La Policlínica Nuestra Señora del Rosario ha sido reconocida con el premio Diario de Ibiza a la iniciativa e innovación empresarial, reconocimiento que coincide con su 50 aniversario. En este medio siglo de vida su objetivo siempre ha sido el mismo: que los pitiusos contasen con una sanidad de calidad. El acto se celebrará mañana a las 19.30 horas, en el Club Diario de Ibiza. El aforo es limitado, por lo que se requiere invitación para asistir a la entrega de premios.

La semilla de la Policlínica se sembró en 1958. El doctor Julián Vilás Ferrer (Ibiza, 1930-2012) encontró trabajo en el hospital público, pero decidió junto con su esposa, Rosario San Julián, abrir una pequeña clínica en la avenida de España que contaba con un quirófano, una sala de esterilización, otra para rayos X, un despacho y cinco habitaciones. «En los años 50 la medicina en Eivissa estaba muy flojita, había pocos medios. Había, además, muy pocos médicos», explica el cirujano y traumatólogo ibicenco en un artículo en primera persona publicado en Es Diari el 27 de marzo de 2011.

Este mini hospital pronto se quedó pequeño, por lo que en julio de 1969 (un accidente de tráfico en el que estuvo implicado uno de los autobuses de la empresa familiar adelantó dos meses su apertura) Vilás Ferrer y su esposa decidieron abrir la actual Policlínica Nuestra Señora del Rosario, que entonces costó unos 20 millones de pesetas. Como consecuencia, de las cinco habitaciones del centro de la avenida de España se pasó a las 30 en la Vía Romana y de un quirófano, a cuatro. Pese a contar con un espacio más amplio y con mayor tecnología, la filosofía de 'don Julián' era la misma: «Un hospital no lo hacen las paredes sino la ilusión de quienes trabajan en él. Esto es importante. Que el personal que trabaja esté contento y disponga de los instrumentos que necesita para su trabajo normal».

1987: Ibiza cuenta con un TAC

Esta empresa familiar fue evolucionando con el paso de los años y su máxima aspiración era que los ibicencos no tuvieran que verse obligados a trasladarse a la península por cuestiones médicas. Para ello, desde el principio su apuesta por contar con la última tecnología fue firme, prueba de ello es que el primer TAC con el que contó Ibiza lo adquirió la Policlínia Nuestra Señora del Rosario en 1987. Ese año supuso un punto de inflexión, ya que como declaró el hijo de Vilás Ferrer y actual CEO del Grupo Policlínica, Francisco Vilás San Julián (también cirujano digestivo), disponer de un TAC era «jugar en Primera División». En la misma línea se manifestaba el alma mater del centro privado: «De todas las innovaciones tecnológicas, las que considero más importantes son el TAC y la resonancia magnética, fundamentales para el diagnóstico».

El hijo del fundador cogió el testigo de la clínica en 1992, cuando se llevó a cabo una nueva ampliación, tras trabajar cinco años en Francia y uno en Estados Unidos, en Nueva York. Aunque su regreso fue duro («la Eivissa de aquellos años no era la de ahora», señala Vilás), le atrajo la propuesta de su padre: «Como él era muy generoso, me dijo que si volvía podría hacer todo aquello con lo que soñase. Y así lo hice», contó el CEO del Grupo Policlínica en una entrevista publicada en este diario con motivo del 50 aniversario de la clínica privada.

Su hermana, Marta Vilás, es presidenta del Consejo de Administración del Grupo Policlínica y de la Fundación Julián Vilás Ferrer, creada en honor a su padre.

Tras este relevo generacional, donde Vilás aportó ideas más revolucionarias fruto de su experiencia laboral en el extranjero, el reto era que la asistencia sanitaria privada de Ibiza estuviera a la altura de cualquier capital de provincia española. Fue el momento de la expansión de la clínica, de las empresas del grupo y de los centros sanitarios, hasta llegar al medio millar de trabajadores que tiene en la actualidad. «En esta etapa el principal reto fue convencer a la ciudadanía de Ibiza de que éramos capaces de hacer lo mismo que cualquier otra ciudad de España», confesó Vilás, que en 1995 asumió la gerencia de la cínica privada.

En ese mismo año la Policlínica se dotó con la primera resonancia magnética; después, la primera unidad de cirugía laparoscópica y la primera de hemodinámica cardiaca.

De este medio siglo de vida, los herederos de la familia Vilás San Julián, Francisco y Marta, destacan como fecha clave el año 2000, cuando la Policlínica abrió la Unidad de Neurocirugía, la primera y la única con la que cuenta Eivissa, donde se realizan más de 200 operaciones al año.

Si en los inicios esta clínica privada cubrió un vacío en la atención sanitaria de las Pitiusas, la implantación de nuevos servicios y de la última tecnología complementó al sistema público de salud. De hecho, a lo largo de las últimas décadas la sanidad pública ha establecido conciertos de colaboración con la Policlínica para prestar en la isla determinados servicios como, precisamente, de Neurocirugía o Hemodinámica.

Sellos de calidad

Sin embargo, la familia Vilás San Julián reitera que no compiten con la sanidad pública, sino que su compromiso es ofrecer un servicio de calidad a la ciudadanía. Por ello, pese a que el tamaño de la población de Eivissa no es suficiente como para contar con determinadas unidades, el CEO de la Policlínica insiste en que, al ser una clínica privada que pertenece solo a una familia, cada unidad no está subordinada a criterios de rentabilidad. «Cada unidad no es independiente, ya que todas forman parte de un todo. Lo que nos interesa es que la unidad determinada funcione, tener listas de espera reducidas, dotarla de buena tecnología y de profesionales adecuados», sostuvo Vilás.

La excelencia y la aplicación de los últimos avances en medicina convirtieron a la Policlínica en enero de 2017 en el primer centro hospitalario de España en obtener una norma específica de centros sanitarios donde, entre las mejoras para los pacientes, se incluye la seguridad durante el tratamiento o la cirugía.

Además, un año antes, en enero de 2016, esta clínica privada ibicenca obtuvo la Q de Calidad turística, una norma que otorga el ICTE (Instituto para la Calidad Turística Española), a aquellas organizaciones aptas para ofrecer servicios turísticos de calidad. Aparte de ser pioneros en la implantación de servicios, de aplicar las últimas innovaciones tecnológicas y de contar con profesionales cualificados, esta empresa familiar tiene claro cuál es la clave de su éxito: la confianza de los pacientes. «En medicina la confianza es básica. Lo más importante es estar cerca del paciente para que confíe en nosotros y esté tranquilo y seguro de que las cosas saldrán bien», afirmó la presidenta del Consejo de Administración del Grupo Policlínica y de la Fundación Vilás Ferrer.

En la actualidad, uno de los proyectos más ambiciosos es la apertura de un centro de infertilidad.