La Guardia Civil ha empezado a poner a disposición del juzgado de guardia, hoy por la mañana, a 16 de los 73 detenidos por participar en la fiesta ilegal que se llevó a cabo el sábado y el domingo en una zona de bosque protegida de Platges de Comte, cerca de la Torre d'en Rovira, en el municipio de Sant Josep, confirmó ayer la comandancia de Balears. Todos ellos son españoles e italianos. Algunos de los arrestados están acusados de formar parte de la organización de la fiesta, mientras que a otros se les atribuye la comisión de delitos como desobediencia, lesiones y atentado contra la autoridad.

El resto de los detenidos, 57, quedaron en libertad con cargos tras declarar ante la Guardia Civil en el cuartel de Can Cifre. El mismo domingo por la tarde los agentes de la Guardia Civil interrogaron y dividieron a los detenidos según su responsabilidad en los hechos, de forma que solamente quedaron arrestados en los calabozos quienes llevaron a cabo las actuaciones más graves.

Los 57 arrestados que quedaron en libertad tendrán que declarar en el juzgado cuando se les requiera para ello, remarcó la oficina periférica de comunicación de la Guardia Civil, mientras que los otros 16, entre los que hay varias mujeres, han pasado dos noches en los calabozos.

A algunos de estos últimos se les atribuyen los delitos de lesiones y atentado, ya que agredieron a varios agentes lanzándoles piedras. De hecho, diez guardias civiles y un policía local de Sant Josep resultaron con lesiones. Un agente de la Guardia Civil acabó con dos dedos rotos en un forcejeo mientras que, por el lado de los participantes en la rave, una mujer, que al parecer está entre los detenidos a los que se atribuye una mayor responsabilidad en la trifulca, sufrió la rotura del hueso de un brazo.

Actuación «modélica»

El domingo por la mañana, cuando los primeros agentes de la Policía Local de Sant Josep acudieron a detener la fiesta, el nivel de agresividad de algunos de los participantes era tan alarmante que incluso se pidió al alcalde, Josep Marí Ribas, y al primer teniente de alcalde, Ángel Guerrero, que no entraran en la zona de la rave.

Al respecto, el director insular de la Administración del Estado en Eivissa y Formentera, Enrique Sánchez, subrayó el temple de los agentes de la Guardia Civil y de las policías locales de Sant Josep, Santa Eulària y Sant Antoni, que pese a la violencia que mostraron algunos de los participantes en la fiesta «tuvieron una actuación modélica». Algunos policías destacaron «la enorme paciencia» que tuvieron los agentes con los jóvenes, que se mostraron muy violentos e incluso fuera de sí, quizá afectados por las horas de fiesta y el consumo de alcohol y drogas.

«Hubo una situación de tensión muy importante», dijo ayer por su parte el alcalde de Sant Josep. Fuentes policiales y de la Guardia Civil remarcaron la gravedad de que los organizadores tuvieran acumulada una gran cantidad de combustible para poner en marcha un gran generador eléctrico por el enorme peligro de incendio que supone.

Perros peligrosos

Durante la intervención de la Guardia Civil y de las policías locales los agentes encontraron cerca de una docena de perros sin atar y sin bozal, algunos de ellos de gran tamaño y de razas peligrosas.

Los agentes identificaron a los dueños y se avisó a los centros de sa Coma y Can Dog para que se hicieran cargo de algunos de estos animales.