El Ayuntamiento de Sant Josep ha decidido tomar medidas para evitar que se repitan fiestas ilegales al aire libre, como la multitudinaria rave en Comte de finales de agosto que movilizó a un total de 110 agentes de las fuerzas de seguridad y se saldó con 73 detenidos, y para evitar la degradación de algunos de los parajes «más emblemáticos» del municipio.

El alcalde, Josep Marí Ribas, y la concejala de Medio Ambiente, Mónica Fernández,anunciaron ayer que antes de la próxima temporada turística, la de 2020, se cortará el acceso al tráfico rodado por los caminos que conducen a la torre des Savinar, en Cala d'Hort; la Xanga, Comte (el acceso a la torre d'en Rovira) y el puerto de Sa Canal, en ses Salines, a partir de la rotonda colindante con los dos aparcamientos de pago.

Marí Ribas puntualizó que el equipo de gobierno ya tenía prevista esta medida desde hace un tiempo, pero lo sucedido en Comte a finales de agosto ha precipitado la decisión. «Permitió [la fiesta] identificar claramente el problema. Si las plataformas no hubieran podido acceder a esa zona, entiendo que la fiesta no se habría celebrado», dijo el alcalde.

También destacó que el tráfico de vehículos ha provocado el deterioro de estas zonas «simbólicas» del municipio, que son foco de atracción de las masas de turistas debido a «los GPS y Google». El cierre del acceso de estos caminos será la primera medida que adoptará el Consistorio previa a la aprobación de un plan de gestión de estos espacios naturales, en el que se incorporarán otras medidas (como el derribo de estructuras inutilizadas o la señalización de senderos seguros para los viandantes, según Fernández). «No queremos esperar a tener estos planes para llevar a cabo una primera acción de protección», justificó el alcalde.

El equipo de gobierno prevé instalar una barrera en la entrada del camino de la torre des Savinar (conduce también a sa Pedrera, s'Era d'en Mataret o es Cap Blanc), a unas decenas de metros del cruce con la carretera para facilitar que los coches y las motos puedan dar la vuelta. Sólo los vehículos de «los vecinos, sus allegados, los servicios de emergencias y de mantenimiento» podrán acceder por el camino. El resto de usuarios podrán pasar a pie o, si acaso, en bicicleta, según Fernández.

Cuando se elaboren los planes de gestión de estos espacios naturales se estudiará la viabilidad de ubicar, si es posible, una zona de aparcamiento para dejar el vehículo en la entrada del camino. En todo caso, Fernández señaló que el equipo de gobierno apuesta por «el uso del transporte público». «Esperamos que se refuerce el servicio para que la gente no llegue a estos espacios en coche», subrayó, al tiempo que recordó que actualmente ya no se puede aparcar en el camino, aunque la gente lo haga. También indicó que existe una parcela que ya se emplea como aparcamiento para los usuarios de la playa y los restaurantes de Cala d'Hort.

El alcalde también destacó que desde 1991, cuando se aprobó la Ley de Espacios Naturales (LEN), el Parlament balear ha aprobado muchas leyes de protección del territorio que se han quedado «sobre el papel» y no se han plasmado «con medidas formales» para evitar el deterioro del territorio. «Por ley, estas zonas están protegidas, pero en la práctica no lo están. El tráfico de vehículos provoca un deterioro del camino, suciedad y una concentración de gente», recalcó Marí Ribas.

Por ejemplo, en el acceso a la Xanga se encuentra parte de un camino de época romana (el empedrado) que se encuentra en muy mal estado por el paso de vehículos. El Consistorio también pretende recuperar el antiguo muelle de esta zona con fondos del impuesto turístico.