Bones tardes i moltes gràcies per acompanyar-nos en aquesta celebració d'homenatge als premiats de Diario de Ibiza.

El gran Antonio Muñoz Molina escribía hace unos días que se fija «en el trabajo de muchísimas personas que sostienen nada menos que la trama formidable de la vida». Esta frase resume el sentido de los premios que desde el año 1993, y en distintas etapas, ha otorgado Diario de Ibiza a muchas personas, empresas, entidades o asociaciones que han trabajado sin escatimar esfuerzo ni tiempo en muy diversos ámbitos. Y que han logrado mejorar la sociedad, nos han hecho mejores.

Tenemos una deuda con ellos, porque somos lo que somos gracias a la labor de personas, anónimas o no, que han destacado en el campo de la empresa, la cultura, el turismo, la educación, la sanidad, la solidaridad, el medio ambiente, el arte, la literatura, la investigación.

La pasión por lo que hacen es un rasgo que comparten las 132 personas o entidades que desde el año 1993 han sido distinguidas con los premios de Diario de Ibiza. Una pasión que también define la trayectoria de los tres premiados a quienes hoy queremos brindar un reconocimiento público y mostrar nuestra gratitud. El mismo agradecimiento que quiero expresar también a la confianza que nos dan cada día los miles de lectores y los anunciantes de Diario de Ibiza.

La pasión de Alba Pau por ayudar a los niños, los niños siempre; esos niños que sufren y por los que llora mucho, que tienen discapacidad, o que se encuentran en situaciones de enorme dolor, que jamás deberían golpear a un niño. Alba Pau se rebela contra la injusticia y el sufrimiento, y los padece en su propia carne; busca formas de ayudar a asociaciones y de recoger fondos para financiar servicios o infraestructuras necesarios, como el ya famoso calendario de Apneef. Escuchar a Alba Pau hablar de su labor con los niños es compartir su emoción, y convenir, con ella, en que sí, que nuestra obligación es ayudar a todos estos críos. Pau cuenta que una madre de Apneef dijo que los niños con discapacidad están aquí para enseñarnos a ser mejores personas. Alba: tú también nos enseñas a ser mejores personas, a mirar a nuestro alrededor y a ver a quienes necesitan ayuda. Muchas gracias, Alba.

La pasión de Manu San Félix es el mar, y su obsesión, mostrar la extraordinaria riqueza que esconden sus fondos porque, como decía su idolatrado Jacques Cousteau, lo que se conoce se ama, y lo que se ama, se cuida. Manu San Félix llegó a Formentera en 1992 y se quedó, maravillado por ese mar bajo el que se extiende la pradera de Posidonia oceanica más grande y mejor conservada del Mediterráneo.

Es biólogo, cámara y fotógrafo submarino, explorador del proyecto 'Pristine seas' de National Geographic, y este año ha estrenado un magnífico documental, 'Salvemos nuestro Mediterráneo', que sigue en su línea de educar, sensibilizar y concienciar sobre la urgente necesidad de proteger nuestro mar.

Manu San Félix nos ha mostrado lo que hay en el fondo del mar, la impresionante belleza de nuestras praderas de posidonia, nos ha enseñado por qué esta planta marina es tan valiosa, pues es fuente de vida y el hábitat de numerosas especies. También nos muestra el desastre que provocan los emisarios que vierten día tras día agua mal depurada o sin depurar; la contaminación del Mediterráneo, asfixiado por los plásticos, y sus fatales consecuencias para las especies marinas; cómo las anclas de los yates arrasan las praderas de posidonia. Lo que no se conoce no existe, y gracias a Manu San Félix sabemos que el mar se encuentra en una situación crítica pero que aún estamos a tiempo de frenar su degradación.

Muchas gracias, Manu, por llevarnos contigo al fondo del mar y por compartir con nosotros tu pasión.

Y la pasión también está en el origen de la Policlínica Nuestra Señora del Rosario, en este caso pasión por la sanidad y por dotar a Ibiza de una asistencia sanitaria de la que carecía. Esta empresa cumple cincuenta años, y nace gracias a la iniciativa del médico Julián Vilás, junto a su esposa Rosario San Julián. Vilás impulsa la sanidad en una época en la que la isla sufría muchas carencias y tenía muy pocos recursos. Es el pionero y promotor de la sanidad privada, que complementa desde hace años al sistema público de salud, pero Vilás también impulsó la mejora de la sanidad pública en la isla. La pasión por la sanidad la comparten sus hijos, Marta y Francisco, que se puso al frente de la Policlínica en 1995 y que apostó por el crecimiento del grupo empresarial y por la modernización.

La evolución de la Policlínica Nuestra Señora del Rosario es la historia reciente de la sanidad ibicenca, desde aquella época de carencias hace medio siglo hasta ahora, cuando la isla dispone de una completa y moderna sanidad tanto pública como privada, a la altura de las necesidades. Muchas gracias a la familia Vilás por vuestra contribución decisiva a mejorar la atención sanitaria de los ibicencos.

Hoy, aquí, rendimos homenaje a todas estas personas que sostienen la trama formidable de la vida. Enhorabuena a los premiados. Muchas gracias.