«Damas y caballeros, tengo un grave anuncio que hacer. Por increíble que parezca, tanto las observaciones de la ciencia como la evidencia de nuestros ojos conducen a la deducción ineludible de que esos seres extraños que aterrizaron esta noche en las tierras de cultivo de Jersey son la vanguardia de un ejército invasor del planeta Marte». Cuando, el 30 de octubre de 1938, Orson Welles hizo historia en la radio narrando en directo la adaptación de 'La guerra de los mundos', sólo prendió fuego a una mecha en una sociedad sugestionada por los supuestos canales en Marte que el astrónomo Percival Lowell interpretara como signos de vida inteligente y con el precedente de una primera oleada de aeronaves -no se llamaron ovnis sino dirigibles fantasma-, que los medios de comunicación extendieron desde Estados Unidos a buena parte del mundo a finales del XIX.

Los avistamientos de platillos volantes hacen correr ríos de tinta, como suele decirse, una década más tarde, concretamente en el año 1950, con Roswell aún reciente (el recurrente caso de un objeto que se estrelló en julio del 47 en Nuevo México). Es el año en el que el físico Enrico Fermi -planteando un debate serio sobre el asunto y ante el hecho de que ninguno de los expedientes sobre visitas alienígenas ha quedado probado- formula su famosa paradoja: si el Universo está lleno de extraterrestres, ¿dónde está todo el mundo? El auténtico fenómeno ovni se fragua en los 50 en Estados Unidos y se internacionaliza en los 70, cuando los ufólogos reivindican para sus aficiones el estatus de ciencia, rescatan el incidente Roswell y se empecinan en elaborar arriesgadas teorías de la conspiración en las que, indefectiblemente, el gobierno estadounidense oculta un par de cadáveres alienígenas abiertos en canal en un almacén.

Entrando en los 50, las noticias sobre platillos volantes no son una rareza en las páginas de Diario de Ibiza. Y si al inicio las informaciones se refieren a casos de la península o preferentemente extranjeros, el fenómeno no tarda en llegar a las islas. El viernes 31 de marzo, la mitad de la portada está dedicada a la aparición de uno de estos objetos -que generalmente se consideran procedentes de Marte- en la isla de Mallorca.

Marcha giratoria del aparato

El aparato, tan grande como se ve la Luna, tendría las características normales de una nave alienígena: «La marcha del platillo era giratoria, como la de los molinetes de los fuegos artificiales» y «tiene ligera forma ovoidal, con una especie de cinco colas luminosas». El avistamiento es portada en periódicos de buena parte del mundo, desde el diario de la noche Madrid hasta El Universo, de Ecuador, porque no sólo es el primer platillo de Balears sino que parece ser que también es el primero que se fotografía en el mundo.

Antes de que pase un mes, el 9 de abril, una página de es Diari se inicia así: «En la Redacción de este Diario se recibió la noticia de que en ciertas partes de Ibiza, principalmente en la parte Norte, se habían visto 'platillos volantes', cruzando el espacio a gran altura, acompañados de potente zumbido, aureolados de cegadora luminosidad y con una velocidad desenfrenada». El autor del texto decide trasladarse a la Cova d'en Marçà para comprobarlo, pero, cabe suponer que ante el escaso éxito de su misión, redacta una crónica a todas luces burlesca y en clave de humor de un encuentro extraterrestre.

El 5 de octubre de 1951, el tono es más serio y el diario publica una entrevista a un marinero del motovelero 'Joven Teresa' que afirma que cerca de Cala Espart, al regresar de cargar madera en Cala d'en Serra, él y la tripulación vieron «una cosa en forma de embudo, brillante, que se paraba en el vacío y que podía comprenderse que era dominada o gobernada por alguien». Al día siguiente, al menos otros siete ciudadanos afirman haber visto el objeto, desde Sant Mateu e incluso desde el colegio de sa Graduada.

