«Desde el Observatorio del Suicidio de Balears se están llevando a cabo campañas de sensibilización e información para visibilizar este tipo de muertes, que suponen un estigma para muchas familias de nuestro país», explicó Nicole Haber, coordinadora de esta oficina. Según la experta, esta podría ser una de las razones por las que las cifras de mortalidad por suicidio que arroja el informe del INE de 2018 indican que Balears, que desde hace años contaba con una tasa superior a la media nacional en este tipo de muertes, registra un descenso de un índice del 8,9 por cada 100.000 habitantes en 2017, a un 6,29 en 2018. Es decir, la Comunitat ha registrado un 30% menos de suicidios que en el año anterior, lo que la convierte en «la región en la que más ha disminuido la tasa de suicidios en España», agregó Haber, quien, aun así, no «canta victoria». «Debemos esperar a ver los resultados de 2019 para comprobar si es una dinámica que se repite o si, por el contrario, se trata de un año anómalo», comentó la psicóloga.

Concienciar y visibilizar

Uno de los aspectos más importantes es «conocer las señales de alerta», destacó la coordinadora. «Los ojos no ven lo que el cerebro no conoce. Por eso es tan importante concienciar a la población», agregó. Fortalecer los equipos de atención en hospitales, charlas de sensibilización en colegios y ofrecer «herramientas para poder actuar y hablar con personas en riesgo», así como trabajar en contacto con los medios de comunicación, «para que informen a la población sobre cómo detectar los posibles síntomas, así como de las plataformas de ayuda que existen», son algunas de las iniciativas que propone Haber, y que se están llevando a cabo desde el Observatorio. «Ocurre lo mismo que con los problemas de drogas. Ahora estamos todos más sensibilizados y somos capaces de detectar las señales en caso de adicción, pero antes no era así. Con el suicidio debe suceder lo mismo. Si conoces las señales, podrás verlas», remarcó.

Según la experta, por ejemplo, la depresión en un adolescente no se caracteriza únicamente por estar apagado o triste, sino también por la «irritabilidad». «Ataques de ira, portazos, estar enfadado por todo... también pueden ser síntomas de depresión, y no deben confundirse con una adolescencia normal», agregó.

«Validar el dolor de las personas, a pesar de que no lo comprendamos, es lo primero que hay que hacer», destacó. Una conversación, saber escuchar, un abrazo o «simplemente acompañar desde el silencio», pueden ser actuaciones que «marquen la diferencia» ante una tentativa de suicidio. Otro de los mitos con los que propone acabar la experta es el siguiente: «Quien lo dice no lo hace». «Eso no es verdad», aseguró la doctora. «La mayor parte de la gente que lo hace lo ha dicho, ya sea de una forma verbal o no. El problema es que no lo hemos visto porque no estamos concienciados», agregó.

La creación de una guía para explicar las señales de alerta en jóvenes, llevada a cabo desde el Observatorio de Suicidio de Balears en colaboración con el Servicio de Psiquiatría Juvenil y técnicos de educación, la implementación de la figura de una enfermera especializada que sirve de puente entre los colegios y salud mental, que además de en Mallorca gestiona casos de Ibiza y Formentera, así como la fundación en 2017 de Afasib, asociación creada por y para los supervivientes de Balears para dar soporte, información y voz a todas las personas que están sufriendo o han sufrido una pérdida por suicidio, son algunas de las iniciativas que se están llevando a cabo para visibilizar este problema en la Comunitat.