El Ayuntamiento de Sant Josep acumula ya un superávit de algo más de 50 millones de euros que de momento no puede gastar. Se trata del remanente presupuestario de los últimos años que por diversas cuestiones no ha podido ejecutar en el ejercicio siguiente.

La ley de estabilidad presupuestaria obliga a destinar este sobrante a las llamadas inversiones financieramente sostenibles: las que sirven para mejorar los servicios que presta al Ayuntamiento y no incrementan costes, como la mejora de la limpieza, de la eficiencia energética o la reforma de la cubierta de la piscina, por ejemplo, según explicó el alcalde, Josep Marí Ribas, Agustinet. El cuantioso superávit evidencia «la buena situación económica» del Ayuntamiento, dijo.

De cara a 2020, el alcalde calcula que el remanente de las cuentas de este año puede ascender a entre 3,5 y cuatro millones, cuantía que se podrá incorporar al próximo presupuesto para ejecutar inversiones financieramente sostenibles.

Presupuesto de 2020 al alza

Presupuesto de 2020 al alza

La cuantía que no se gaste engrosará el superávit de 50 millones que, mientras no se modifique la ley, el Ayuntamiento no puede invertir, según explicó el alcalde, junto al teniente de alcalde Pere Ribas, de Unidas Podemos, y el concejal de Hacienda, Vicent Roselló, en la rueda de prensa de presentación del presupuesto del año que viene. El remanente en 2018 fue de seis millones de euros, la mitad que en 2017, cuando llegó a 12 millones.

El Consistorio prevé que el presupuesto de 2020 ascienda a 37,8 millones de euros, un 0,6% más que el de este año y que lo convierte en «el más alto de la historia». El gasto aumentará un 7% y se equilibrará con la previsión de ingresos. El capítulo de inversiones, que se sitúa en 7,7 millones, también aumenta un 7% , según Roselló, «la cifra más alta» hasta ahora.

El presupuesto prevé una partida de 1,4 millones para la finalización de las obras del colegio de ses Planes, 959.336 para la renovación de la red de agua de sa Caleta, 397.805 para la de Cales de Ponent y 400.000 para la mejora de canalizaciones de abastecimiento y saneamiento y estaciones de bombeo del municipio. También se han previsto 550.000 euros para reforzar el asfalto en Cala de Bou y 500.000 euros más para la misma actuación en diversas calles de Sant Jordi.

Consultorio de Cala de Bou

Consultorio de Cala de Bou

Para la ampliación del consultorio médico de Cala de Bou se ha previsto una partida de 326.885 euros, para el parque infantil de Can Burgos, 300.000 euros, y para la finalización del complejo socio-cultural de Caló de s'Oli , 302.104 euros. Asimismo, se ha proyectado el refuerzo de la estructura de Can Blau (150.000 euros), la rehabilitación de la torre de Can Curt (150.000 euros) y la conclusión de las obras del Espai Jove (126.000 euros), que se ubicará en los antiguos vestuarios del campo de fútbol de Sant Josep.

El concejal de Hacienda destacó que el presupuesto de 2018, el último liquidado, alcanzó un grado de ejecución del 93% en general y del 70% en el capítulo de inversiones. «Es bastante alto», dijo.

Roselló también informó de que el presupuesto contempla partidas de 2,4 millones de euros, un 10% más que este año, para políticas de protección y promoción social, lo que representa el 6,4% del total.

Pere Ribas indicó que el primer presupuesto del nuevo equipo de gobierno es de «izquierdas aunque parezca presentado por otros», en referencia a que el Ayuntamiento mantiene «la mínima presión fiscal», sin subida de tasas ni impuestos (recordó que en algunos casos se mantiene el tramo más bajo), y aplicando bonificaciones de «hasta el 90% del IBI a familias con necesidad» para que «la igualdad en el municipio sea una realidad».