Todo estaba preparado para una fiesta de varios días. Al menos así lo considera el Ayuntamiento de Sant Josep después de que sus agentes de policía se incautaran de un generador de «bastante potencia» y combustible. Además, la organización había instalado incluso un escenario, un potente sistema de sonido y otro de iluminación, todo en una zona de bosque protegida cercana a Platges de Comte. Por la zona además había diseminados varios camiones (alguno habilitado como vivienda) y decenas de coches particulares que serán retirados por el elevado riesgo de incendio.

Los agentes también recogieron y trasladaron a sa Coma a varios perros, algunos de raza peligrosa, porque sus propietarios «no tenían la acreditación para su posesión».

El alcalde de Sant Josep, Josep Marí Ribas, que se desplazó hasta la zona junto a su concejal de Policía Local, Ángel Luis Guerrero, reiteró «su rechazo frontal a las fiestas ilegales como la paralizada hoy [por ayer] porque representan un riesgo para las personas, comenzando por los asistentes, y para nuestro patrimonio natural porque cualquier chispa accidental puede acabar en una desgracia que lamentemos muchos años», además de ser «una molestia para los residentes y los vecinos que no toleraremos».

Marí y Guerrero, en una nota de prensa emitida una vez desalojada la fiesta, valoraron la «intervención y la profesionalidad de los agentes de la Policía Local de Sant Josep, pero muy especialmente de la Guardia Civil, el destacamento de Tráfico y las policías de Santa Eulària y Sant Antoni por apoyar una intervención tan delicada». También participaron en la operación policial miembros de Protección Civil y del Samur 061, recordó el Consistorio.