La declaración de Ibiza Patrimonio de la Humanidad engloba cuatro bienes diferentes, aunque relacionados e interconectados. Por un lado la ciudad vieja de Ibiza, Dalt Vila, fundada por los fenicios en el 654 antes de Cristo. Junto a la ciudad, también fue incluida en el catálogo de bienes Patrimonio Mundial por la Unesco la muralla renacentista, que sirvió de modelo para varias fortificaciones en el Nuevo Mundo. En segundo lugar las praderas de posidonia que unen Ibiza con Formentera y que son responsables del entorno marítimo y costero de la ciudad. El tercer bien de la declaración es la necrópolis púnica de Puig des Molins y, por último, el poblado fenicio de sa Caleta (s. VIII a.C.), el germen de lo que unos cien años después sería la fundación de Aiboshim, Ibiza.

Estos cuatro bienes, cada uno con sus aéreas de influencia correspondientes, comportaban una responsabilidad de conservación, restauración y recuperación importantes tras la declaración de la Unesco. En estos veinte años, el cambio sufrido por cada uno de ellos ha sido muy diferente. La mayoría de las inversiones se han destinado a Dalt Vila, que era el bien que más las necesitaba. Así pues la evolución de la ciudad ha sido evidente.

En la necrópolis púnica de Puig des Molins también se han notado los cambios. En estos veinte años se han realizado múltiples investigaciones y, además de reabrirse el museo monográfico a finales de 2012 (cerrado durante 17 años por una interminable reforma), las actividades en las que participa o que organiza han aumentado y tienen una presencia importante en la sociedad ibicenca, especialmente en el ámbito de la divulgación para mayores y niños.

Por contra, el poblado fenicio de sa Caleta, cuyo estado no ha cambiado en estos veinte años, ha sido olvidado por las instituciones, salvo por pequeñas acciones. Peor parada sale la posidonia: es el único de los cuatro bienes que ha visto su situación empeorada en estas dos décadas.

En este tiempo, los avances en el conocimiento de la importancia de esta planta endémica del Mediterráneo para las aguas de las Pitiusas han sido grandes. Una investigación de esta misma década revela que la posidonia es el ser vivo más longevo y de mayor tamaño del planeta. Sin embargo, también se ha revelado que no hace sino perder terreno año a año. Las amenazas contra esta planta son variadas.

Dalt VilaUn barrio vacío por el «difícil acceso» y los altos precios de la vivienda

Los vecinos de Dalt Vila, los que han vivido día a día el cambio sufrido desde 1999, coinciden en señalar los problemas del que un día fue «un barrio lleno de vida». Es el caso de María José y Pedro de es Cafetí, un pequeño negocio frente al Ayuntamiento que mantienen abierto desde 1998, un año antes de la declaración de la Unesco. María José afirma: «Esto antes era un barrio y ahora es un parque temático». Por su parte, Isabel Traspas, de Traspas y Torijano, matiza: «Bueno, solo es un parque temático los fines de semana», que es cuando más gente sube, al menos en invierno. Isabel y Jesús, una pareja de artistas y comerciantes, coinciden con sus vecinos de es Cafetí: «Hemos perdido vecinos, gente que vivía o tenía comercios aquí y se han ido».

María José y Pedro son tajantes. «Para los que vivimos aquí todo son perjuicios sin beneficios. Abrimos el bar un año antes [de la declaración] y lo teníamos abierto desde las 7 de la mañana hasta las 9 de la noche. Había obras, vecinos, gente por el barrio, visitas... Ahora abrimos de 7 a 15 horas porque no hay nadie. No pueden subir amigos con el coche. Llevamos más de un mes esperando al carpintero, porque no puede subir aquí», aclara María José.

Según estos dos vecinos, el que les suministra el pan acumuló 1.000 euros en multas antes de percatarse de que cada vez que subía, como su matrícula no estaba en el sistema, se le multaba automáticamente. De hecho, varios vecinos comentan cómo cuando tiene que ir un técnico a su casa (servicio técnico, fontanero, carpintero...) deben quedar con él para bajar con su coche a recoger al operario fuera de la zona de circulación controlada de Dalt Vila.

También señalan la dificultad para acceder a la entrada desde que se cambió la circulación de las calles que dan a la Marina la última vez. «Tenemos un departamento de inmovilidad y dar vueltas, impresionante», critica duramente María José, que junto con Pedro coincide con sus vecinos de Traspas y Torijano en lamentar la despoblación que ha sufrido este barrio histórico.

