Un total de 73 personas, según datos facilitados por el director insular de la Administración general del Estado en las Pitiüses, Enrique Sánchez, fueron detenidas ayer por la Guardia Civil por participar en una fiesta ilegal en una zona de bosque protegida de Platges de Comte, cerca de la Torre d'en Rovira, en el municipio de Sant Josep.

A primera hora de la mañana, durante el primer momento del operativo para disolver esta rave ilegal, un policía local de Sant Josep se vio obligado a disparar su arma al aire para evitar ser agredidos por la multitud, según explicaron desde el Ayuntamiento de Sant Josep.

Al menos diez guardias civiles y un policía local resultaron heridos de diferente consideración y fueron atendidos en el lugar por dos ambulancias, informó la Guardia Civil. Desde el Ib-Salut añadieron que se decidió el traslado a Can Misses de dos participantes en la fiesta: una mujer española de 27 años y un varón italiano de unos 30 años, con un cuadro de contusiones. El director insular agregó más tarde que la mujer sufría una intoxicación por drogas y que el hombre tenía un hueso roto.

El comandante de la Guardia Civil de Ibiza, Enrique Gómez, explicó todavía con el operativo policial abierto que la fiesta se inició la noche del sábado con la asistencia de alrededor de mil personas, y que tuvieron conocimiento de ella después de ser avisados por la Policía Local de Sant Josep a primera hora de la mañana de ayer.

Más de 200 personas

«En el momento en que interviene la Policía Local de Sant Josep con la Guardia Civil [ya de día] calculamos que habría más de doscientas» personas, relató Gómez, y añadió: «Cuando se interviene para decirles [a los asistentes al evento ilegal] que se tienen que disolver y parar la música porque es ilegal y porque se encuentran en una zona protegida, se niegan a hacerlo, provocan a los agentes y llegan a agredirles, lesionando a varios de ellos».

En ese momento, y ante la gravedad de la situación (varios asistentes a la fiesta echaron mano de todo lo que pudieron: palos, barras de hierro, piedras..., relataron las mismas fuentes), solicitaron «apoyo y se movilizaron recursos de toda la isla, tanto de la Guardia Civil como de las policías locales de Sant Josep, Santa Eulària y Sant Antoni, reuniéndose más de cuarenta agentes de los cuatro cuerpos de seguridad para poder intervenir los equipos de música, parar la fiesta y proceder a las detenciones de los organizadores y de la gente que había atentado contra los agentes de la autoridad», agregó el comandante de la Guardia Civil.

Los primeros en llegar a la fiesta, según el relato del Ayuntamiento de Sant Josep, fueron agentes de la Policía Local de este municipio, alertados por las llamadas de vecinos. Pero la escasa visibilidad (era todavía de noche), la gran cantidad de gente que había en la fiesta y la falta de medios les disuadió de actuar. Más tarde, reclamaron la presencia de la Guardia Civil y refuerzos del resto de policías locales.

Fue durante los primeros instantes de la actuación de la Policía Local, a primera hora de la mañana, cuando uno de los agentes tuvo que disparar su arma al aire para disolver a un numeroso grupo de asistentes que al parecer se dirigía hacia ellos con la intención de agredirles.

Controlar el perímetro

Desde el Ayuntamiento explicaron además que en un primer momento, los agentes se limitaron a controlar los accesos a la fiesta y, cuando se acercaron para instar a los asistentes a abandonar la zona, «se encontraron con una fuerte resistencia, con gente con una actitud bastante agresiva que les atacaron con todo lo que tenían a mano. En ese momento había en la fiesta alrededor de 200 personas. Es entonces cuando pidieron ayuda a la Guardia Civil».

A medida que los agentes identificaban a los asistentes, con la fiesta ya abortada, iban saliendo personas en un goteo continuo, algunos descalzos y otros en chanclas. Todos cubiertos de polvo y arena.

Santa Eulària y Sant Antoni también enviaron patrullas y se desplazaron a la zona miembros de Protección Civil y dos ambulancias. Además, un helicóptero de la Guardia Civil estuvo sobrevolando Comte e incluso la Useci (Unidad de Seguridad Ciudadana) de Mallorca adelantó su traslado a Ibiza.

Desde el Consistorio calcularon poco después del mediodía que había al menos cuarenta detenidos (la cifra se elevó posteriormente a 73) y confirmaron que dos de sus agentes resultaron heridos, con «cortes leves».

«Les han atacado con elementos contundentes, con todo lo que tenían a mano, y un agente ha tenido que disparar al aire», confirmaron las mismas fuentes del Consistorio josepí.