Aunque se conocen personalmente desde 1993, nunca antes la pianista y compositora Sira Hernández y el poeta Antonio Colinas habían coincidido sobre un escenario. Lo harán esta noche, a las 22 horas, en el centro cultural de Sant Carles, en el marco del Festival Internacional de Música de Ibiza, para dar vida a las obras capitales de dos grandes figuras de la música y la poesía a las que admiran, el compositor catalán Frederic Mompou y el poeta místico San Juan de la Cruz.

El recital se centrará en 'Música callada', la obra cumbre de Mompou, «compuesta por 28 piezas muy breves agrupadas en cuatro cuadernos» que abarcan «un periodo muy largo, entre los años 1959 y 1967». Será la primera vez que se escuche en Eivissa de forma íntegra. Lo explica Sira Hernández, considerada una experta en este compositor, al que se siente «muy afín musicalmente» y del que, dice,«ha sido fundamental» en su evolución musical, como intérprete y como compositora. Destaca de él «su peculiar lenguaje». «Mompou no pertenecía a ninguna escuela, inició un nuevo camino» de una «originalidad única» con la que se ha ganado en la actualidad el respeto y la consideración de grandes músicos, que interpretan sus composiciones por todo el mundo.

El silencio y las campanas

«Él siempre decía que la música no eran solo notas, también era importante la calidad del sonido, un timbre especial a la hora de crear resonancias», detalla Hernández. Esta idea tiene su explicación. La da la pianista: «El abuelo de Mompou era constructor de campanas, y a él, desde niño, por su buen oído, la familia le hacía probar su afinación». Un dato curioso más: los antepasados franceses de Mompou fueron los artífices de una de las campanas de la catedral de Notre Dame, en París.

Sira Hernández se siente identificada con él «en esa búsqueda del sonido en el silencio y del silencio en el sonido» que tan bien se plasma en 'Música callada'.

Esta obra está inspirada y toma su título de los versos de San Juan de la Cruz «... la música callada, la soledad sonora...», del 'Cántico espiritual', «uno de las grandes poemas de la literatura en castellano de todos los tiempos», en palabras de Colinas. Será él quien recite los versos de esta obra, intercalados con las piezas de 'Música callada'. «Las composiciones de Mompou sintonizan mucho con ese aspecto de pureza, emoción e intensidad que tiene la poesía», asegura. Para el autor leonés lo de hoy va a ser «un experimento».

Sintonía entre poesía y piano

«Combinar palabra con música es siempre delicado. No es fácil conseguir que una no devore a la otra, pero en este caso es una composición y un instrumento, el piano, que se presta a que haya sintonía», comenta.

Por su parte, Sira Hernández dice que este recital será «una prueba y un ejercicio de disciplina para el público», porque, explica , «esta música, muy sutil, requiere de silencio interior». De hecho, cuando Mompou la escribió, su intención era que no fuera «ni editada ni tocada en público». Consideraba que era «una composición tan íntima» que únicamente podía estar destinada a «escucha propia». Después cambió de idea y esta música ha podido ser grabada, entre otros músicos, por la propia Hernández, que lanzó en 2014 un CD con los cuatro libros que componen 'Música Callada' para el sello discográfico 'Solfa Recordings'. La pieza, adelanta la pianista, también formará parte del disco que prepara con el sello Naxos.

El recital de esta noche incluye un aliciente más, cuatro poemas escritos por Antonio Colinas dedicados al poeta místico que inspira 'Música callada':'En Ávila, unas pocas palabras', 'Duruelo', 'Juan de la Cruz sestea en el pinar de Almorox' y 'Con el Dios escondido'. «Será como dar un salto al vacío pasar de los versos de San Juan de la Cruz a los míos», comenta el autor leonés con algo de nervios. La pianista le replica: «Tus poemas son hermosísimos y creo que vienen muy bien para actualizar estas obras y llevarlas a un lenguaje más contemporáneo».

Como colofón al concierto, la barcelonesa interpretará al piano una de sus composiciones, 'Iniciación a la sombra'. Está inspirada también en poesía, en este caso la del autor Ángel Crespo, que por cierto, fue quien propició el primer encuentro, hace 26 años, entre Hernández y Colinas.