Feliz. Así se encuentra esta mañana Álvaro Sanz Clavijo, el chef madrileño que acaba de conseguir, con su restaurante Es Tragón, la primera estrella Michelin para la isla de Ibiza. El cocinero y su pareja, Elisa Hernández, jefa de sala del establecimiento, llegaron hace diez años a la isla, "por una oferta de trabajo", se enamoraron de Ibiza y decidieron quedarse. "Desde el primer momento dije que quería conseguir una estrella Michelin aquí", comenta Sanz, poco después de desayunar en Sevilla, ciudad en la que el miércoles por la noche se celebró la gala de entrega de este prestigioso reconocimiento.
Su ilusión, ahora, sería "conseguir la segunda estrella" para la isla con su restaurante, abierto hace cuatro años y en el que la temporada pasada trabajaron doce personas: "Nueve en cocina y tres en sala". Sanz destaca el "trabajo" que hay detrás de una estrella Michelin. "Esto llega ahora, pero llevo desde los 17 años dándole una caña tremenda a esto", indica el chef, que antes de montar su propio restaurante en la isla trabajó en los resturantes de otros grandes 'estrellados': Santi Santamaría, Martín Berasategi, Daviz Muñoz o Joël Robuchon, entre otros.
"Trabajo 16 horas al día", indica el cocinero, que destaca que sin todo el equipo que le acompaña no hubiera sido posible conseguir la estrella Michelin: "Las personas, el valor humano, es lo mejor que tenemos". A Sanz no le preocupa la presión que supone que, desde el miércoles, el restaurante ibicenco (ubicado en un pinar en Cala Gració en Sant Antoni) figure en el mapa de la gran gastronomía mundial. "Seguiremos trabajando igual que lo hemos hecho hasta ahora", indica. Desde la gala, confiesa, los teléfonos del establecimiento, que lleva con su socio, Antonio Gallart, no dejan de sonar con gente interesada en hacer ya una reserva. "Tenemos los teléfonos bloqueados", afirma.
En enero, Sanz, que define su cocina como "cañera y con rock and roll", volverá a meterse en la cocina de Es Tragón, que cerró en octubre, para preparar la próxima temporada. Experimentar, probar, equivocarse, rectificar, repetir hasta que el plato quede perfecto.
