La pasión de Bastián Baltasar Bux eran los libros, la de Fran Madrid, también. Como el protagonista de este clásico de la literatura infantil y juvenil del escritor alemán Michael Ende, este jovencito ibicenco de 9 años, ama la lectura, bueno, para ser más exactos, la lectura y el fútbol. Madrid, lector infatigable (devora una media de 40 libros al año) ha descubierto en la saga de 'Los Futbolísimos', de Roberto Santiago, la fórmula perfecta para disfrutar de sus dos aficiones favoritas. Visitante asiduo de la biblioteca Vicent Serra Orvay, en Sant Jordi, prefiere concentrarse en la lectura en su acogedora sala infantil que en su casa. Se acuerda perfectamente del primer libro que leyó allí, 'Hugo y el dragón de la noche', de Gema Sirvent. «Me gustó tanto que decidí que vendría a la biblioteca todos los días», recuerda. De los libros valora, no solo sus historias, sino el vocabulario y las enseñanzas que le aportan. Adora las obras que hablan de animales y de hechos reales. Al igual que muchos otros usuarios infantiles de las bibliotecas ibicencas, los libros de dinosaurios le fascinan.

A su primo Izan Moreno, también de 9 años, que está sentado a su lado curioseando el manga 'Bola de Drac Z', le pirran también 'Los Futbolísimos' y una colección que le regalaron cuando le ingresaron en el hospital para operarle, la de 'The Crazy Haacks', que, explica con entusiasmo, «son los youtubers más locos del mundo».

Locos por 'The Crazy Haacks'

Los gustos literarios de estos dos primos residentes en Sant Jordi coinciden con los de la media de los usuarios entre los 9 y los 14 años que visitan las cuatro bibliotecas municipales ibicencas consultadas por Diario de Ibiza, la de Sant Jordi, la de Can Ventosa, la de Santa Eulària y la de Sant Antoni. Joana Guirado, bibliotecaria en Vicent Serra Orvay, explica que libros como de 'The Crazy Haacks' «siempre están prestados». En los diez años que lleva en este puesto, se ha percatado de que «los gustos de los niños han variado bastante». Sobre todo «en los dos últimos años» ha notado que, a partir de los 9 años, el público infantil demanda sobre todo libros escritos por youtubers e influencers, como es el caso de 'The Crazy Haacks' o el de la saga 'La diversión de Martina', de Martina D'Antiochia. Esa opinión la comparte Guirado con la responsable de la biblioteca municipal de Sant Antoni, Gara Planells: «Todo lo que tenga que ver con youtubers e influencers nos lo quitan de las manos».

En la era de internet, tablets, smartphones, vídeoconsolas y ordenadores, la literatura infantil y juvenil se ha tenido que poner las pilas para mantener su atractivo frente a tanta distracción digital. Y aunque pareciera lo contrario, en la actualidad hay más lectores infantiles que nunca. Por lo menos es lo que se constata consultando las estadísticas de bibliotecas municipales de la isla como la de Vila. En Can Ventosa en los dos últimos años han aumentado tanto el número de préstamos como el número de usuarios infantiles que visitan sus instalaciones. A 21 de agosto de este año esta biblioteca contaba con un total de 23.719 socios, de los que «casi un 40 por ciento son niños», explica su directora, Fanny Tur. «A pesar de que hay más estímulos, creo que hay más lectores infantiles que antes», señala.

Fanny Tur lleva al frente de la biblioteca municipal de Eivissa 31 años, desde que se abrió el 7 noviembre de 1988 su sede, entonces en la calle Castilla. Recuerda perfectamente el día de la apertura. «Se formaron unas colas tremendas, como si fueran las rebajas de El Corte Inglés, y hubo un aluvión de peticiones para hacerse el carnet», rememora. Era la novedad, pero, opina, en aquellos tiempos los padres se implicaban menos en las lecturas de sus hijos y concebían este espacio casi «como una guardería».

Estefanía Aros es «la socia número uno de la biblioteca municipal de Ibiza». Esta lectora empedernida ha contagiado su amor a los libros a su hija, Alejandra Guerrero, de 4 años. Cada noche le lee un cuento y, mínimo, dos veces por semana, visitan juntas Can Ventosa. Cuando su madre le pregunta «¿qué te gusta más, la playa o la biblioteca?», la pequeña no lo duda ni un minuto, se queda con la segunda opción. En la sala Caganius, el espacio dedicado a los lectores infantiles en Can Ventosa, la pequeña dibuja, colorea y curiosea entre los libros. «A pesar de las nuevas tecnologías, los niños se hacen lectores tocando papel», afirma con convicción Fanny Tur.