Estos cuatro vecinos de Dalt Vila conocen varios casos de personas que han decidido abandonar sus casas en la ciudad vieja. En algunos casos se debe a la combinación de la dificultad de acceso con una avanzada edad. «Unos italianos que restauraron un caserón precioso, tuvieron un problema de salud y lo que tardó la ambulancia en subir les asustó tanto que se mudaron a Talamanca», explica María José.

Aunque en la mayoría de los casos, el problema principal es la subida de los precios de la vivienda. «Cualquier casa aquí arriba, incluso una ruina, no baja del millón de euros. La casa de enfrente del museo [Puget] se vendía por un millón y era una ruina. Después han estado tres años de reforma, así que el coste total será altísimo», explica Jesús Torijano.

Él e Isabel constatan los problemas del crecimiento constante del precio de la vivienda. Aseguran que muchos edificios están siendo comprados por empresas para hacer hoteles o apartamentos turísticos, mientras que otros los compran extranjeros con mucho dinero que vienen solo un par de semanas al año.

En cuanto a los accesos, aseguran que no «es justo que el acceso esté tan controlado para los particulares, mientras que a los hoteles les permiten subir y aparcar varios vehículos». Estos comerciantes, que viven en el último tramo de la subida antes de la plaza de la Catedral, consideran que se debe y se puede hacer mucho más para atraer a la gente a Dalt Vila. De hecho, ellos predican con el ejemplo, ya que son conocidos por decorar su portal con figuras de tamaño natural en fiestas como Halloween o Navidad, con su famoso belén. Además, son entusiastas de la feria medieval y en cada edición se vuelcan para dar lustre a la celebración.

Los cuatro vecinos coinciden, también, en que la ciudad ha mejorado. «Dalt Vila nunca ha estado tan bonita, pero no vive nadie», aclara María José. Mientras que para Isabel y Jesús el balance general es positivo y consideran que «Dalt Vila ha mejorado», pero reclaman de los políticos más acciones para evitar los problemas en los accesos, el despoblamiento del barrio y atraer visitantes.

Praderas de posidoniaEl estado de las praderas entre Ibiza y Formentera «ha empeorado claramente»

No es un alga, es una planta superior y, por tanto, dispone de hojas, tallo y raíces además de realizar flores y frutos. Se organizan en extensas praderas manteniendo inmóviles las capas de arena sobre las que crecen. Una de las características más sobresalientes de esta planta es que se fija al sustrato a través de rizomas capaces de extenderse varios kilómetros, produciendo millones de plantas a partir de un mismo clon. Se han encontrado ejemplares de posidonia separados más de 15 kilómetros que provenían de la misma planta. Los científicos han calculado que la posidonia puede llegar a vivir 100.000 años, con lo que sería el organismo más longevo del planeta.

Según el biólogo Manu San Felix, que a finales de los 90 elaboró el informe que se incluyó en la candidatura de Ibiza a Patrimonio de la Humanidad, estas plantas contribuyen al ecosistema marino generando oxígeno (unos 20 l/m² al día), siendo grandes sumideros de CO2, amparando a multitud de especies de plantas y animales, y permitiendo que multitud de organismos, al acabar su ciclo vital, pasen a formar arena nueva. También contribuyen a forjar un tipo específico de litoral, con dunas y bosques de pinos y sabinas en el Mediterráneo. Y son directamente responsables de la calidad del agua del Mediterráneo, filtrándola y eliminando virus y bacterias.

San Félix recuerda cómo empezó su colaboración con la candidatura de Ibiza a Patrimonio de la Humanidad: «Me llamó Pepita Costa [entonces concejala de Cultura], que creo me había oído hablar de la posidonia en algún colegio y me preguntó: '¿Tú crees que la posidonia tiene importancia suficiente para ser declarada Patrimonio de la Humanidad?'. Y yo le dije que sí, que por supuesto».

