No sucedía algo así desde hacía siete años, cuando la crisis tocó fondo en las Pitiusas . Pero dada la desaceleración económica y fenómenos coyunturales recientes como la debacle del turoperador Thomas Cook, tampoco es extraño que haya ocurrido: por primera vez desde octubre del año 2012, las afiliaciones a la Seguridad Social cayeron un 2,8% en ambas islas, un 2,7% en Ibiza y un 4,5% en Formentera.

La mayor de las Pitiüses cerró el mes con 52.721 empleos, 1.482 menos que hace un año. La menor acabó octubre con 3.173 cotizantes, 149 menos que en el mismo periodo de 2018.

Gran parte de esa destrucción de puestos de trabajo se ha centrado en los cotizantes del régimen general, de los que hay 1.635 menos que hace un año (un 4% menos) en Ibiza. En Formentera son 164 menos (-7,1%). Lo curioso es que hay un 1,4% más de autónomos ibicencos (12.465).

La caída no ha afectado a todos los sectores por igual. Va por barrios. En el comercio ( afectado, en su caso, por las ventas on line) ya acumulan dos años seguidos de reducción de afiliados: en esta ocasión, la bajada ha sido del 3,4%, mayor que la producida en el año 2018 (-0,5%).

En la hostelería es el primer descenso que se registra desde el año 2016. Y ha sido importante, del 12%: hay 1.634 empleos menos que en 2018. Es singularmente relevante porque hay que remontarse a 2014 para encontrar un número menor de cotizantes a la Seguridad Social en la isla de Ibiza. El mayor palo, pues, lo ha recibido el sector dedicado plenamente al turismo, incluso en Formentera, donde el recorte de empleos ha sido del 17,6%.

Este bache laboral va por barrios porque, por ejemplo, no ha afectado a la construcción, que sigue viento en popa. El ladrillo, suma y sigue, alcanzó los 7.900 afiliados en Ibiza. Es un récord histórico que ni siquiera registró en pleno boom inmobiliario (durante ese mes del año).

La mayor parte de los nuevos empleos del ladrillo están relacionados con la construcción de edificios (3% más) y actividades especializadas (5,4% más), mientras que caen un 17,6% en ingeniería civil. Tan bien va todo lo que rodea al cemento y al pladur que hasta las actividades inmobiliarias (903 cotizantes) incrementan sus afiliados, pese a que los precios están por las nubes.

Este mal trago laboral parece estar vinculado al cierre (de momento temporal, ya se verá su alcance la próxima temporada) de empresas. Al concluir octubre había 7.839 en activo, 216 menos (-2,6%) que un año antes en Eivissa. Es el peor dato desde 2014. Por primera vez en los últimos cuatro años, hay menos de 8.000 en funcionamiento. En Formentera, esta temporada ya se ha borrado del mapa empresarial el 4,6% de los negocios. También hay que viajar en el tiempo, hasta 2014, para encontrar en esa isla una estadística peor (514 abiertas aún en octubre).

La mayor parte de las empresas que han echado el cierre en Ibiza están relacionadas con el comercio: hay 98 menos en funcionamiento que 12 meses antes, un 7,4% menos. En la hostelería, el descenso es del 5,5% (77 negocios menos), mientras que en el transporte es del 4,5%, con 24 cuentas de cotización menos.

Igual que en la estadística laboral, las empresas relacionadas con la construcción (1.018) siguen en auge: sumaron 40 más que en 2018, lo que supone un 4% de incremento.