Socios fieles

«A estas edades hay que sacar a los pequeños de la biblioteca, les encanta estar aquí», comenta, por su parte, Joana Guirado mientras muestra la sala infantil y juvenil de Vicent Serra Orvay, en Sant Jordi, que cuenta incluso con sus propias mascotas, dos simpáticos peluches bautizados como Mosqui y Saphira.

Una usuaria asidua de este espacio es Elena Menéndez, de seis años, que disfruta de lo lindo ojeando los libros. Se ha pasado el verano acudiendo a diario con su familia a esta instalación municipal. Tiene muy claro lo que le gusta, no se deja aconsejar por su padre, Alfonso, que le acompaña esta vez. A ella los libros le gustan por «los dibujos». Lo comenta mientras señala su obra favorita, 'El secreto de Blef: Bésame si quiero', de Teresa Arias y Eva Clemente. La pequeña busca también un libro para su hermano mayor, el de 'Los Futbolísimos 3'. Si está prestado se llevará alguno de la serie de 'El Capitán Calzoncillos'.

Como Menéndez, Erik Castro Herreros, de seis años, y su hermano Oliver, de dos, son socios fieles de esta biblioteca. Su madre, Cristina Herreros, amante de la literatura, ha transmitido esta afición a los pequeños, a los que les lee cuentos antes de ir a dormir. Eso mismo hace Melany Jael, de doce años, con su hermano David, de cuatro. A los dos les encantan los libros. A pesar de residir en Sant Jordi, desde niños acuden a la biblioteca de Can Ventosa. David escucha embelesado a su hermana, que le lee '¡Hola Dudley!', de Sam Lloyd, mientras con su mano da vida al títere que representa al protagonista, un pequeño monstruo que sobresale de la portada de la publicación. El tenis, primero, y los libros, en segunda posición, son las dos aficiones favoritas de Melany. Ella se enganchó a la lectura con el 'Sexto viaje al Reino de la Fantasía', de Geronimo Stilton, una serie de libros para niños de 6 a 12 años creados por la escritora italiana Elisabetta Dami que triunfa entre los ibicencos. El secreto de su éxito está, según Joana Guirado, en que proponen a sus lectores «juegos, tienen colores, olores y muchas ilustraciones».

Con un formato similar al de Stilton, otro de los libros más prestado en las bibliotecas ibicencas es el 'Diario de Greg', de Jeff Kinney, que combina los dibujos escolares con el diario de un antihéroe. Es una de las lecturas favoritas de Érika Álvarez López, de 9 años, usuaria de la biblioteca municipal de Santa Eulària. Le gusta por su tono cómico, aunque ahora está pensando cambiar de género y pasarse del humor al miedo, según explica su madre, Marta López Álvarez. A Yuchen Li, de nueve años, socia de esta misma biblioteca, también le gustan los libros en formato diario, como el de 'Kika Superbruja', de Knister, que lee en su versión inglesa, por recomendación de su madre.

Visuales e interactivos

En un mundo cada vez más visual y lleno de estímulos, parece más complicado que los niños mantengan la concentración en la lectura. Por este motivo, la tendencia es que «los libros dirigidos al público infantil sean cada vez más interactivos, con menos textos y más ilustraciones», como explica Mónica Escandell, que lleva 19 años trabajando como auxiliar en la biblioteca de Santa Eulària.

Según explica Joana Guirado, «a partir de los siete años el formato álbum se lleva mucho». En este caso las historias empiezan a adquirir complejidad, aunque la imagen es tan importante como el texto para seguir la trama. Uno de los que más gustan en Sant Jordi es el de 'La casa de los Ratones', de Karina Schaapman.

A partir de los doce años, tienen muy buena acogida los libros-diario como los de Tom Gates, personaje creado por Liz Pichon, o entre el público femenino, el 'Diario de Nikki', de Rachel Renée Russell.

Por supuesto, Harry Potter sigue siendo uno de los protagonistas estelares de las lecturas infantiles y juveniles en la actualidad, aunque, según Guirado, las novelas fantásticas de J.K. Rowling han perdido algo de tirón con respecto a años anteriores.

