Si el ministro José Luis Ábalos se hubiera imaginado la que iba a liar el pasado miércoles en el Congreso, cuando se refería a lo que él llamó «perturbaciones» -el incremento del descuento aéreo para residentes al 75% que entró en vigor en julio del año pasado- y su efecto en el precio de los billetes-seguramente se hubiera contenido en su lenguaraz respuesta a la diputada de Coalición Canaria Ana Oramas.

La furia se desató en los dos archipiélagos contra el titular de Fomento en funciones cuando se quejó de lo caro que le sale al Estado subvencionar la movilidad de los ciudadanos españoles de los territorios no peninsulares (ceutíes y melillenses incluidos). Los mismos ciudadanos que también financian el costosísimo AVE, las autopistas o los aeropuertos de uso residual -por no decir aeródromos fantasmales- que solo utilizan de forma esporádica en la mayoría de los casos. Los mismos ciudadanos que soportan las chanzas de los peninsulares cuando les reprochan eso de «a vosotros os pagamos los billetes».

Las reacciones en Balears y Canarias han hecho que los presidentes socialistas de las dos comunidades, Francina Armengol y Ángel Víctor Torres, respectivamente, salieran corriendo a decir que Ábalos les cogió el teléfono y que donde dije digo, digo Diego.

Más demanda de viajes

El descuento no se toca, al menos a las puertas de otra campaña electoral. A pesar de que para las arcas estatales la bonificación al transporte aéreo y el marítimo -cuya demanda ha crecido un 20 y un 15%, respectivamente desde julio de 2018-, haya supuesto 532 millones de euros en 2018, cifra que este año superará los 625 millones, según los datos que dio Ábalos en su respuesta a la diputada de Canarias. Con unos presupuestos prorrogados y después de que en septiembre del 2018 el ministro anunciara que para los presupuestos que preveía aprobar la partida ascendería a 462 euros. Se ha disparado un 35%.

Es decir, no solo los residentes y sus representes políticos se quejan de que han subido los precios de los billetes de avión tras el incremento del descuento, sino que han aumentado los viajes y los fondos destinados a la bonificación también se han disparado.

Bajo sospecha

De ahí el mensaje, a residentes en este caso, del ministro socialista -que le salió un tanto al estilo que nos tenía acostumbrados el expresidente Mariano Rajoy- con aquello de que el Gobierno quiere saber qué clase de residentes, en cuanto a su renta, se están beneficiando del descuento y «cuántas veces» ya que podría ser «que se beneficien no demasiados y a veces demasiado los mismos».

Por ello, la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) anunció el ministro, está revisando el sistema de las subvenciones al transporte. También la Universidad Pompeu Fabra hace un estudio para ver el efecto del incremento del descuento de residente en las tarifas aéreas. Cabe recordar que la bonificación empezó en el 33% en 1963 y subió al 50% cuarenta y cuatro años después, en 2007, hasta llegar el año pasado al 75%.

Las declaraciones de Ábalos que abundaron en que el Gobierno está cotejando las bases de datos de los residentes que viajan con las de la Agencia Tributaria crearon una tensión social y política de infarto sobre si estaba en peligro el derecho del residente a viajar con descuento para compensar la insularidad. Tanto el Régimen Especial Balear (REB) como el canario (REF) y el Estatuto de Canarias lo garantizan.

La tensión se mantiene y los precios están bajo sospecha.