Los agentes de la Patrulla Fiscal de la Guardia Civil arrestaron la semana pasada en el puerto de Ibiza a un mujer que viajaba con una maleta en la que tenía 78 smartphones de última generación, al parecer todos ellos robados, confirmó ayer la comandancia de Balears.

La mujer, de nacionalidad búlgara, llevaba esta gran cantidad de teléfonos, valorados en unos 70.000 euros, en una maleta que embarcó en un ferri con el que, el pasado día 10, pretendía viajar a Barcelona, informaron desde la oficina periférica de comunicación de la Guardia Civil. Al parecer, la mayor parte de los teléfonos móviles que había en la maleta son de alta gama.

Los robos y hurtos de dispositivos móviles en la isla son frecuentes en verano y casi todos los años los agentes de la Guardia Civil y de la Policía Nacional arrestan a algún sospechoso en el aeropuerto o en los puertos cuando intentan abandonar la isla con el material sustraído.

En agosto de 2016, por ejemplo, la Guardia Civil detuvo en el aeropuerto de Ibiza a un ciudadano búlgaro de 30 años de edad cuando se disponía a abandonar la isla con 94 teléfonos móviles de alta gama, todos robados en la isla. Fue una operación fruto del operativo de la Guardia Civil contra el robo de telefonía móvil y otros dispositivos electrónicos. En aquella ocasión, la Guardia Civil pudo acreditar que los teléfonos móviles incautados habían sido sustraídos en playas y locales de ocio nocturno de la isla. Ese mismo año, la Guardia Civil recuperó 203 dispositivos móviles robados y detuvo por ese motivo a seis personas de nacionalidades rumana, marroquí, italiana y búlgara.

El año pasado, la Policía Nacional arrestó a dos personas bajo la acusación de haber robado cerca de 40 móviles en zonas de ocio de la isla, la mayoría a mujeres jóvenes, según informó la comisaría. Los agentes de la Policía advirtieron un aumento de hurtos de terminales e iniciaron una investigación que les llevó a identificar a un grupo formado por tres personas que habían robado más de 30 teléfonos móviles de alta gama en tan solo tres días.

Los ladrones aprovechaban la gran cantidad de personas que se concentran de noche en las zonas de ocio para actuar. Mientras uno de los miembros escogía a las víctimas, otro desviaba su atención para que, finalmente, el tercero se apoderara de sus teléfonos.

Una vez recuperados los teléfonos móviles los agentes se enfrentan a la tarea de encontrar a los propietarios de los mismos con el fin de poder devolvérselos.