Los municipios de Ibiza y Sant Josep concentraron la mayor actividad de construcción de nuevas viviendas en suelo urbano en los diez primeros años de aplicación del Plan Territorial Insular (PTI), entre 2005 y 2015, según se desprende de los datos del diagnóstico que servirá de punto de partida para revisar la normativa territorial insular. En esta década, se edificaron en Ibiza 1.201 viviendas y en Sant Josep 1.199, el 36% en ambos casos del total de la isla (72% del total). En Santa Eulària, se levantaron 550 inmuebles (17%), mientras que en Sant Antoni, 381 (11%).

En conjunto se edificaron 3.331 viviendas en la isla, con una superficie media de 115 metros cuadrados. En Sant Antoni, la media de la superficie de los inmuebles edificados fue de 83 metros cuadrados, cuando las edificadas en Santa Eulària se situó en 187 metros cuadrados (108 metros en Vila y 100 en Sant Josep).

Por zonas, la de Vila y su entorno acumulan el mayor número de viviendas, con 1.552 (1.201 en Vila, 287 en Santa Eulària y 64 en Sant Josep), seguida de la bahía de Portmany, con 1.141 (760 del municipio de Sant Josep y 381 de Sant Antoni). En el área de las calas de Sant Josep se edificaron 375 inmuebles y en la de Santa Eulària y sus alrededores, 263. Precisamente, el diagnóstico del PTI apunta que «la división administrativa municipal no es coherente con las áreas urbanas».

Adaptación al PTI «muy parcial»

Hay que tener en cuenta que el grado de adaptación de los planeamientos municipales al PTI es «muy parcial», ya que los de Sant Antoni y Sant Josep aún no lo han logrado. Pese a que el nuevo Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de Vila aún no se ha aprobado, el plan urbanístico de este municipio sí cumple las condiciones que contempla el PTI.

El documento que ha elaborado la empresa Cotesa por encargo del anterior gobierno del Consell expone el problema que generan las urbanizaciones ubicadas en las calas de la costa de Sant Josep. «Se trata de un parque edificado de viviendas unifamiliares u otras tipologías turísticas en general de uso muy estacional, en agrupaciones de suelo urbano con muy escasos servicios urbanísticos [problemas de gestión del ciclo del agua] y un nivel de dotaciones públicas muy bajo [ausencia de sistema educativo y sanitario]», explica el diagnóstico.

También apunta el problema que generan las semiurbanizaciones con déficits de servicios o en mal estado parcialmente ejecutadas, ya que «dificulta que sean consideradas como suelo urbano». Existen amplias zonas de suelo urbano sin completar, con problemas para su desarrollo y que, en muchos casos, son «el resultado de antiguas regulaciones urbanísticas muy laxas o de indisciplina». Además, estos ámbitos de gestión «bloquean la revisión y actualización del planeamiento».

El documento indica que «las dificultades de gestión de los suelos vacantes» provoca que «su viabilidad sea limitada». «En síntesis, en muchos casos, salvo que se produzca una acción decidida de los ayuntamientos, este suelo no estará en el mercado», añade el diagnóstico previo a la revisión del PTI.

Y sostiene que «el suelo vacante tiene capacidad» para dar salida a «las previsiones de crecimiento de población de los próximos 20 años». El suelo vacante tiene una distribución «muy irregular y no proporcional a la población existente»: para construir 4.244 viviendas en Ibiza, 3.350 en Sant Antoni, 4.553 en Sant Josep y 3.774 en Santa Eulària.