Las camareras de piso de Ibiza planean comenzar en breve una especie de huelga de celo en los establecimientos en los que trabajan, según explicó ayer Milagros Carreño, portavoz de este colectivo en las Pitiusas. Así, las trabajadoras pretenden ir al baño cuando lo necesiten, tomarse el descanso para comer (muchas no hacen ninguna de estas dos cosas para ahorrar tiempo) y marcharse cuando acabe su jornada laboral en vez de continuar hasta acabar todas las habitaciones del día lo que, según han denunciado, pueden suponer un par de horas extras cada día.

El objetivo de esta nueva vía de protesta es demostrar que la carga de trabajo diaria es excesiva. Carreño anunció que si los empresarios o mandos intermedios las presionan para quedarse más tiempo o toman represalias contra las que se nieguen a hacerlo organizarán escraches en las puertas de los hoteles. «Por las mañanas trabajamos, pero los haremos por la tarde, lo tenemos claro», afirmó la portavoz de las autodenominadas kellys, que indicó que deben iniciar estas actuaciones de forma inmediata, «antes de que se enfríe el panorama». «Los hoteleros deben ver que tenemos una vida y que esa vida no es suya», continuó Carreño que ayer, coincidiendo con su día libre, se dedicó a hacer «papeleo» para poner en marcha una caja de resistencia para ayudar a las trabajadoras que salgan perjudicadas como consecuencia de las protestas.

Carreño criticó la actitud «pasiva y prepotente» de la Federación Hotelera de Ibiza y Formentera y afirmó que si no la cambian no van a poder arreglar «nada». «No queremos entrar en una guerra, sólo tener una carga de trabajo aceptable», continuó la portavoz de las camareras de piso, que se mostró satisfecha por la «estupenda» respuesta de las movilizaciones del fin de semana. «Sabemos que algunas no se han sumado por miedo o porque están afiliadas a otros sindicatos, pero la respuesta ha sido muy buena», concluyó.

«Un antes y un después»

En este mismo sentido se manifestó Rafa Sánchez, secretario general de la Confederación General de Trabajadores (CGT), que está convencido de que la huelga, que calificó como «triunfo», ha supuesto «un antes y un después».

El sindicalista explicó que están preparando una propuesta que presentarán en breve a los hoteleros y que, a falta de perfilarla, pasa por contratar a más camareras de piso para reducir la carga de trabajo de las actuales. De la misma manera, exigirán al Govern balear que aumente las inspecciones en los establecimientos hoteleros: «Hay 669 hoteles en Eivissa y sólo se hacen controles en el 4,5% de ellos».

Sánchez se sumó a las críticas de Carreño a la patronal, a la que acusó de «dejadez». «Si yo fuera hotelero hubiera estado preocupado todo el día», indicó el sindicalista, que continuó: «No puede ser que propietarios de hoteles que cobran miles de euros por una noche en una de sus habitaciones se nieguen luego a aumentar la plantilla». Además, acusó a los empresarios de «no querer» mejorar la situación de las camareras de piso, que aseguró que para ellos son «la gallina de los huevos de oro».

El sindicato anunció que tiene intención de retomar la campaña que ya llevaron a cabo el verano pasado para informar a los turistas de la situación de las camareras de piso: «Una pancarta en el aeropuerto, en castellano y en inglés. Este año, con toda la preparación de la huelga no nos hemos podido dedicar a eso».