El plan de atención a la cronicidad iniciado por la conselleria de Salud hace tres años para atender las crecientes necesidades asistenciales de una población cada vez más mayor va «en buena dirección», asegura su titular, Patricia Gómez, durante la recapitulación de lo hecho en estos tres primeros años del plazo marcado para poner en marcha esta estrategia comunitaria (2016-20121).

Un balance del que se pueden extraer algunas grandes cifras. Como que ya se tienen «identificadas» a 13.720 personas como pacientes con enfermedades crónicas complejas. «Son alrededor de un 30% de los que se estima que hay y calculamos que cuando acabemos esta tarea tendremos a unas 35.000 personas con las que deberemos extremar los cuidados», aventura Juli Fuster, director general del Servei de Salut presente en el balance del plan.

La consellera define a un paciente crónico complejo como aquella persona que padece tres o más enfermedades complejas entre las que cita como ejemplo la diabetes, la enfermedad obstructiva crónica (EPOC), la hipertensión o la obesidad. «Y el 90% de las personas mayores de 65 años padece al menos una enfermedad crónica», advierte Gómez.

Menos hospitalizaciones

Como consecuencia de esta identificación y de la remisión de estos pacientes a circuitos asistenciales más adecuados a sus especiales características, sus ingresos hospitalarios han disminuido. «Estas personas están mejor atendidas en sus casas por equipos de Atención Primaria», subraya la consellera antes de que el director general del Servei de Salut revelara que los ingresos de los pacientes crónicos complejos (PCC) han bajado un 18% mientras que los de los crónicos avanzados (PCA) lo han hecho en un 50%.

Fuster aclara que esta segunda categoría de usuarios son, como los crónicos complejos, pacientes con varias patologías pero con la diferencia de que estas se encuentran en una fase ya muy avanzada, por lo que no se puede descartar la prestación de cuidados paliativos para evitarles sufrimientos al final de su existencia.

Aparte de los ingresos hospitalarios, el responsable del IB-Salut detalla que han bajado un 19,7% las visitas a los servicios de urgencias de los crónicos complejos y en un 27% las de los crónicos avanzados. Por contra y como muestra de una correcta adaptación a los nuevos modelos asistenciales, las visitas de enfermería a los domicilios de estos pacientes han crecido un 41,2%, siempre según las cifras aportadas por el Servei de Salut.

Otro de los puntos claves de este cambio de modelo es la formación de pacientes activos que ayuden a otras personas en su misma situación. Por ejemplo, pacientes diabéticos con experiencia en el control de su enfermedad que ayuden a otros que acaban de debutar con esa disfunción metabólica y no saben muy bien cómo actuar. En este sentido, Fuster señala que en este capítulo ya se ha formado a 151 profesionales sanitarios.