El biólogo fue el encargado de elaborar el informe explicando las características de la posidonia y su interacción única con el entorno de las aguas entre las islas de Ibiza y Formentera. Sin embargo, desde la declaración de las praderas como Patrimonio de la Humanidad, su estado ha empeorado «claramente», según San Félix. Hay tres grandes impactos que deterioran las praderas de posidonia desde 1999 y mucho antes. «Uno es la subida de la temperatura de las aguas del Mediterráneo por el calentamiento global, otro son los vertidos de aguas no suficientemente depuradas, y por último la presión náutica que sufre en ses Salines con las anclas y las cadenas. Este último es el único en el que se está poniendo remedio», afirma San Félix.

Y los datos avalan la afirmación de San Félix. El que es uno de los mayores pulmones de absorción de CO2 del mundo, según datos científicos, pierde superficie y ejemplares cada año que pasa. De hecho, según un estudio realizado entre 2008 y 2012, en algunas áreas había desaparecido hasta un 44% de su extensión y 300 millones de plantas.

En cuanto a las medidas para preservar la posidonia, dentro y fuera de la declaración de Patrimonio Mundial, San Félix es claro: «En ses Salines, hace años que está prohibido fondear sobre la posidonia, lo que hay que hacer es que se cumpla la ley. En cuanto a los vertidos de agua mal depurada, lo que hace falta son instalaciones dimensionadas para la realidad de Ibiza y Formentera, tanto en invierno como en verano. Necesitamos depuradoras con depuración terciaria en todas partes. Tenemos la tecnología y los recursos necesarios para ello. Por último, en cuanto al calentamiento global, ya es un trabajo de todos, de cada individuo, de ser impecable. Está claro que desde las Pitiusas es muy difícil que modifiquemos solos el calentamiento del planeta, pero si todos piensan igual no se hace nada».

Poblado de sa Caleta«Esta es una asignatura pendiente del Consell»

El yacimiento arqueológico de sa Caleta fue descubierto a mediados de los 80. Se empezó a excavar en 1986. Varias campañas después, en 1990, se dio por finalizada la excavación y en el 93 fue declarado BIC (Bien de Interés Cultural) por el Consell de Ibiza. Con los años los arqueólogos han ido aprendiendo y averiguando las claves del poblado fenicio que se asentó allí en el siglo VIII antes de Cristo. Entre otras, que la causa de su abandono fue que los fenicios decidieron fundar la ciudad de Ibiza en el 654 a.C.

En 1999 fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Su importancia es la de ser el paso previo a la creación de Dalt Vila, además del primer asentamiento fenicio organizado en la isla, algo que iba a cambiar para siempre la historia de Ibiza.

Sin embargo, desde la declaración el yacimiento fue casi olvidado. El Consell, que tiene la responsabilidad de su gestión, se ha limitado a comprar los terrenos y a realizar trámites administrativos durante estos veinte años. En 2010 compró las algo más de tres hectáreas de la península en la que se extienden los restos arqueológicos fenicios y las instalaciones militares de los años 40, por 600.000 euros. Tras un aviso de la Unesco por no hacer nada en el yacimiento, en 2014 se encargó a la Universitat de Barcelona un anteproyecto para su recuperación y museización.

En 2015 el Consell gastó 380.000 euros para restaurar las casernas militares que en los últimos años se habían venido abajo. Desde entonces no ha habido cambios. Ahora, el Govern ha concedido 580.000 de los 683.561 euros que el Consell solicitó con cargo a la ecotasa.

Tras veinte años la recién llegada consellera de Cultura, Educación y Patrimonio, Sara Ramón, asume la inacción de la institución durante estas dos décadas: «Es cierto que sa Caleta ha estado desaprovechado y hay que ponerse las pilas. No entiendo por qué estos últimos cuatro años no se ha hecho nada. Es una asignatura pendiente para el Consell», asegura.

Con el dinero asignado de la ecotasa el Consell podrá poner en marcha un ambicioso proyecto para recuperar el yacimiento y museizarlo. El primer paso es terminar de redactar el plan, que Ramón espera tener listo «a principios de 2020». Después, en un proceso con varias fases que se alargará hasta 2022, se recuperará todo el yacimiento, desenterrando varias viviendas y estancias repartidas por toda la península, más allá de los 1.500 metros cuadrados visibles desde principios de los 90. Se construirá un camino para recorrer el enclave con puestos elevados desde los que los visitantes podrán hacerse una idea de la magnitud del asentamiento.

