Han bastado dos reuniones para que todo el buen rollo sobre la Capitalidad de Vila, todas las buenas intenciones y propósitos de encauzar mediante consensos los proyectos e inversiones, se hayan ido al garete. No hay paz (política) ni en esto. Todos los partidos han afilado sus armas y ya han comenzado las cuchilladas por la espalda. Hay dos excusas para volver a las andadas: la reforma integral del primer cinturón de ronda (propuesta por el Consell y rechazada por Vila) y la construcción de viviendas de protección oficial (ofrecida por el Govern y aceptada por el Ayuntamiento).

El primero en perder ayer las formas fue Podemos, que emitió un comunicado en el que calificó de «vergonzoso que el Consell utilice la excusa de la Ley de Capitalidad para enterrar el proyecto de reforma de la E-10». El comunicado pone en boca del podemista Aitor Morrás (edil de Movilidad) que la institución insular ha «metido en el cajón» ese proyecto «si no se financia a través de la Ley de Capitalidad». Incluso tilda de «trileros» a los populares.

Armisticio roto

Tal afirmación no pasa lo que actualmente se denomina fact-check. Mariano Juan, conseller de Infraestructuras Viarias, aseguró el jueves, tras el Consell de Capitalidad y delante del propio Morrás, que están «trabajando» en la redacción de ese proyecto, que «siguen» los postulados acordados por el anterior equipo de gobierno del Consell (era socialista), que en «seis meses» lo presentarán en sociedad y que cuentan con la ayuda del Consistorio para «incluir» las mejoras que desea (entrada al Cetis, tanque de tormentas, aceras más amplias...). Es más, un portavoz del PP asegura que la interlocutora es la socialista Elena López, regidora de Urbanismo, y que consideran que el Consell de Capitalidad es un órgano «tan flexible» que están «abiertos» a incluir de nuevo la reforma de la E-10 en las inversiones de Capitalidad: «En cualquier momento», afirman.

El PSOE también rompió ayer el armisticio en el Consell de Capitalidad. El grupo socialista del Consell exigió al presidente, Vicent Marí, «que inicie en el año 2020 la reforma del primer cinturón una vez esté acabado el proyecto que el anterior gobierno progresista dejó en fase de redacción», y descalificó «el intento de colar esa inversión» en la Ley de Capitalidad: «Sería una estafa al conjunto de la ciudadanía», palabras que el comunicado pone en boca de Vicent Torres, portavoz del PSOE.

Como en la barra de un bar

Se acabó el buen talante en lo referente a la Capitalidad de Ibiza, según se desprende del vocabulario (de barra de bar o de grada de campo de fútbol) usado por los partidos: «El PP se llena la boca reclamando al Govern las inversiones que corresponden a la Comunitat, pero después es incapaz de ejecutar las obras que son obligación del Consell, como es la reforma de la E-10», dice Torres, que incluso asegura que Mariano Juan ha hecho el «ridículo» al intentar «meter la E-10 a cargo de la Ley de Capitalidad». Llega a asegurar que el actual Consell «ha abandonado el principal proyecto de mejora de la red viaria que se tiene que hacer en la ciudad», un proyecto que «el PP nunca ha querido».

Para arremeter contra el Consell por el caso de las inversiones del Consell en Vila, se nota que los socios de gobierno del Consistorio no se pusieron previamente de acuerdo, lo que ha provocado una situación embarazosa para ambos. Aitor Morras, edil de Podemos a cargo de la cartera de Movilidad, aseguró ayer que no se podía «meter dentro de las inversiones de la Ley de Capitalidad proyectos preexistentes y que se tendrían que haber hecho igualmente», pues sería «pervertir completamente su razón de ser». Lo contrario, a su juicio, es «el proyecto de nuevas VPO del Govern». Y añade que «si el Ejecutivo balear hubiera querido incluir las VPO de otros proyectos, como los de Platja d'en Bossa», los habrían rechazado.

Argumentos contradictorios

La excusa dada ayer por el PSOE entra en contradicción con la ofrecida por Podemos. Para los socialistas, el Consell no puede «colar» la inversión de la E-10 porque «es su competencia», pero no pone reparos en que el Govern (de su mismo signo político) cuele las VPO, cuya construcción también es de su competencia. A los podemistas, sin embargo, no les importa de quién es la competencia, sino si el proyecto existía o no previamente.

El tercer actor en escena que ha mandado al carajo el buen rollete (y el buen talante, las buenas formas y todo lo bueno, hasta da un capón al diccionario de la RAE) de la primera reunión que celebró el Consell de Capitalidad fue el PP. Su portavoz en Vila, José Vicente Marí Bosó, dijo «valorar muy negativamente» (¡Si Lázaro Carreter levantara cabeza!) los acuerdos de inversión porque « Rafa Ruiz [alcalde de Eivissa] y Francina Armengol [presidenta del Govern] han perpetrado una auténtica estafa para los ciudadanos».

«Juegos de trile»

Lo dice porque no le cuadra el coste del terreno de Santa Margarita con lo que el Govern promete que invertirá, pues, sumado todo, las VPO podrían valer, según sus cálculos, más de 350.000 euros cada una: «Un gran engaño y escándalo de Ruiz y Armengol fruto de sus juegos de trile». Una vez más, el peyorativo trilerismo a escena. Si podemistas y socialistas cargan contra la propuesta de inversión del Consell, el PP lo hace contra la del Govern: exige a Ruiz que «deje de jugar al Monopoly, convoque el Consell de Capitalidad y exija a Armengol que retire la propuesta y elija otro proyecto, porque hacer VPO ya es su obligación y, sobre todo, que haga la inversión sin exigir que Vila le tenga que regalar nada del patrimonio municipal».

«Hacer VPO es la obligación del Govern», recalca Marí Bosó. Esa es, justo, la tesis del PSOE. Lo curioso es que los socialistas olvidan la «obligación» del Govern (la de construir VPO) y los populares la del Consell (las carreteras). «Ese es el nivel», ironizó Marí sobre el alcalde de Eivissa: «Hace pasar como inversión de capitalidad tres millones en VPO que es competencia del Govern. Y luego le dice [Ruiz] al Consell que no quiere la reforma de la E-10 porque es competencia del Consell [...]. Ni sabe lo que dice», apostilló. Este es el nivel.