Una masacre de ovejas degolladas todas a cuchillo. Con esa imagen se encontraron el pasado martes las personas que se toparon con el macabro hallazgo en el entorno de es camí, por debajo de la balsa de riego, cerca de S'Estany Pudent, en Formentera.

Enseguida llamaron a la Policía Local y Guardia Civil que pudieron comprobar como estaban repartidas por grupos de dos, tres o cuatro, como en la imagen, en unos 250 metros de distancia. También pudieron observar que la mayoría de ellas no tenían identificación, pero otras sí.

No hubo dudas respecto a las causas de la muerte de estos animales todos ellos fueron degollados a cuchillo tal y como se pudo comprobar.

Fuentes cercanas a la investigación también indicaron que habían apreciado la huella de un vehículo en el camino, por lo que seguramente las ovejas fueron sacrificadas en otro lugar y luego trasladadas a la zona donde fueron encontradas.

El Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil se ha hecho cargo de la investigación. Según fuentes que trabajan en este caso, el Seprona tiene ya claros indicios de que persona o personas han sido los autores. De hecho desde la Oficina Periférica de la Comandancia de la Guardia Civil se confirmaron todos los hechos al mismo tiempo que se indicó que caso está a punto de resolverse.

Será la conselleria de Medio Ambiente, la que se hará cargo de este expediente. En la reciente reforma del código penal se han endurecido las penas por estos casos. En el art. 337.3 se tipifica el delito de maltrato animal en su modalidad 'muy agravada': «Si se hubiera causado la muerte del animal se impondrá una pena de seis a dieciocho meses de prisión e inhabilitación especial de dos a cuatro años para el ejercicio de profesión, oficio o comercio...».