La nave nodriza

Lo cierto es que en esos años los casos son aún esporádicos en Diario de Ibiza, aunque en la década de los 80 los especialistas del fenómeno harán alusión frecuente a la «nave nodriza» avistada entre Mallorca y Eivissa el 17 de junio de 1953, que se hizo famosa al ser citada en libros de conocidos ufólogos. Lo mejor estaba por llegar, pero lo haría cuando los platillos volantes pasaran a llamarse ovnis. El físico teórico Stephen Webb, en su libro 'Si el universo está lleno de extraterrestres, ¿dónde está todo el mundo?' (en el que se plantean soluciones a la paradoja de Fermi y la posibilidad de vida extraterrestre), pone fecha al primer avistamiento de un platillo volante. Fue el 24 de junio de 1947. Un piloto sobrevolaba la cordillera de las Cascadas con su avioneta privada cuando vio unos objetos que se deslizaban como «platos sobre un estanque». Y la prensa empezó a hablar de platillos volantes. El término OVNI (objeto volante no identificado; UFO en inglés), más neutral, fue acuñado por el oficial de las fuerzas aéreas Edward Ruppelt hacia el año 53. Sin embargo, hasta mediados de los 60, Diario de Ibiza y la mayor parte de la prensa española aún seguirá hablando de platillos volantes.

En octubre de 1965, el diario ibicenco recoge testimonios de «un extraño fenómeno» avistado por los empleados del turno nocturno de GESA (que llamaron al periódico) y por la tripulación de un DC-4 de Aviaco, que informó a Diario de Mallorca. Lo interesante en este caso es que en la noticia puede leerse este párrafo: «¿Platillos volantes sobre Ibiza, sobre Mallorca, sobre Menorca...? Creemos que sí, aunque quizás sea mejor emplear para su denominación ese eufemismo de moda: objeto volante no identificado».

Avistamientos

A finales de los 60, la portada de Diario de Ibiza sigue dejando espacio a noticias de ovnis llegadas a través de la agencia Efe desde diversas partes del mundo. En la portada del viernes 13 de septiembre de 1968 puede leerse este titular: 'Presencian el choque de dos astronaves de ignorados mundos'. Fue en México. Y, el 4 de octubre, los avistamientos regresan a Ibiza y es Diari dedica al tema una breve nota titulada '¿Ovnis, ayer, sobre Ibiza?' (la fórmula de la interrogación será corriente en este tipo de informaciones), recogiendo declaraciones de una empleada del aeropuerto que asegura haber visto «una cosa redonda, brillante como un espejo, plateada como la luna de grande» que descendió del cielo detrás de las montañas.

Días después, un redactor se traslada a Formentera porque existen «rumores» de que unos turistas han visto luces sobre algunas playas, aunque hay que suponer que él no las vio, porque acaba hablando de los buenos precios y de la excelente calidad de la Fonda Platé.

Exploración de Marte

Hay que decir que el año 68 fue el año en el que la televisión emitió la serie de ciencia ficción 'Los invasores'. Y el Ministerio de Defensa avivó el fuego enviando a los medios una nota de prensa (Diario de Ibiza la publicó en su portada del 6 de diciembre) pidiendo a los ciudadanos que informaran de cualquier avistamiento. Ese mismo año, cinco chicos de la isla forman un grupo de música y deciden llamarlo los ovnis. Las bases para que se produjera lo que daría en llamarse 'oleada ovni' estaban puestas.

Llegan los 70 y la NASA inicia la exploración de Marte con el programa Mariner, al que sucederán las sondas Viking. Y a la ecuación marciana, al contexto general, se suma en Diario de Ibiza un equipo redactor sensible a la materia al que podrá recurrir cualquier ciudadano que haya visto algo extraño en los cielos isleños. La tormenta perfecta. Desde mediados de la década, es Diari se llena de dibujos de naves espaciales, extraterrestres y testimonios asombrosos. El culmen será cuando los extraterrestres decidan que, en lugar de ponerse en contacto con el líder del mundo o, en su defecto, con el presidente de Estados Unidos, es preferible llamar por teléfono a un redactor de un periódico local de una discreta isla mediterránea.

Se inicia la época -desde mitad de los 70 hasta mediados de los 80- en la que el tema ovni ofrece a los lectores de es Diari titulares tan suculentos como '¿Una base submarina de ovnis en Ibiza?', 'Avalancha ovni en todo el mundo', 'Un ovni persiguió a un muchacho durante más de 200 metros', 'Un ovni quemó un sembrado de trigo en Formentera' o '¿Encuentro en la segunda fase en Ibiza?'. Un extraterrestre de Ganímedes llamado OLM escribe cartas al director y se crean grupos de aficionados que se dedican a buscar fenómenos extraños y luminosos en las noches pitiusas. Uno de ellos es el Grupo de Investigación Especial que, en el citado caso de Formentera, realiza una de sus investigaciones, recoge muestras, asegura que no han hallado «vestigios de contaminación radiactiva» y fotografía las huellas del aterrizaje ovni, que llegó, en un alarde de originalidad, acompañado de interferencias en las televisiones y vegetación quemada.

