El municipio de Sant Antoni resultó ayer el más afectado por el temporal de lluvia y viento que se vivió por la mañana en las Pitiüses. Sobre todo por el paso de al menos un tornado -pudieron ser dos-, que destrozó todo lo que encontró a su paso en una franja de varios kilómetros de longitud entre Cala Gració y Santa Agnès. Los centenares de árboles arrancados de raíz o con las ramas rotas obligaron al Consell a ordenar el cierre de varias carreteras por precaución. Concretamente la de Sant Antoni a Santa Agnès y la de Santa Agnès a Sant Rafel. (Mira todas las imágenes aquí)

En la zona de Cala Gració el tornado se llevó volando buena parte del material de una obra de un edificio de viviendas entre los hoteles Accord y Casa Cook. Según relató un testigo a Diario de Ibiza, volaron parte de las casetas de la obra y las chapas de encofrado, además de todas las vallas de seguridad.

Tres trabajadores que se habían refugiado en una de las casetas resultaron heridos al desplazarse ésta varios metros por la fuerza del viento. Los tres fueron atendidos en la Policlínica Nuestra Señora del Rosario con diversas contusiones, aunque su estado no reviste gravedad.

200 árboles en siete kilómetros

Muy cerca, en la zona de Can Coix, los destrozos eran evidentes, con transformadores de la electricidad derribados, así como postes, árboles, contenedores de basura, muros y señales de tráfico. En el complejo deportivo se reventaron cristales y hubo desperfectos en ventanas y techos. La franja se prolongaba siete kilómetros hasta el Pla de Corona y el pueblo de Santa Agnès. En ese tramo cayeron alrededor de 200 árboles, según un comunicado del Ayuntamiento.

La carretera de Cala Salada quedó también cortada y varias viviendas sufrieron graves desperfectos, con cristales rotos y árboles arrancados en jardines, según un vecino, que relató que los muebles de su terraza habían salido «volando». Toda la zona quedó sin electricidad ni línea telefónica durante el resto del día.

Un testigo del paso del cap de fibló en el cruce de la carretera que une Santa Agnès con Sant Rafel y que arrancó varios pinos de gran tamaño a su paso: «Ha estado a punto de levantarme el coche, que pesa tres toneladas». «En total, habrá arrancado unos 50 pinos en esta zona con raíces y todo y varios postes y transformadores de la luz. Ha sido muy fuerte», añadió el hombre, que a esa hora se dirigía a trabajar.

En el resto de Sant Antoni hubo algunos destrozos más, como la caída de un muro de bloques en el Camí des Amaradors, entre Sant Antoni y ses Païsses, justo cuando pasaba un vehículo, que sufrió importantes daños, aunque su conductor resultó ileso.

El resto de municipios de Ibiza se vieron afectados básicamente por las fuertes lluvias que descargaron al mediodía. El 112 registró un total de 30 incidencias en la isla. En cuanto a las lluvias, la Agencia Estatal de Meteorología registró 58,4 litros por metro cuadrado en Sant Antoni, 53,8 en el aeropuerto y 36,4 en Sant Joan. En Vila se produjeron inundaciones en diferentes puntos de la ciudad y los bomberos tuvieron que realizar varias salidas. La avenida Ignasi Wallis quedó cortada en los dos sentidos tras las precipitaciones registradas. Según indicó el Ayuntamiento de Ibiza, durante la madrugada emergió una sustancia aceitosa de las alcantarillas, lo que obligó a verter arena para absorber el aceite. La lluvia, al mezclarse con los otros materiales, provocó que la conducción fuera peligrosa en la avenida, por lo que se cortó el tráfico mientras se limpiaba la vía.

Vertido de fecales

También se produjo un nuevo vertido de fecales en el puerto. La conselleria balear de Medio Ambiente activó el protocolo de actuación hasta que se comprobó que se trataba de un vertido de fecales.

El aparcamiento junto a Diario de Ibiza volvió a resultar anegado y una decena de coches tenía el agua por encima del nivel de las puertas. La tromba obligó además a cerrar la carretera del aeropuerto, a la altura del kilómetro 6, según informó el Consell a través de su cuenta oficial de Twitter.

En Sant Josep el viento tumbó también algunos pinos en la zona de Cala Vedella y tuvieron que intervenir los bomberos y la Policía Local y en Cala de Bou salieron volando algunas planchas de una obra, que tampoco provocaron daños personales.