El Camp d'Aprenentatge de sa Cala es el único de los ocho centros educativos de estas características en Balears que incluye en su oferta la apicultura tradicional. Aquí los alumnos de cualquier colegio de la Comunitat combinan jornadas de convivencia con el aprendizaje de temas medioambientales y patrimoniales, principalmente al aire libre, de manera que los niños acaban disfrutando de una experiencia similar a la de los campamentos de verano. (Ver galería de imágenes)

Durante esta semana, conviven en sa Cala un grupo de alumnos de quinto de la Escola Mata de Jonc de Palma de Mallorca, que cada año incluye este viaje dentro de su currículum. El maestro responsable del Camp d'Aprenentatge, Pere Planells, se gana rápidamente la atención de los niños nada más mostrarles los utensilios que van a utilizar antes de llevarlos a visitar las colmenas.

Planells explica cómo funciona el ahumador de manera segura, para evitar que ninguna chispa pueda escaparse de su interior y provocar un fuego, y pide voluntarios para rociarles el humo sobre las manos. Todos los niños acceden, aunque con cierto temor, pero acaban sorprendidos al comprobar que no sale caliente.

«Usamos romero verde y el humo se refresca con su humedad», aclara. A continuación, toca enfundarse los trajes de apicultores antes de ir a las colmenas.

El blanco tranquiliza

El mono para protegerse de las abejas no se encuentra en diferentes tonos por una razón bien clara. «El blanco es un color que tranquiliza a las abejas», una explicación que en seguida produce una duda. ¿Entonces por qué la rejilla que cubre la cara es oscura? «Es la manera de que podamos ver bien, ya que, si fuera blanca, provocaría reflejos que nos deslumbrarían», detalla el maestro.

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Niños apicultores en el Camp d'Aprenentatge de sa Cala

Los alumnos siguen con precisión las instrucciones para enrollarse los pantalones alrededor de los tobillos antes de calzarse las katiuskas y pasar los guantes por encima de las mangas. Muchos de ellos van contrastando cada paso con Planells para asegurarse que no corren ningún riesgo. Salta a la vista que están ilusionados por conocer en vivo cómo se organizan las abejas en las colmenas, pero también revelan su temor a que les puedan picar. Uno de ellos, Eric, se dispone a afrontar un reto importante. «Tengo bastante fobia a las abejas y así lo voy a poder superar».

Una vez protegidos con los trajes, el primero de los grupos de Mata de Jonc abandona el Camp d'Aprenentatge para adentrarse en el pinar que hay al otro lado de la carretera de Sant Joan. A pocos metros, se encuentran una docena de colmenas. Planells empieza a rociar una de ellas con humo de romero y empieza a salir una nube de abejas con un zumbido que para el maestro es «hipnotizador».

Algunos se asustan al ver tantos insectos, pero, si retroceden un par de metros, ya no se sienten agobiados por ellos. Otros se ofrecen rápidamente voluntarios para sacar las brescas con celdas impregnadas de miel. Planells saca su móvil para sacar fotografías y aprovecha para demostrar la aversión de las abejas al color oscuro, ya que muchas de ellas se lanzan furiosas contra la pantalla en reposo.

Mientras, otro grupo aprende más secretos de las abejas en una sala con microscopios en el Camp d'Aprenentatge, donde también observaran una Acherontia atropos momificada, la polilla que se cuela en los enjambres para comer su miel y que se hizo popular por 'El silencio de los corderos'.