En plena época hippy, Nick Mason, Richard Wrigth, Roger Waters y Syd Barret, los cuatro miembros fundadores de Pink Floyd viajaron a Formentera, donde tenían amigos que siguen viviendo en la isla. Esa relación fue decisiva, en los primeros años de vida del grupo, para modelar el estilo de una de las bandas más influyentes del rock progresivo y psicodélico de la segunda mitad del siglo XX.

El diseñador, productor y director creativo de Pink Floyd, Aubrey Powell 'Po', explica cómo llegaron a Formentera y la importancia que tuvo su estancia en la creación de la música de la película 'More', dirigida por Barbet Schroeder, banda sonora que fue grabada, en estudio, en 1968.

Si bien el grupo habían pasado por Ibiza, fue Formentera la que inspiró buena parte de esa partitura. Incluso el amigo y diseñador de la banda realizó la mítica fotografía de la portada del disco y que aún hoy sigue siendo un icono, con el molino de Sant Ferran como referencia visual, una imagen que ha dado la vuelta al mundo varias veces.

Aubrey Powell fue, junto a Storm Thorgerson, fallecido en 2013, fundador de la agencia de diseño gráfico Hipgnosis, que revolucionó, a finales de los sesenta, la forma de presentar la música, aprovechando las posibilidades que les brindaba el formato del LP, cuyas portadas convertían en obras de arte. Ambos visitaron el Club Diario de Ibiza, en septiembre 2009, con una exposición de esas portadas y la presentación del libro que recoge su obra.

David Gilmour, guitarrista y vocalista, se unió a Pink Floyd en diciembre de 1967, justo el año en el que el resto de los músicos había estado en Formentera, en verano, con su amigo escocés, el doctor Sam Hutt. Poco después, Syd Barret entonces líder, voz y letrista, con serios problemas con las drogas, especialmente el LSD, dejó la formación. Gilmour viajó en 1968 con Powell a Formentera, y años más tarde repitieron las visitas que han mantenido en el tiempo. 'Po' ha llegado a tener una casa en Formentera que terminó vendiendo hace pocos años, pero ahora desvela que está buscando otra y que no puede deshacerse de su relación con la isla donde sigue manteniendo muchos amigos. Entre estos está el músico francés, Michel Gerard, y el pintor Marc Tara, que siguen residiendo en la isla.

'Po' era, junto al resto de la banda, un estudiante de Cambridge en 1965. Al año siguiente Roger Waters y su entonces novia viajaron a Eivissa y un día se desplazaron a Formentera a bordo de la 'Joven Dolores'. Ya de regreso a Londres, Waters se deshizo en elogios sobre esta isla, con el firme propósito de regresar.

Así fue. En el verano de 1967 los miembros originales de la banda viajaron a Formentera, donde les acogió Michel Gerard y Marc Tara, casado con Mary, que también era estudiante de la Escuela de Arte de Cambridge, por lo que conocía perfectamente a los miembros de Pink Floyd.

En Migjorn

En el mes de agosto de ese año, los miembros originales del grupo se instalaron en una casa en la playa de Migjorn y allí estuvieron casi un mes, tal y como recogen las imágenes de su estancia en la isla.

'Po' hace memoria y recuerda que todo empezó en 1967 y de una forma muy casual, inducidos por las recomendaciones de Waters: «Vinieron entonces a Formentera el propio Waters, Richard Wrigth, Syd Barret y Sam Hutt, que era amigo del grupo y su médico, todos con sus mujeres. Alquilaron una casa durante un mes y cayeron enamorados de la isla». Además, señala la presencia anterior del pintor Marc Tara y su mujer Mary, así como de Michel Gerard, al que también conocían.

Al año siguiente, en 1968, 'Po' y David Gilmour salieron de viaje en coche para viajar hasta Marruecos. Pero la España de Franco no era muy amiga de estos nuevos melenudos 'de moral relajada', que, eso sí, traían divisas. Powell recuerda: «Como teníamos el pelo largo, nos trataban como hippies y no nos admitieron en ninguno de los hoteles donde paramos para dormir, ni en Barcelona ni en Valencia, lo que nos obligaba a dormir malamente en el coche. Nos lavábamos en los baños de los aeropuertos».

En una de esas paradas de aseo, en el aeropuerto de Valencia, 'Po' vio un vuelo que salía hacia Ibiza, pero David Gilmour no estaba por la labor: «Estaba harto y decidió regresar a París; yo, en cambio, cogí una pequeña avioneta, llegué a Ibiza, fuí al puerto y cogí un barco hasta la Savina, donde pillé un autobus hasta Sant Ferran para preguntar por Michel Gerard y su entonces pareja Ane». Sigue relatando, entusiasmado, que la única referencia que tenía era la Fonda Pepe, en Sant Ferran: «Eran las dos de la tarde. Hacía mucho sol y las calles estaban vacías. Llamé a la puerta de la Fonda, que estaba cerrada, y para mi sorpresa me la abrió el actor inglés John Mc Kenna. Le pregunté por Michel y Ane y enseguida me indicó por dónde llegar». Recuerda que tenía poco dinero y que solo llevaba una pequeña bolsa, «pero el medio pollo con patatas y el vino 'Rivin' en la Fonda eran baratos», ríe.

Influencia

Este amigo personal de los miembros de Pink Floyd, que ha seguido su carrera hasta nuestros días y sigue colaborando con algunos de sus componentes, subraya que «Formentera influyó mucho en Pink Floyd, sobre todo en los primeros años y eso se escucha en la banda sonora de la película 'More', ellos lograron captar el sentimiento que desprende Formentera y lo reflejaron en ese disco». La portada de ese LP es una fotografía del viejo molino de Sant Ferran que disparó 'Po'. El diseñador insiste: «Pink Floyd supo captar la alegría del mar y de la naturaleza y su música refleja eso». Muchos años después, David Gilmour regresó a Formentera, donde pasó largas temporadas en los años ochenta en la casa que vendió hace poco su amigo 'Po', «por lo que ha seguido manteniendo esa relación con la isla», asegura este

Sobre la posibilidad de que los miembros de Pink Floyd vuelvan a unirse para un concierto, asegura que es prácticamente imposible: «Hay muchos problemas, entre David Gilmour y Roger Waters, muchas diferencias personales, por lo que ahora es imposible, pero nunca se puede decir que jamás». Lo que queda claro es que la influencia de Formentera en todos los miembros de Pink Floyd se produce en ese año, dos después de su fundación. Todo el grupo se sintió muy cómodo en un entorno que les ofrecía libertad, tolerancia y una forma de vivir que cambio la cultura contemporánea.