Es jueves, ¿cómo ha sido hoy su día de trabajo?

Un poco más tranquilo de lo habitual porque no tenía salidas, aunque he preparado las del día siguiente porque, de no hacerlo, no acabaría. No siempre puedo prepararlo. Si no te da tiempo a acabar las habitaciones, algo que ocurre casi todos los días, te tienes que quedar más tiempo o no bajar a comer.

¿No bajar a comer?

Exacto. Yo bajo todos los días, pero las demás compañeras muchos días no. Me las apaño de la forma que sea para irme a mi hora, pero el rato de la comida, que me pertenece, lo quiero. Me toca, tengo derecho a ello. Si el cliente hay que hacerlo peor, pues se hace. Si el empresario lo quiere así...

¿Cómo sería un día normal de una camarera de pisos si se hicieran bien las cosas?

Pues depende de las habitaciones que tengas. Yo, por ejemplo, tengo 21, es más o menos humano, está bien siempre que no tengas más de seis salidas. Y seis ya son excesivas.

¿Cuál es la diferencia entre hacer una habitación de salida y una de un cliente que se queda en el hotel?

Una habitación normal, en función del tiempo que tengas, la puedes hacer en cinco minutos. Haciéndola mal, es verdad, pero si hace falta en cinco minutos la puedes tener lista. Pero una habitación de salida, cuando el cliente ya se marcha, no la puedes hacer mal. Hay mucha gente detrás que te la va a revisar. En mi caso, las habitaciones, que son más o menos básicas, necesitan una media hora. Pero hay compañeras que llevan 17 apartamentos y tardan una hora en hacer una habitación de salida, si tienen cuatro o cinco son cuatro o cinco horas. ¿De dónde sacan el tiempo para hacer las otras habitaciones que les quedan? No hay tiempo para todo.

Cuando usted empezó, ¿esto era así?

¡Qué va! Ha cambiado muchísimo. Cuando empecé llevaba 16 habitaciones. Y, además, antes no había tanta decoración, fundas nórdicas, mamparas en las duchas... Ahora nos van aumentando las habitaciones y las fundas, las mamparas, los espejos enormes en la habitación, cristaleras de los balcones... No nos quitan habitaciones para compensar todo eso. Es mucho más trabajo pero el horario sigue siendo el mismo. Las habitaciones con muchos elementos y superficies metálicas o de cristal a nosotras no nos parecen bonitas, nos hacen polvo. Tenemos las muñecas, los codos y los hombros destrozados.

¿Usted se medica?

Sí, llevo años con pastillas todos los días. Es raro el día que no tengo que tomar nada. Antiinflamatorios casi siempre y, por la noche, alguna pastillita de diazepam para relajarme y poder dormir.

¿Sufren estrés?

Estrés y, sobre todo, ansiedad. La sufrimos todos los días. Llevamos un ritmo frenético. Y encima somos tan profesionales que no tenemos suficiente tiempo para hacerlo y nosotras queremos hacerlo bien. Y es imposible.

Cada vez la gente se queda menos días, lo que implica más salidas, ¿no?

Sí, ahora, con internet, tenemos salidas todos los días porque mucha gente se queda sólo una o dos noches. Si antes teníamos dos días fuertes a la semana, los sábados y los miércoles, cuando se iban la mayoría, ahora todos los días son fuertes. La gente venía para una o dos semanas, pero ya no. Nunca sabes las salidas que vas a tener al día siguiente. De un día para otro te pueden caer cinco o seis salidas.

¿Sueña con el trabajo?

Ahora ya no. Lo he superado. Desconecto totalmente cuando salgo del hotel, si no lo haces, enfermas. Pero cuando empecé, soñaba con el trabajo, tenía muchas pesadillas.

Han estado mucho tiempo calladas, ¿qué ha pasado para que en los últimos años se hayan unido y movilizado?

Cuando eres más joven aguantas más. Tienes más fuerza, te duelen menos cosas... Todas superamos los 40 años y las que llevamos más de veinte años, o incluso las que llevan diez, estamos destrozadas por este trabajo. Llega un momento en que, aparte de que no podemos más y de que cada año nos van añadiendo carga, tenemos que pararnos. Es imposible seguir.

Dicen que se sienten invisibles. Que la sociedad, los clientes e incluso sus compañeros no son conscientes del trabajo que desempeñan.

Sí. Así es. Incluso mi marido, por mucho que le cuente, no se hace una idea. Siempre me dice que me gusta quejarme. Si mi marido mismo piensa esto, imagina los demás. El apoyo que tenemos es nulo.

No sé si preguntarle si los empresarios lo ven.

