiempo, a presentar una denuncia por estos hechos.

Al menos dos de los trabajadores han presentado demanda contra la sociedad limitada madrileña bajo la que fueron contratados el último verano, No Limits Dream Big. Es el caso del bailarín Kid Jorge, que también denuncia haber recibido amenazas en las respuestas que recibía al reclamar sus salarios.

«Se han ido sin pagar a más de 70 personas y, como muchos de los trabajadores son extranjeros y tenían que regresar a sus países, no han presentado denuncia», explica Jorge. Antes de que formalizara su demanda ante el Juzgado de los Social de Palma, No Limits Dream Big S. L., fue citada al acto de conciliación el Tribunal de Mediación y Arbitraje y Mediación de les Illes Balears (Tamib), aunque no se presentó.

La coordinadora de bailarinas de las últimas temporadas de Supermartxé en Eivissa, Jessica Lázaro, también ha presentado demanda, aunque está pendiente de la convocatoria del Tamib. «A mí me deben 1.400 euros desde que dejaron de pagar a final de temporada y nos fueron dando largas», explica. «Hasta que uno de los socios se puso en contacto con uno de los trabajadores del apartado de animación para comunicarnos que solo estaban dispuestos a pagarnos el 50% de lo que nos debían». Ella renunció a este acuerdo. «Ya que torean a la gente, yo voy a luchar por mis derechos», subraya.

Renuncia por escrito

Otros trabajadores, que prefieren guardar el anonimato, han explicado que tuvieron que firmar un escrito, del que ni les dieron copia ni permitieron fotografiar, a cambio de recibir un sobre con la mitad de la deuda, aunque alguno asegura que solo recibió el 20%. «Yo firmé y ya está, porque era demasiado tiempo discutiendo y ya veía que no iba a llegar a ningún lado», se resigna uno de ellos. También aportan conversaciones de Whatsapp con algunos de los socios en los que se pasan la pelota uno a otro y aseguran que están a la espera de recibir el dinero para hacer frente a los pagos.

El fundador de Supermartxé, José Antonio Barea, conocido como Nano, se desentiende del tema y asegura que, esta última temporada, él ya no era el propietario de la fiesta, que se popularizó en la discoteca Fabrik de Madrid y que en Ibiza se ha celebrado en la discoteca Privilege.

«Supermartxé ya no es mi marca, este verano estaba solo como director y también me echaron», asegura el promotor. «Soy un perjudicado, porque se han quedado algo que he creado yo, me ponen de director para que lo arranque y luego me quitan de en medio», justifica.

En cambio, los trabajadores culpan también a la gestión de Barea de estos impagos. «Nano nunca se presentó en una reunión que había en Madrid con sus socios capitalistas para explicar dónde había ido a parar ese dinero, no se presentó», insisten.

Este diario se ha puesto en contacto con la promotora madrileña First Group, los actuales responsables de la marca Supermartxé y de No Limits Dream Big S. L., para conocer su versión de los hechos, aunque, de momento, no ha recibido respuesta.