La primera jornada del Foro Marino que ayer y hoy se celebra en Jesús para abordar el problema de los residuos plásticos, los vertidos en el mar y las reservas marinas, sirvió para demostrar que la principal preocupación de los políticos pitiusos consiste en la falta de depuración eficaz de las aguas residuales que se vierten al mar desde las instalaciones teóricamente encargadas de ello. En mayor o menor medida, todos los alcaldes y los presidentes de los dos consells destacaron la necesidad de mejorar el funcionamiento de estas instalaciones.

En la ronda de intervenciones de los cinco alcaldes ibicencos, la presidenta del Consell de Formentera y el presidente ibicenco abundaron más los lamentos por la falta de competencias, el incumplienteo de las leyes o la inoperancia de la Demarcación de Costas que los anuncios concretos de actuaciones específicas para los próximos meses desde sus respectivas administraciones.

Lo más parecido que se escuchó a compromisos concretos fue el anuncio del alcalde de Sant Antoni de «poner sobre la mesa» la posible creación de una reserva marina en ses Margalides, en la costa noroeste de la isla, aunque lo dijo en el último momento y de forma sumamente escueta. El alcalde de Ibiza, Rafa Ruiz, por su parte, anunció: «Sacaremos una ordenanza para limitar las bolsas en los comercios», aunque sin ofrecer mayores detalles.

La alcaldesa de Santa Eulària, Carmen Ferrer, dijo que su principal apuesta consiste en mejorar la gestión del agua, a través de la desalación, para así permitir la recuperación de los acuíferos. También abogó por reutilizar el agua depurada, evitando que se vierta al mar. «Concentramos nuestras energías en estos aspectos», señaló.

El alcalde de Sant Joan, Antoni Marí, recalcó la necesidad de que «lo que sale de las depuradoras sean aguas tratadas para que se puedan usar, y no aguas contaminantes». Marí destacó las medidas tomadas por el Ayuntamiento para prescindir de la compra de enseres y objetos de plástico de un solo uso.

El alcalde de Sant Antoni, aparte de su mención a una posible reserva marina en el municipio, aludió a las limpiezas del fondo marino que se realizan periódicamente y recordó la existencia del Centro de Recuperación de Especies Marinas y la gestión de playas.

Josep Marí Ribas, alcalde de Sant Josep, destacó que ayer mismo el pleno declaró la emergencia climática en el municipio, y resaltó la necesidad de «unificar» criterios entre todos los ayuntamientos y consells de las islas.

El alcalde de Vila empezó asegurando: «Llegamos tarde, porque Ibiza hace ya tiempo que ha sobrepasado los límites», pero se mostró optimista ante la movilización surgida en la isla. También criticó a Costas porque lleva tres años tramitando la regulación de fondeos de Talamanca, donde se han llegado a contar hasta 300 barcos anclados sobre posidonia simultáneamente en un día de agosto. También hizo una defensa rotunda de la gestión de la posidonia en las playas. Frente a las críticas que suelen hacer los hoteleros, el alcalde recordó que sin esas acumulaciones de posidonia muerta «las playas se quedarían sin arena».

El representante del Govern en ausencia de Pilar Costa (excusó su asistencia por un imprevisto personal), Vicent Torres Ferrer, recordó la aprobación del decreto de la posidonia, la ley de residuos o la de cambio climático, todas ellas aprobadas en la anterior legislatura.

El presidente del Consell de Ibiza expuso como su principal objetivo «hacer cumplir las leyes», porque el problema «es el incumplimiento de las normas y la impunidad». Además de pedir que las depuradoras «dejen de maldepurar» el agua que lanzan al mar, recordó que ha pedido al Govern que la ecotasa financie el traslado permanente a Ibiza de dos lanchas de la Guardia Civil del Mar para vigilar fondeos ilegales, vertidos y otros temas ambientales.

La presidenta del Consell de Formentera, Alejandra Ferrer, fue la única que arrancó los aplausos del numeroso público presente (240 personas) cuando, refiriéndose a los emisarios de aguas depuradas, dijo: «Hemos atacado las consecuencias, pero no las causas. El problema no son los emisarios, sino la mala depuración de las aguas». Además, afirmó sobre los fondeos: «Hay demasiados barcos en nuestras costas». Formentera eliminó las bolsas de plástico hace dos mandatos, ha implantado un sistema de restricción de entrada de coches y obliga a las viviendas turísticas a generar el 20% de su energía con fuentes limpias, entre otras cosas.