La conselleria de Salud del Govern presentó ayer en el Hospital Can Misses los resultados provisionales de un estudio que pretende evaluar y mejorar la calidad de vida de las camareras de pisos de hostelería. Dicho trabajo constata que las kellys de las Pitiusas tienen una alta incidencia de dolores crónicos y que perciben que su estado de salud está muy por debajo de la media nacional del resto de mujeres con otras ocupaciones.

«La diferencia entre la percepción de la salud que tienen las camareras de pisos respecto del resto de mujeres se calcula para cada clase social y los grupos de edad. De esta forma, mientras que lo normal es que en una escala del uno al cien las mujeres perciban que su salud está alrededor del 50, en el caso de las camareras de piso algunas la sitúan en el 20», explicó el coordinador, Joan Llobera.

Además, los responsables del trabajo también han constatado una gran incidencia de dolor crónico por lesiones osteomusculares en el colectivo. De todas las lesiones que han referido las 1.043 camareras de pisos participantes en las primeras fases del estudio, Llobera destaca que las lesiones más comunes están en las «lumbares, seguidas de las de cervicales, manos y muñecas».

El 41,6% de las camareras pitiusas creen que su salud es regular, un 32,9% que es mala y un 7,5% muy mala. Solo un 11% la califica de buena y un 7,6% de muy buena.

La siguiente fase de este estudio consiste en aplicar las acciones de intervención que se han diseñado y probado en una experiencia piloto en dos centros de salud de Mallorca y uno de Menorca. Esta fase de intervención se llevará a cabo en cinco centros de salud de Ibiza y uno de Formentera. Dado que es un estudio, y tal como dice Llobera hay que «comprobar que las acciones diseñadas para mejorar la calidad de vida de estas trabajadoras funcionan», habrá tres centros de salud en los que se aplicarán las intervenciones y tres que serán de control (y por tanto, en ellos, no se aplicarán las acciones diseñadas).

Los centros de salud

Los centros de salud en los que se intervendrá son los de Vila, Sant Antoni y Formentera, mientras que los de control serán los del Eixample, Es Viver y Santa Eulària. A las participantes en los grupos de control se les harán entrevistas y se les ofrecerá información básica sobre hábitos de vida y actividad física. Al término del estudio, cuando se compruebe si funciona o no, se les ofrecerá hacer las sesiones de intervención.

Las sesiones consistirán en varias visitas. Una semanal durante ocho semanas. Las dos primeras serán individuales, una con una enfermera y otra con una fisioterapeuta. Les seguirán cinco visitas grupales con enfermeras, la psicóloga y una fisio, para terminar con otra sesión individual para la recogida de datos. A estas se le sumará una novena, seis meses después, una vez pasada la temporada turística y como evaluación final.

Respecto a la relación del colectivo con su actividad laboral, los investigadores destacan que las kellys aseguran que les gusta su trabajo, pero no las condiciones en las que lo tienen que realizar. Según otra de las investigadoras Xènia Chela, a las camareras les gusta «el horario intensivo, la relación con los compañeros, el trato con el cliente y el trabajo bien hecho», mientras que como aspectos negativos destacan «la sobrecarga de trabajo, la dureza física del mismo, el estrés y el poco reconocimiento a su labor».

En cuanto a la relación de las kellys con los servicios de salud, el estudio destaca que en temporada la mayoría de ellas solo acuden al médico por dolores agudos, mientras que las visitas a especialistas se dejan para el invierno.

De las 1.043 camareras entrevistadas, 137 eran de Ibiza y 44 de Formentera. Como media llevan casi 11 años trabajando, la mayoría son fijas discontinuas, trabajan en hoteles, unas 42 horas semanales y durante poco más de seis meses al año, un poco menos que la media balear. La media de edad ronda los 43 años, la mayoría son españolas y algo menos del 40% tiene estudios secundarios o superiores.

De media hacen 17,5 habitaciones diarias. Además, la mayoría de las entrevistadas destacan el aumento en la cantidad de trabajo, sobre todo porque hay más suciedad, más elementos que limpiar en las habitaciones, más superficies de cristal, más rotación de clientes y más movimiento de camas y colchones.

A la presentación asistieron miembros del colectivo empresarial como el vicepresidente de la Federación Hotelera, Juanjo Riera, que quiso agradecer el trabajo de los investigadores y también el de las camareras de pisos. «Estamos aquí porque nos importáis», A lo que la portavoz del colectivo de las kellys, Milagros Carreño, respondió. «Somos un equipo. Si nos apoyáis, será mejor para todos».