'Si no puedes con el enemigo,únete a él'. Es lo que deben tener en mente las editoriales, que cada vez más se alían con las nuevas tecnologías para ofrecer un valor añadido a sus publicaciones en papel. «Contra la pantalla no se puede luchar», sentencia Guirado. Cita, como ejemplo, algunos libros infantiles como 'Adivina cuánto te quiero', un álbum ilustrado de Sam McBratney y Anita Jeram, que ofrece información extra en internet. Muestra otra publicación, 'Cari-caricias', de Mar Benegas y Marta Comín, una lectura dirigida a pequeños de hasta 3 años. Tiene un código QR a través del que se pueden descargar melodías para que los padres puedan bailar con sus hijos.

Las bibliotecas en los últimos tiempos están apostando también por lecturas dirigidas a educar en igualdad y diversidad. La bibliotecaria de Sant Antoni, Gara Planells, comenta que «se llevan mucho las obras de coeducación e igualdad», entre las que cita títulos como el de '¿Hay algo más aburrido que ser una princesa rosa?', de Raquel Díaz, que se presta sobre todo a partir de los seis años.

Guirado comenta que entre los cero y los tres años las publicaciones que más llaman la atención de los pequeños son las de tela, las que llevan títeres y las que tratan de animales. Los libros de Peppa Pig son un clásico, pero también los del 'Pollito Pepe'. A partir de los tres años, tienen muy buena acogida las obras que ayudan a trabajar hábitos y emociones, como es el caso de 'El monstruo de colores', de Anna Llenas.

Lecturas con solera

Hoy en día personajes de cuento como Pinocho o Peter Pan siguen vigentes, aunque, en muchas ocasiones, es gracias a las recomendaciones de los propios bibliotecarios. Como explica Fanny Tur, «los niños vienen buscando a Peppa Pig o a 'La Patrulla canina' y nosotros les invitamos a descubrir clásicos como 'Bambi», de Felix Salten; 'Moby Dick', de Herman Melville, o 'Los viajes de Gulliver', de Jonathan Swift. Las editoriales también siguen apostando por los clásicos, que actualizan cambiando, por ejemplo, su formato a cómic o añadiendo ilustraciones y revisando los textos. Es el caso de la mítica colección de 'Los cinco', de Enid Blyton, que sigue teniendo adeptos hoy en día.

Cuentan en las bibliotecas de Sant Jordi y Santa Eulària que en el apartado de cómics este verano han sido un éxito los tebeos de 'Mortadelo y Filemón', lo que tiene su mérito teniendo en cuenta que el dibujante Francisco Ibáñez creó la primera aventura de estos entrañables agentes secretos en 1958. Y es que, a pesar de los años transcurridos, hay clásicos de la literatura infantil y juvenil que nunca mueren, entre ellos dos títulos de Michael Ende, que en sus tiempos encandilaron a millones de niños de todos el mundo, 'Momo' y, por descontado 'La historia interminable', que cumple en 2019 cuarenta años.

Actividades para fomentar la lectura

En las bibliotecas de Eivissa se llevan a cabo durante todo el año numerosas actividades para fomentar la lectura entre los niños, sobre todo cuentacuentos, talleres de manualidades y visitas guiadas. También hay bibliotecas municipales, como la de Santa Eulària, que tienen club de lectura. En la de Sant Jordi, explica Joana Guirado, el 23 de abril colocan un puesto en el que regalan libros que han sido donados o que se han dado de baja. Además de animar a los niños a leer narrativa, en Vicent Serra Orvay apuestan por inculcarles el gusto por los versos con talleres como el que impartió en febrero el poeta Julio Herranz, que recitó a los pequeños poemas de Gloria Fuertes. Asimismo, tanto en Santa Eulària como en Eivissa, las bibliotecas tienen un carnet específico para los usuarios infantiles, hasta los 14 años. En paralelo a la labor que desempeñan estos espacios para contagiar el gusanillo de la lectura a los pequeños, la directora de la biblioteca de Can Ventosa, Fanny Tur, destaca también la importancia de «regalar libros y de que las familias visiten con los pequeños las librerías». «Están muy bien las bibliotecas para fomentar la lectura, pero los padres también pueden contribuir a esta labor animando a los niños a crear su propia biblioteca con sus libros favoritos», remarca.