La depuradora abandonada de Santa Gertrudis ha vuelto a ser víctima del vandalismo y una parte del cercado que instaló la empresa pública Abaqua para impedir el paso a las instalaciones ha sido tumbada de nuevo. La asociación de vecinos de la localidad sigue reclamando que se desmantele esta planta, que se encuentra en pleno bosque, pero se topa con la falta de acuerdo entre las instituciones implicadas, el Govern balear y el Ayuntamiento de Santa Eulària.

El último vallado de estas instalaciones se realizó en marzo del año pasado, después de una nueva campaña vecinal para solicitar que se derribara toda la estructura, abandonada durante cerca de una década, y se recuperara su estado original. Tras esas protestas, Abaqua, dependiente del Govern, procedió a tapiar la antigua puerta de entrada, que había sido arrancada, y levantar de nuevo las rejas que habían sido tumbadas.

El Ayuntamiento reclama que el solar, que era de titularidad municipal, le sea revertido en su estado original, mientras que el Govern considera que Santa Eulària debe hacerse cargo del desmantelamiento.