La gota fría de los últimos días no ha causado en el campo ibicenco los estragos que han sufrido buena parte de la costa Mediterránea de la Península. Al contrario, la lluvia ha sido bien recibida, mayoritariamente, después de varios meses sucesivos de sequía.

«Ha sido un agua muy provechosa y que va a venir muy bien para recargar los acuíferos», destaca el presidente de la cooperativa agrícola Agroeivissa, Joan Marí. «Hasta agosto solo se habían recogido entre 110 y 120 litros y ahora, en dos días, han caído 100 litros, pero de una manera tranquila y prolongada, que no ha provocado correntías ni que el agua se perdiera al mar.

«Afortunadamente, aquí no se han sufrido los desastres que ha habido en el Levante, sobre todo las terribles pérdidas humanas», subrayó Marí. No obstante, la tormenta sí que va a provocar molestias en los agricultores, ya que deberán esperar «cuatro o cinco días» para trabajar, «ya que ahora está lleno de barro y es impracticable», apunta.

En su caso, la finca que trabaja Marí, en Sant Carles, quizá deberá desechar «algunas berenjenas o pimientos que no podré recoger hasta la semana que viene y ya serán demasiado grandes». «Voy a tener una merma, pero, en cualquier caso, la recarga de los acuíferos va a ser mucho más importante que las pequeñas pérdidas que se puedan ocasionar», matiza Marí.

Recta final de las hortalizas

«Esta lluvia era más que necesaria y, tal y como ha caído, no se van a sufrir daños considerables, además de que tampoco ha habido grandes vendavales que puedan afectar al campo», valora Marí. En estos momentos, los socios de la cooperativa Agroeivissa todavía se dedican a los productos hortofrutícolas de la temporada de verano, de la que «ya se ha recogido el 75% de la producción y se encuentra en la recta final».

Respecto al balance de la temporada, el presidente de Agroeivissa destaca que, en general, el resultado ha sido similar al del año pasado. No obstante, en algunas producciones específicas, como la de sandía, sí que se han dado «problemas en casos puntuales».

En las producciones de esta fruta, es frecuente recurrir a injertos sobre raíces de calabaza «para evitar algunas enfermedades de las plantas». Sin embargo, como en la Península se demandan «variedades completamente diferentes a las de Eivissa, aquí llegaron algunos injertos equivocados», explica Marí. Así, algunos agricultores se encontraron con variedades «mini» que se producen para exportar a países como Alemania, pero que en la isla no tienen ninguna demanda ni han podido salir al mercado. «Los socios afectados ya han hecho la reclamación y esperamos que se les indemnice», aclara Marí.

Por su parte, el presidente de la Agrupación de Defensa Vegetal y Sanitaria l'Olivar d'Eivissa, Mariano Tur, destacó que la gota fría tampoco va a afectar a la próxima cosecha de aceituna, como sí ha sucedido en explotaciones de la Península. Tur anunció que se prevé una buena temporada en el sector, pero lejos del récord histórico de producción que se registró en el año 2017.