Si el Gobierno quería borrar del mapa de carreteras el diésel, objetivo casi logrado. Las matriculaciones de vehículos que disponen de ese motor siguen desplomándose mes a mes, hasta alcanzar niveles desconocidos. Hasta julio, la caída en Ibiza alcanzaba el 31,8%, con sólo 629 unidades registradas, casi 300 menos que en los siete primeros meses de 2018, según los datos de la Dirección General de Tráfico tratados por el Instituto Balear de Estadística (Ibestat).

Las cifras de agosto son aún peores, advierte José Antonio Colomar, presidente de la Asociación Empresarial de Concesionarios o Distribuidores de Automoción de Ibiza y Formentera (AECA). Como responsable de un concesionario, Colomar ya dispone de las estadísticas (aún no oficiales) de las matriculaciones de turismos en las Pitiusas en agosto: las de diésel cayeron un 53%, con solo 29 unidades del total de 243 dadas de alta, que a su vez suponen un 24% menos que en el mismo mes de 2018. Y en el acumulado del año, de enero a agosto, la bajada (más bien batacazo) ya es histórica: se han matriculado un 48% menos que en el anterior ejercicio, sólo 262 utilitarios (de un total de 2.333 de todo tipo de combustible).

Del 40% al 11%

Del 40% al 11%

En ese sentido, Colomar destaca que los diésel, que hasta hace unos seis años suponían el 40% de las matriculaciones de las Pitiusas, ya sólo representan el 11%. Aun así, Colomar confía en que este panorama cambie: «Ya estamos notando que empieza a desvanecerse el miedo al diésel. Si se ofrece a un cliente un coche con ese motor, ya no dice que no. La bajada de ventas va a parar», augura. Quedan, no obstante, «muchos indecisos, mucha gente que tiene dudas».

La demonización del diésel, así como la coyuntura económica, sigue lastrando las matriculaciones, de las que hasta julio hubo 3.592 de todo tipo de vehículos en Ibiza, un 3,1% menos que en idéntico periodo de 2018. Las de turismos (2.148) bajaron un 1,7%, mientras que las de motocicletas (854) subieron un 12%.

Incentivar y no demonizar

Incentivar y no demonizar

Colomar confía en que el cambio de postura del actual Gobierno (que desde hace un par de días ya no habla de prohibición de la comercialización de los motores de combustión más allá del 2040) y un futuro plan pive «incentive las ventas» y saque al sector de la actual situación.

Porque el eléctrico, advierte Colomar, no es aún la solución, tanto por sus precios como por su autonomía. Hasta julio sólo se matricularon 17 en Ibiza y 10 en Formentera, sólo el 0,65% de los vehículos registrados en Tráfico. «No llega ni al 1%. Hasta que no sean más asequibles será complicado que se vendan», admite el presidente de AECA, que cree que, en ese sentido, el Gobierno quiso que «se adquirieran vehículos eléctricos antes de que estos estuvieran en el mercado». Las matriculaciones de híbridos van algo mejor, aunque también siguen siendo testimoniales: 115 en Ibiza y cinco en Formentera. Mejoran año tras año, pero sus elevados precios no favorecen su salida.

Y si en Ibiza no están para tirar cohetes, en Formentera están aún peor. En esa isla, las matriculaciones han caído estrepitosamente de enero a julio: un 19,7% en siete meses, con sólo 532 altas. Las de vehículos de gasolina (474) bajaron un 20,4%; las de diésel (34) un 38%; las de híbridos (5), un 37,5%. Hace sólo cuatro años, en esa isla se matriculaba el doble de vehículos con motor diésel y un 39% más de gasolina.