También se llevará a cabo una recreación física de cómo era la vida cotidiana de los fenicios del siglo VIII a.C. «Hemos encontrado anzuelos, pesos para útiles de pesca, restos de pescado, incluso un caparazón de langosta», explica Joan Ramon Torres, arqueólogo responsable del departamento en el Consell. Torres, además, asegura que hace dos mil años la península era más grande, con algo más de cuatro hectáreas y el asentamiento se extendía por toda la zona. En cuanto a qué hacían en Ibiza los fenicios, afirma que era un buen punto intermedio en el camino desde y hacia la península. «Hemos encontrado múltiples indicios de tratamiento y manipulación de galena argentífera, para obtener plata. Aunque, en mí opinión, otro factor importante para explicar su presencia aquí lo encontramos en el comercio de la sal», explica Torres, que confía en que el proyecto que preparan ponga en valor el yacimiento y dé a conocer su importancia a cualquiera que lo visite.

La necrópolisEl referente mundial del mundo funerario fenicio-púnico se refuerza con la declaración

La necrópolis fenicio-púnica de Puig des Molins es un referente mundial en el estudio del mundo funerario. Lo era ya antes de la declaración como Patrimonio de la Humanidad, aunque más entre los expertos, historiadores y arqueólogos. Sin embargo, Maria Bofill, conservadora del Museu Monogràfic des Puig des Molins y directora accidental, considera que la declaración de la Unesco ha reforzado la entidad de la necrópolis.

La ciudad de los muertos fenicio-púnica tiene sus orígenes en el siglo VII a.C., cuando los fenicios fundaron la ciudad de Ibiza en el Puig de Vila. Como era habitual en los asentamientos de este pueblo, entre la ciudad de los vivos y la de los muertos, ambas elevadas, hay un accidente natural que las separa. En el caso de Ibiza, una pequeña vaguada.

La de Ibiza es una necrópolis típicamente fenicia. ¿Entonces, por qué es tan importante? Para empezar es la mejor conservada del Mediterráneo, además es en la que se ha encontrado la mayor variedad de enterramientos. En sus 53.000 metros cuadrados se ha calculado que entre los siglos V y IV a.C. se excavaron entre 3.000 y 4.000 hipogeos. Esta cifra da una idea de la enorme densidad de enterramientos que llegó a albergar la necrópolis, a la que habría que sumar otro tipo de tumbas.

Otro de los factores clave para la singularidad de Puig des Molins es la cantidad y riqueza de los materiales hallados asociados a los enterramientos. «Solo en cuanto a escarabeos, se han encontrado más de 300, que son más que los hallados en toda la península ibérica», explica Bofill y añade: «También se han encontrado unos 80 huevos de avestruz enteros o cosas curiosas como una estela funeraria celtíbera en la que se menciona la ciudad de Belikio, enclave celtíbero del que se tienen referencias pero que no se ha encontrado aún».

Los fenicios incineraban y enterraban. Los púnicos, fenicios procedentes de Cartago, también llamados cartagineses, adoptaron costumbres funerarias de otros pueblos como los egipcios y, por ello, no usaban la cremación e inhumaban a sus muertos en hipogeos, huecos excavados con un pozo de entrada y una cámara funeraria. También usaban fosas.

Todas esas variedades se encuentran en Puig des Molins, donde también realizaron enterramientos los romanos. Entre los siglos VII y X después de Cristo se abandonó y entre el X y el XIII hay una época de uso islámico.

En cuanto al cambio del yacimiento en estos veinte años desde la declaración de Patrimonio Mundial, Bofill destaca una serie de excavaciones que se llevaron a cabo entre los años 2000 y 2007 con el apoyo, entre otros estamentos, de Diario de Ibiza. «Fue una campaña muy importante porque se enmarcó dentro de un proyecto de investigación con excavaciones programadas, algo poco habitual. Y se trata de una fuente importante de información obtenida con metodología moderna», analiza Bofill.

Además, en estos veinte años la difusión de los trabajos realizados en la necrópolis ha aumentado. Por su parte, el que fuera director del museo hasta 2015, Jordi Fernández, coincide con Bofill en que la declaración ha reforzado la importancia del yacimiento, aunque también destaca algunas carencias: «No se ha percibido colaboración sobre el bien en sí. Quizá junto con la posidonia es el único bien que no ha recibido ni un céntimo de las administraciones para mejorar las condiciones de la necrópolis. Está claro que está bastante bien, pero tiene aspectos que se pueden mejorar como las áreas de paseo y circulación de visitantes», sentencia la experta.