Reuniones, revisión de protocolos, propuestas, más reuniones... y ninguna medida efectiva. Agentes policiales y educadores coinciden en que las iniciativas tomadas por el Consell de Mallorca tras el escándalo por los extendidos casos de explotación sexual de niñas fugadas de centros de protección destapado por Diario de Mallorca hace dos semanas no han servido de nada. Durante los últimos días se han incrementado las denuncias de los trabajadores de centros que detectan casos de menores que habrían sido explotadas sexualmente. Algunas de las niñas alardean de dinero tras estas fugas, lo que propicia, según explican, un efecto imitación entre sus compañeras.

Educadores de centros de protección de Mallorca han detectado durante los últimos días nuevos casos de adolescentes que podrían haber sufrido abusos sexuales durante su fuga. Los expertos del sector consideran que el incremento de denuncias derivaría de una mayor sensibilización entre los trabajadores, y por otro lado al hecho de que la niñas se puedan sentir más respaldadas a la hora de relatar los abusos, tras la repercusión social del escándalo. Por otro lado, también alertan del efecto imitación que provocan algunas de las menores, que alardean de dinero tras regresar al centro, como ocurrió hace dos días en uno localizado en la isla.

Los expertos consultados, tanto policiales como trabajadores de los centros, insisten en que no hay constancia de una red organizada que se dedique a la prostitución de menores. Apuntan a que el fenómeno es más bien "una conducta normalizada y extendida" entre las niñas acogidas a estos centros de protección, que no son conscientes de que están siendo abusadas.

Web de contactos

Los profesionales son conscientes de que los menores de distintos centros mantienen contactos entre sí. Muchos de ellos se reúnen en las inmediaciones de la plaza de España durante sus fugas. Existen varios pisos okupas en los que se juntan para beber o consumir droga y hay constancia de varias viviendas en las que serían prostituidas. También se ha constatado que una conocida web de contactos de prostitución es utilizada por menores para acordar encuentros con adultos.

Mientras tanto, los responsables del Institut Mallorquí d'Afers Socials (IMAS) han mantenido varias reuniones de la denominada Comisión Insular de Explotación Sexual Infantil, en la que participan responsables de las Fuerzas de Seguridad del Estado y representantes de diferentes entidades que gestionan los centros de protección.

La última reunión fue el pasado miércoles. Entre los acuerdos alcanzados, según explicó el presidente del IMAS, Javier de Juan, estaba la puesta en marcha de una campaña de sensibilización, la creación de un nuevo centro para tutelar a las niñas víctimas de explotación sexual, solicitar que los casos de fuga de las menores pasen a ser considerados por los cuerpos policiales como de riesgo alto, y actualizar la formación de los educadores para detectar los posibles casos de abusos sexuales. Tras la publicación de la noticia, el IMAS admitió tener conocimiento de dieciséis casos de explotación infantil de menores acogidos en centros de protección de Mallorca. Sin embargo, los expertos consultados elevan esta cifra a varias decenas.

Consideran inviable declarar de "alto riesgo" todas las fugas

Una de las propuestas anunciadas por el presidente del IMAS, Javier de Juan, fue que las Fuerzas de Seguridad del Estado pasaran a considerar de "alto riesgo" las denuncias de menores que no retornan a los centros de protección, o a parte de ellas. "La Policía debe destinar todos los recursos disponibles a la búsqueda de estas chicas", apuntó de Juan.

La iniciativa ha sido elevada a la Secretaría de Estado de Seguridad y está siendo estudiada, aunque agentes policiales consultados la consideran "inviable".

Cuando se denuncia una desaparición, explican las fuentes, se cataloga en función del riesgo, como alto, medio o alto. El riesgo alto se refiere a casos en los que se cree que el desaparecido ha sido, por ejemplo, asesinado o secuestrado. E implica una movilización inmediata de los equipos de Policía Judicial.

Los casos de fugas de centros de menores, en los que se considera que se han marchado voluntariamente son considerados habitualmente de riesgo medio, con lo que se informa a las patrullas de servicio, pero no hay una movilización general.

Los expertos consultados consideran muy difícil dar una cifra aproximada de cuántos menores no retornan a sus centros cada semana. Apuntan que difiere de verano a invierno, y que se incrementa mucho durante las fiestas como Sant Sebastià, cuando los menores no regresan porque van a las verbenas. Pero apuntan que puede ser una media de una decena de casos a la semana en toda Mallorca. "Si ponemos a todos los equipos a buscar a estos menores que se fugan voluntariamente, no habrá agentes para nada más".

Las fuentes reclaman una intervención más activa por parte de los trabajadores de los centros ante las fugas. "Estos centros tienen la tutela de los menores, deberían actuar como padres", comentan. "Si nuestro hijo menor no viene una noche a casa, ¿nos limitamos a poner una denuncia? ¿No llamamos a sus amigos? ¿No salimos a buscarle?".