Con tranquilidad y sin demasiadas aglomeraciones, salvo en Zara, en cuyos establecimientos de ropa de hombre, mujer y niños se contaban por decenas los clientes que miraban, buscaban y se probaban ropa y hacían cola para pagar, empezó ayer el periodo oficial de rebajas de invierno, que durará hasta finales de febrero. Los adornos navideños de los escaparates fueron sustituidos por los carteles de descuentos y rebajas con los que se intentaba atraer la atención de quienes paseaban ayer por las calles de Vila. Los había bastante atractivos, de hasta el 75%, como en Inside, y otros menos llamativos respecto a cuantía, pero en los que se leía «rebajas» en muchos idiomas. (Mira aquí todas las imágenes)

Entre las tiendas se movía veloz María Teresa Míguez, quien disponía de apenas 30 minutos para hacer algunas compras antes de empezar a trabajar. Su objetivo principal estaba claro: comprar ropa de invierno para su hija de dos años y medio, pero no para éste sino para el que viene. «Yo aprovecho para comprar de un año a otro, porque una chaqueta de 30 euros se vende por doce», explicaba como ejemplo. Y, en efecto, las cuentas le salían bien; por 80 euros había cogido ya una sudadera, tres jerséis, un chándal, dos mallas y una chaqueta. «Esto hubieran sido 150 euros», resaltó mientras mostraba el interior de la bolsa que ya llevaba en las manos.

Precisamente esta cuantía, 150 euros, era el presupuesto máximo que tenía en mente, pero no sólo para adquirir artículos para la niña. «Comprándome algo para mí también», resaltó al tiempo que reconocía que no necesitaba prendas concretas, pero que si veía algo que le gustase, tenía intención de adquirirlo.

Quien sí tenía muy claro qué estaba buscando era Florencia Delgado, aunque desafortunadamente no tuvo la suerte de encontrarlo. Antes de que empezaran las rebajas había visto unas botas veganas de Dr. Martens por 180 euros y decidió esperar a ayer para ir a comprarlas, para ver si estaban rebajadas. Pero al llegar a la tienda, ya no estaban allí. Bastante decepcionada, indicó que se dirigía a Rituals a comprarse un perfume.

Eso sí, al menos los descuentos le sirvieron para ahorrar un dinero en los regalos que les iba a llevar a sus sobrinos, que residen en Francia. «He cogido unas camisas, sudaderas y gorros», sostuvo, al tiempo que detalló que se había gastado en torno a 50 euros.

Segundas rebajas

Segundas rebajas

Pese a que el periodo de rebajas se inició oficialmente ayer, la realidad es que hay comercios en Vila que ya las empezaron a principios de mes o incluso en diciembre.

Es el caso de Charanga, establecimiento de ropa infantil que ayer colgó el cartel de inicio de las segundas rebajas, con descuentos de hasta el 70%. Las primeras, tal y como indicaba un letrero anterior que aún lucía en el escaparate, habían sido de hasta el 50% y dieron comienzo el 16 de diciembre.

«Llevamos años que cada uno las pone un poco cuando quiere», resaltó Alejandra Rodríguez, trabajadora del establecimiento, quien señaló que al empezar a mediados de diciembre los clientes ya podían aprovechar los descuentos para las compras de Navidad. «Hasta ahora las ventas han ido bien, aunque la gente se sorprendía, porque esperaba que las rebajas fueran en enero», explicó, al tiempo que comentó que pese a esa anterior bajada de precios, aún hay quien aguarda al día después de Reyes para ir de compras. «Es como un ritual», subrayó y agregó que el objetivo de este periodo que finalizará en este establecimiento a mediados de febrero es «que se venda más».

A unas calles de distancia, Ohara Vidal, cuyo marido es propietario junto a un socio de Fun Kids, señalaba que ellos adelantaron las rebajas al 2 de enero siguiendo el consejo de otros comerciantes, ya que la tienda abrió el pasado año.

«Nos adelantamos a las grandes superficies porque si no, nos comen», afirmó Vidal y añadió que es la tendencia que se ha seguido en los establecimientos del barrio. «Es que entre las grandes superficies, el Black Friday y todo, el pequeño comercio se hunde», lamentó. Preguntada por el motivo por el que, ante este panorama, se habían animado a abrir una tienda de ropa infantil, sostuvo que a los socios les gustó la marca y creyeron que en Ibiza podría funcionar. «Y la verdad es que estamos contentos, más o menos ha habido una buena respuesta», apuntó.

Según su experiencia, diciembre no ha sido un mes tan bueno como esperaban y eso les animó también a adelantar un poco las rebajas. «Y la semana pasada fue muy bien», resaltó, al tiempo que indicó que su objetivo con los descuentos es «venderlo todo». «Esperamos quitarnos todo el género de encima y que la nueva temporada empiece con el menor posible», subrayó Vidal.

El mismo objetivo perseguían en la tienda de deporte Décimas y en la de calzado MariPaz. Carolina Serra, encargada de comercio dedicado a la venta de artículos deportivos, resaltó que iniciaron ayer las rebajas, con descuentos de hasta el 50%, aunque unas semanas antes habían hecho algunas promociones puntuales.

En el caso del segundo establecimiento, la trabajadora Candela Ruiz resaltó que si bien habían tenido algunos pequeños descuentos en las semanas previas, «del 10%», las rebajas empezaron ayer. «Ahora ya se nota», dijo en referencia a la bajada de precios, a la vez que agregó que conforme pasen las semanas irán creciendo. «Esperamos tener unas buenas ventas; en los últimos años lo han sido», indicó la trabajadora.

Las bolsas de los comercios

Las bolsas de los comercios

Pasadas dos horas de la apertura de los establecimientos, todavía no se apreciaba demasiado trajín de bolsas por las calles más comerciales de la ciudad y en los comercios de las diferentes franquicias situadas en la avenida de Bartomeu de Rosselló no se apreciaban aglomeraciones de gente como ha sucedido otros años. Las había, incluso, que apenas contaban con reclamos en el escaparate, como es el caso de Pull and Bear, que sí estaba llena pero que sólo indicaba que se encontraba en rebajas en uno de los laterales.

Sí resultó especialmente llamativo el caso de Zara, donde se registraban largas colas para pagar y decenas de personas discurrían por los diferentes establecimientos en busca de artículos. Había incluso quienes cargados ya con bolsas esperaban en la puerta a sus parejas, que miraban dentro.

Ana Miura y Paula Román, dos amigas de Barcelona que viajaron a Ibiza «a pasar el día», aprovecharon las rebajas para comprarse un par de jerseis, ya que en la isla les había sorprendido más frío del que esperaban. «Estábamos congeladas», comentaban mientras una de ellas se ponía el nuevo jersei en plena calle. Eso sí, no tenían intención de buscar nada más, sólo de pasear y conocer la ciudad.

En el caso de Sara Arandia, acudía a las rebajas con sus tres hijos para buscar ropa «en especial, de vestir», para el mayor. Sin un presupuesto marcado, salían de un establecimiento para dirigirse a otro, donde habían visto con anterioridad una sudadera que el adolescente quería e iban a comprabar si la habían rebajado para comprarla. «No sé si estará», comentó la madre, quien reconoció que si no tenía descuento, no la iba a comprar.

Ella, que no llevaba presupuesto para estas compras, dijo que suele aprovechar las rebajas para comprar y apuntó que en los próximos días volverá sola, sin los niños, para buscar algo para ella: «Yo tengo en mente una chaqueta que ya vi en Zara, a ver si han bajado el precio».