El alcalde de Sant Josep, Josep Marí Ribas, se reunió ayer con la directora general de Recursos Hídricos del Govern balear, Joana Maria Garau, con el fin de buscar una solución a los problemas que tiene el municipio josepí, no solo a la hora de suministrar agua desalada, sino también en relación a determinadas infraestructuras.

En este sentido, Marí señaló que en el encuentro con Garau se puso sobre la mesa la actual situación de la depuradora de Cala Vedella ante la imposibilidad de ampliarla, por encontrarse en un torrente.

Así, según Marí, la mejora de la eficacia de esta instalación pasa por buscar una nueva ubicación y construir una nueva planta. «Está claro que si la depuradora no es suficiente y no se puede ampliar, la solución de la ecuación es bastante clara», señaló.

En esta línea, incidió en que la instalación «no es suficiente para el número de gente a la que se le da servicio, por lo que se debe ampliar», insistió. Marí Ribas recordó que la depuradora de Cala Vedella es privada, ya que no ha sido nunca recepcionada por el Consistorio, a pesar de que el mantenimiento es municipal.

A pesar de tener claro el futuro de esta planta de depuración, el primer edil de Sant Josep aseguró que se debe hablar con la propiedad actual y que la de ayer fue una primera conversación: «No hay ningún compromiso (con Recursos Hídricos), pero tenemos que ir pensando en soluciones».

En este sentido, Marí recordó que el Consistorio paralizó a principios de abril las obras de ampliación de esta depuradora, que estaba ejecutando la propiedad, al no contar con los permisos correspondientes y, actualmente, sigue paralizada. El Ayuntamiento ordenó la paralización de estas obras al constatar «un exceso de excavación» con respecto a lo previsto en la comunicación previa (antigua licencia de obra menor).

Estudio de necesidades

En cuanto a la problemática de suministrar agua desalada, Marí Ribas acordó con la directora general de Recursos Hídricos realizar un «estudio de necesidades más pormenorizado» para saber los datos concretos. Por ello, se han emplazado a enero para hablar sobre este diagnóstico de la situación.

«Nosotros lo que queremos es garantizar que nos puedan dar más (caudal de agua desalada) y ellos nos piden mas tiempo para hacer números globales», indicó.

Marí Ribas recordó que, tras la llegada del agua potable, se han generado más peticiones y «tenemos la obligación de dar agua buena, pero no tenemos suficiente». Esta carestía se produce en los meses de verano, cuando se registra «una punta» en la demanda.

En esta línea, el alcalde señaló que, a diferencia del resto de municipios que pueden extraer agua de pozos, «nuestro pozo es Abaqua». «No sé si el aumento del caudal se hará en base a redistribuir el actual o en base a aumentar», indicó.

A pesar de que el día anterior, el conseller balear de Medio Ambiente, Miquel Mir, señaló tajante que la capacidad de desalación «es la que es», Marí Ribas indicó que la directora de Recursos Hídricos no se mostró tan categórica, aunque hace unas semanas aseguró en declaraciones a este periódico que las desaladoras funcionan al máximo, «y no es suficiente».