«El premio a Can Lluc es un reconocimiento al trabajo de muchos años», valora Lucas Prats, copropietario de este agroturismo ibicenco junto a su esposa, Tina Soriano, tras recibir el 21 de enero el premio al Mejor producto internacional 2019 que entrega Rusticae, un club de calidad del que forman parte unos 200 hoteles de España, Portugal, Marruecos y Argentina.

«Cualquier distinción es un estímulo y una recompensa todo el esfuerzo. Además, para nuestro abuelo [José Prats, fallecido en 1993] sería un orgullo ver cómo mantenemos la finca, ya que él luchó para conservarla», explica Prats a este diario. Su principal clientela está formada por extranjeros, sobre todo procedente de Inglaterra, Alemania, Francia, Austria y Bélgica, entre otros países. «Desde que comenzamos vamos a todas las ferias y nos promocionamos mucho en el extranjero», señala el dueño de este agroturismo, que alberga una casa payesa anterior al siglo XIX, situada a 2,8 kilómetros de Sant Rafel.

A continuación, Prats resalta las mejoras llevadas a cabo durante los últimos años. «Toda la inversión nos ha dado muy buen resultado y mejorado nuestra presencia internacional. Las mejoras las hicimos en los peores años, los de la crisis», rememora Prats. De hecho, en 2009 ampliaron el número de habitaciones «de diseño minimalista». Aparte de las instalaciones, Prats remarca que entre sus prioridades está cuidar al máximo «el entorno y ofrecer a los clientes un espacio muy tranquilo».

Por último, el copropietario del agrosturismo Can Lluc hace referencia a sus expectativas para esta temporada: «Creo que vamos mejor que los veranos anteriores, que hubo una bajada en la ocupación durante los meses de julio y agosto. Este año parece que hay más movimiento y noto un aumento en las reservas», concluye Prats.