Año 2022: se materializa la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea. Ni Iberia ni Vueling pueden seguir operando en el espacio comunitario, ni siquiera entre Ibiza y Madrid, pues Bruselas considera que su capital mayoritario, en manos de IAG, no es de la UE, sino británico. Sin embargo, Air Europa, adquirida dos años antes por ese holding, se salva: la Comisión cree que es genuinamente europea y permite que mantenga sus vuelos interislas, con la Península y con el resto del continente.

Es una posibilidad. El anuncio de la adquisición, esta semana, de Air Europa por parte de IAG ha centrado el debate en si habrá más o menos vuelos y en si subirán los precios de los billetes, dada la concentración de empresas de ese grupo (Iberia y Vueling) que ya cubren trayectos similares. Pero desde la Confederación de Asociaciones de Empresas de Balears (CAEB), su vicepresidente, José Antonio Roselló, contempla otro escenario, al que denomina «la clave brexit».

«Quizás -explica Roselló- IAG tenía motivos de mayor eficiencia, de economía de escala o de ser más competitiva para absorber Air Europa. Pero también es posible que se pueda explicar en clave brexit». Recuerda que otras compañías, como por ejemplo EasyJet, han creado filiales con sede en territorio continental para seguir volando en Europa en caso de que el Reino Unido abandone el espacio económico comunitario: «Fue un movimiento corporativo para seguir siendo comunitaria». IAG tiene una situación similar: «La compañía dice que no hay ningún problema, pero Bruselas asegura que sí lo hay. Por eso sorprende que, encima, haga ahora esta fusión, que se haga más grande cuando ya tiene problemas para encajar dentro de Europa tras el brexit».

Genuinamente española

Genuinamente españolaDe ahí la clave brexit. ¿Se trata de un movimiento de IAG para asegurarse su presencia en Europa? Roselló indica que «hay muchas incógnitas» relacionadas con esa fusión, lo que impide saber cuál es el objetivo final: «No se ha sabido hasta ahora cuál es la figura jurídica a través de la cual se lleva a cabo. Si de ella saliera, otra vez, una IAG mayoritaria, el holding no habría ganado nada y el capital seguiría siendo mayoritariamente británico».

La Comisión deberá analizar dos temas relacionados con esa fusión: «La propia competencia en sí, es decir, si se vulnera o no, y cómo quedaría Air Europa tras el brexit», es decir, si sigue siendo genuinamente española o si se ha 'nacionalizado' británica tras la operación de compra, explica el vicepresidente de la CAEB.

¿Qué tipo de fusión es?

¿Qué tipo de fusión es?

«Se habla de la fusión -insiste Roselló-, pero no de las modalidades de esa fusión. Hay que saber cómo han planteado toda la estructura de capital y organización empresarial para que la empresa sea una sola o varias y esté o estén encajadas en el derecho comunitario. Falta saber quién sale mayoritario, cómo es la estructura del capital, si se crea un grupo de sociedades?». Roselló está seguro de que «han diseñado toda una ingeniería mercantil que permita pasar la criba de Bruselas desde el punto de vista del brexit». Teniendo en cuenta que el despacho de abogados Garrigues es el que ha asesorado a IAG, se supone que está todo atado y bien atado, tanto en la cuestión referente a la competencia como a la europeidad de la aerolínea tras la salida del Reino Unido.

Una compra «chocante»

Una compra «chocante»

A Roselló le «choca» que se haya optado por la adquisición de «una compañía genuinamente nacional». «Siempre -añade- he tenido la impresión de que IAG estaba empantanada en Bruselas por ese tema. La poca transparencia es el ejemplo de que algo está pasando». Quizás el objetivo de esta jugada haya sido asegurarse una pica en España y, por ende, en Europa. No obstante, la fusión no estará aprobada, desde el punto de vista de la competencia, «hasta el segundo semestre de 2020», señala Roselló.

«Parece una operación sencilla pero hay que encajar muchas piezas», de las que hasta ahora poco se conoce: «En realidad no sabemos de lo que hablamos. No se conocen bien los términos de la misma y sus derivaciones», apunta.

El vicepresidente de la CAEB percibe que la operación «se ve con bastante cautela» tanto en medios políticos como económicos. «No hay entusiasmo ni oposición, pero sí prudencia. Y eso indica que las cosas no están muy claras».

Monopolio aéreo

Monopolio aéreo

Cree que «desde un punto de vista corporativo, es muy posible que esta operación suponga una mayor eficiencia de gestión para ambas compañías», lo cual explique, en parte, la compra multimillonaria. Pero advierte de que, según su alcance, «es obvio que, automáticamente, podría originar un monopolio o cuasi monopolio de mercado, al unirse dos compañías con mucha presencia» en el espacio aéreo español.

«Eso -comenta- es lo que despierta dudas de si vulnerará una sana competencia. Por eso es muy importante esperar a ver qué dictamen sale de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia española y, sobre todo, de Bruselas, de la Unión Europea. Y Bruselas suele ser bastante estricta, en general, con todas las operaciones de fusión», avisa.