Corona es un diminuto planeta situado en el borde exterior de la galaxia. En él un grupo de irreductibles resiste ajeno y alejado de la lucha que se libra en el otro extremo entre el Imperio y los rebeldes por el control de las recetas de matanzas. Una batalla interestelar entre los que defienden el arroz contra los partidarios de la frita. Unos realizan un campeonato mundial. Los otros un concurso interestelar. (Ver galería de imágenes)

En Corona sin embargo no quieren líos y se limitan a tratar de preservar la tradición de un plato que era la estrella en días señalados en la Ibiza de antaño. El héroe de esta historia es el sofrit pagès. Un plato humilde aunque elaborado y laborioso.

«Lo nuestro no es mundial ni galáctico. Es solo un concurso por la tradición de este plato y para pasarlo bien», explica una de sus organizadoras, Maria Ferrer.

El jurado del II Concurso de Sofrit Pagès de Corona tiene la sagrada misión de preservar la pureza de una receta que ha pasado entre generaciones hasta nuestros días.

Toni, el cocinero que ofrece sofrit para 250 personas (al final se vendieron 290 tiques) y que no compite, detalla los ingredientes del plato. «Lleva carne de pollo y cordero, patató [patata ibicenca pequeña y redonda], sobrasada y botifarró, una picada de hígado de pollo con perejil y ajo, además de una salsa a base de ajo, caldo de carne, pimiento verde y rojo y judías verdes y un poco de tomate».

Concurso de sofrit pagès en Santa Agnès

Concurso de sofrit pagès en Santa Agnès

La carne se hierve primero antes de mezclarla con la patata, la picada, el botifarró, la sobrasada y la salsa y se fríe todo. «De ahí viene su nombre», explica Miguel, miembro del equipo 'Aires des pla de Corona' junto a Eva y Pilar.

Sin embargo, en este irreductible planeta no todo es uniformidad. Igual que en el mundo del arroz de matanzas los hay que piensan que los que le añaden canela han sido atraídos y atrapados por el lado oscuro de la fuerza, en el del sofrit los hay que creen que los que le ponen calamares o zanahoria han caído víctimas del reverso tenebroso.

«Esto es como todo. hay una base que son los productos principales y luego cada uno, en cada casa se le añaden toques diferentes. Yo sé que hay gente que le pone calamar y si son pescadores es normal. No les juzgo, pero a mí no me parece que le vaya bien al plato», confiesa Miguel.

Maria, por su parte es más tajante cuando se le recuerda que en la edición anterior los jueces descalificaron varios platos por llevar calamar o alcachofa. «Me da igual. Que en Corona lo hagan como quieran. Yo lo hago como lo hacía mi abuela, sin tomate y con alcachofa», aclara. Maria es la figa jefe de su equipo. Es la cocinera de 'Ses Figues' que se llaman así porque en el núcleo del equipo son todas mujeres y en total son veinte personas, uno de los más numerosos.

Entre estos dos equipos está el del instituto sa Serra de Sant Antoni que hicieron una prueba el viernes y les salió «muy bueno».

El nombre de los equipos es otro de los puntos a destacar, junto con la decoración que han ideado para sus puestos en respuesta a la organización y el premio que han creado para este apartado. Así, destacan 'Xarop de bastó', 'Es mal sufrits', 'Es pagesos sofrits' o 'Las chicas platino'.

'Can Tinflas', es un grupo en el que todos van disfrazados como el genial humorista mexicano. Martín reconoce que la idea del nombre ha sido suya, así como la del nombre. Su cocinera se llama Rosario y ella le echa zanahorias al plato. «Ya sé que son estrictos con los ingredientes que permiten, pero yo lo hago así. En el curso que nos dio José Miguel Bonet de Es Ventall, lo hizo con guisantes, setas y pato», detalla Rosario.

Al lado está el equipo de 'Ca s'Hereva', que van vestidos de cocineros con micrófonos al estilo showcooking y con una pancarta en la que se lee: 'Corona Fusión'. Cati, su responsable afirma: «¿Qué es más fusión que lo que hacían nuestros abuelos con lo poco que tenían?». A Cati le parece mal que los jueces sean tan estrictos con los ingredientes. «Nosotros le echamos calamar porque una parte de la familia eran pescadores. Además, no podía ser el mismo sofrit el que se hacía en Navidad que el que se hacía en junio, porque los productos disponibles no eran los mismos», aclara.

Después del sofrit había café caleta. Sin duda, a todos ellos les acompañará la fuerza.