En la mayoría de las ocasiones, los avistamientos nunca serán explicados. A veces sí lo son; en la portada del 18 de febrero de 1975, el titular principal rectifica que 'No eran ovnis los cuerpos que ayer poblaron al anochecer el cielo de Ibiza'. Y en el texto puede leerse que las luces misteriosas eran nada menos que los planetas Júpiter y Venus en conjunción. A decir verdad, confundir la luminosa presencia de estos planetas con naves espaciales es un clásico del mundillo ufológico.

El 29 de octubre, intentando resarcirse del error, se informa de que nueve ovnis volaron «en formación» elevándose «a la altura de Cap Nonó, con una inclinación aproximada de 30 grados, hacia la Conejera», añadiendo que «la flotilla de nueve ovnis nos confirma la teoría de que dichos aparatos vuelan normalmente en número casi siempre múltiple de tres.

Definitivamente, lo que volaba el lunes por la noche sobre el mar ibicenco no eran nueve Venus». A pesar de los precedentes, el mismo planeta vuelve a ser protagonista de numerosos avistamientos ovni en el año 77. También hubo meteoritos sospechosos de ser naves espaciales. Y satélites rusos y globos sonda: «todo parece indicar que lo que avistaron miles de personas la tarde del 6 de agosto desde Mallorca, Ibiza y Formentera era efectivamente un globo sonda especial» (18 de agosto de 1977).

Base submarina de ovnis

Y destacable es que sa Conillera se convierte a partir de esas fechas en escenario privilegiado de los avistamientos. Es en este islote en el que se sitúa la primera base submarina de ovnis del país, del Mediterráneo y quizás del mundo entero, antes de que es Vedrà cobrara un protagonismo en el tema que en la actualidad sigue ostentando. Se empieza entonces a hablar de triángulos (el que se dibuja entre Mallorca y Eivissa y el que une es Vedrà con costas del Levante español) y de brújulas y palomas que pierden el norte, «siempre y cuando crucen una franja electromagnética que ocupa la zona noroeste de la isla, en un triángulo que engloba Valencia-Ibiza» (DI, 22 de marzo de 1977).

En un breve resumen de los casos más extraordinarios, publicado en febrero de 1982, se hace referencia a la década anterior y al «objeto brillante que apareció en distintas fechas en la vertical del islote Conejera, y que en una ocasión absorbió la luz del faro durante un minuto y medio para después descender hasta el nivel del mar y desaparecer». El domingo 20 de febrero de 1977, el suplemento dominical de Diario de Ibiza abre con esta pregunta: '¿Una base submarina de ovnis en Ibiza?'. Se incluye un mapa y se asegura que «el mar es el escondite ideal para cualquier visitante exterior que quisiera pasar desapercibido». El 13 de marzo se apunta que «ya son varias las bocas autorizadas que hablan de muchas posibilidades sobre el hogar de los marcianos al Norte de Ibiza, detrás de sa Coniera». Las informaciones de pescadores y marineros que hayan visto luces en el mar son las más ansiadas y destacadas. El 21 de mayo «de nuevo han sido observadas naves extraterrestres en el cielo de Ibiza. Y de nuevo, una vez más, sobre la Conejera». En esta ocasión, el redactor incluso se refiere a los ovnis como veds (vehículo espacial dirigido), por considerarlo más «lógico», pero la fórmula no cuajará.

Tampoco hay que olvidar, para crear el contexto preciso, que en esta época, Televisión Española emite el programa 'Más allá', de Jiménez del Oso (que en el 81 pasa a llamarse 'La puerta del misterio'). A finales de los 70, cada viernes, se emite también la serie americana 'Investigación OVNI', que durante meses seguirá a 'El hombre y la tierra' de Félix Rodríguez de la Fuente en la parrilla televisiva. Y la serie animada preferida por los niños en 1980 es 'La batalla de los planetas', las aventuras de un comando que tiene por misión proteger la tierra de los ataques de seres de otras galaxias.