Sólo el 0,3% de la energía producida en Ibiza durante el año 2019 fue renovable (la que usa recursos limpios e inagotables de la naturaleza, como el sol o el viento). Es el porcentaje más bajo de toda la Comunitat Autònoma, donde Formentera produjo el 12,7%, Menorca el 2,5% y Mallorca el 4,7%.

La distancia entre la producción renovable ibicenca (e incluso balear) y la española es abismal. Ese 0,3% que se crea en Eivissa resulta casi ridículo si se compara con el 36,8% de media generada en España el pasado año a partir de energías limpias.

Durante el pasado año, Ibiza produjo, sobre todo a través de la central de Endesa en Vila, 411.321,4 megavatios-hora (MWh), de los que 410.060,6 MWh eran no renovables (la energía creada a partir de recursos limitados, como los combustibles fósiles, es decir, el petróleo o el gas) y sólo 1.260,8 MWh eran de origen renovable. Llama la atención que la producción limpia de Formentera fuera el doble que la ibicenca: en 2019 se generaron en la pitiusa menor 2.544,6 MWh.

Incluso Menorca supera a Ibiza en esa estadística, según los datos suministrados por Red Eléctrica Española. El pasado año se produjeron en esa isla un total de 490.171 MWh, de los que 12.536 eran renovables (gracias a sus instalaciones solares y eólica), diez veces más que en Ibiza. En Mallorca llegaron a los 246.510 megavatios-hora en 2019.

Aun así, y según los datos suministrados por el Instituto Balear de Estadística (Ibestat) a partir de la información suministrada por Red Eléctrica Española, la producción de energía renovable en Ibiza (fotovoltaica) aumentó un 102% el pasado ejercicio respecto a 2018. En el caso de Formentera (también fotovoltaica), el incremento interanual fue del 77,4%.

Respecto a la energía demandada, en las Pitiusas se alcanzaron los 997.503,5 megavatios-hora, un 1,37% más que durante todo el año 2018. Se trata de un nuevo récord, si bien es raro que la demanda descienda: en los últimos 20 años sólo ocurrió en una ocasión, en 2013, cuando bajó un 1,7%.

Sólo durante los años de la crisis (entre 2009 y 2011) se registraron porcentajes más bajos de demanda que el de 2019: fueron del 0,3%, 1,1% y 1,1%, respectivamente. El consumo energético es uno de los indicadores de la situación económica, como el de producción y venta de vehículos. No hay que olvidar, en ese sentido, que cuando la economía pitiusa iba a toda vela, en los lejanos tiempos del boom inmobiliario, los incrementos interanuales de demanda de energía oscilaron entre el 14,7% de 2003, el 6,1% de 2005 y el 3% de 2015, 2016 y 2017.

Por islas, la demanda de Ibiza llegó en 2019 a los 933.259,7 MWh, un 1,2% más que un año antes. Y la de Formentera fue de 64.243,7 MWh, un 3,3% más en términos interanuales.

El aumento de demanda que hubo en Eivissa fue similar al de Mallorca, donde fue de 4.611.737,7 megavatios-hora, un 1,3% más que un año antes. Y en Menorca también fue parecido: allí la demanda fue de 490.171,6 MWh, un 1,2% superior a la de 2018.