Es muy difícil. Llego a casa a las cuatro de la tarde, me tomo un café que me prepara mi marido y me siento cinco minutos. Pues cuando me levanto no puedo ponerme derecha del dolor que tengo en la espalda. Mi marido lo ve, pero no tiene ni idea de lo duro que es nuestro trabajo. Nadie que no lo haga se lo puede imaginar.

Trate de explicarlo.

Pues tenemos que hacer mucha fuerza para arrastrar los carros. Y luego imagina que tuvieras que hacer 70 u 80 camas cada día, tres camas por habitación o tres camas y una cuna. Y las compañeras que hacen los apartamentos, que tienen dos habitaciones, lo que significa cuatro camas, aún más. A veces, para tirar de las camas tienes que forzar la espalda. Y también hay que limpiar los cristales de 20 o 30 habitaciones. El hombro se te queda destrozado.

¿Qué es lo mínimo que quieren conseguir con esta huelga?

En realidad no pedimos nada. No queremos cambiar el convenio, sólo queremos que se cumpla la ley del artículo 31/1995: regular la carga de trabajo. Una ley que está aprobada, que no se está cumpliendo y que nadie hace nada para que se cumpla. No pedimos nada más que eso, que se cumpla la ley y se haga un control de la carga de trabajo que nos ponen.

¿Por qué no se cumple?

Porque los sindicatos mayoritarios y los empresarios dicen que la carga ya está regulada porque trabajamos 40 horas semanales y tenemos dos días libres. Pero en cada hotel, en realidad, tienes la carga que al empresario le da la gana ponerte. Nadie estipula el número de habitaciones. Tienes ocho horas de trabajo, pero si te dan 20 habitaciones, 25 o hasta 37 como llevan algunas compañeras, hasta que no las acabas no te vas. Si alguna se marcha y deja alguna habitación por hacer la tienen enfilada y van a por ella. A putearla, hablando mal. Para echarla o que se vaya. Y tampoco vale protestar porque llevas muchas habitaciones, porque entonces te dicen que estás calentando a las compañeras y eres la oveja negra.

¿Se sienten presionadas desde que ha empezado el movimiento de las kellys

En una reunión intentaron coaccionar a algunas. Y también van preguntando una por una si van a hacer huelga. Eso es intimidar. Que el director o uno de los dueños lo pregunte directamente es intimidación.

¿Tienen miedo?

La mayoría somos fijas discontinuas. El miedo a que no te llamen al año siguiente está ahí. Pero es que aunque tengas un puesto fijo llega un momento que no lo puedes mantener porque eres incapaz de llevar a cabo lo que te imponen. ¿Qué vas a hacer? Si me echan me buscaré la vida. Lo que no voy a hacer es morir, reventar en un puesto de trabajo por un sueldo irrisorio, si ganaras un buen sueldo...

¿Cuánto puede ganar una camarera de pisos?

Pues en un tres estrellas con un contrato de 40 horas puedes ganar unos 1.400 euros. Depende de las estrellas, pero tampoco te creas. Antes sí era así. Hasta hace poco creíamos que en un cinco estrellas les daban menos habitaciones a las camareras de piso porque el cliente paga mucho más para que puedan atenderlos mejor. Pues no. Una compañera me llamó el otro día, llorando, para decirme que llevaba 21 habitaciones con 11 salidas. ¿Esto cómo se come? No sabemos ya qué decir. Se piensan que somos unas exageradas. Esas personas tendrían que ponerse a hacer, un sólo día, lo que hacemos nosotras. Entonces verían que no nos estamos quejando por nada.

¿Usted ha recibido presiones?

Ya se lo he explicado al director de mi hotel. Hablo en nombre de todas. Cuando digo que estamos presionadas nos incluyo a todas. La gobernanta está enfadada conmigo porque se lo toma como algo personal. Hablo en nombre de todas y lo que sé es que cada año me van cargando con más trabajo y no puedo llevarlo.

¿Qué les han dicho los hoteleros en este tiempo?

Nada. Tienen mucha prepotencia. Su actitud es de que las cosas están así y así se van a quedar. Se ríen en nuestra cara.

¿Ve posibilidad de que lleguen a un acuerdo y se arregle?

Si las administraciones no se ponen serias, no. El Gobierno tiene que obligar a que las empresas hagan los planes de riesgos laborales. El Govern también debe hacer, pero de verdad, el estudio de ergonomía y el psicosocial para que vean cómo estamos y cómo nos tratan. Hay dueños de hoteles que no saben cómo están sus trabajadores. Ponen un director o una gobernanta que machacan a los trabajadores. ¿Quién vigila esto? Hace falta mucho más control por parte de las administraciones y de los dueños. Que se impliquen y se informen de cómo estamos, que somos los que les estamos haciendo ganar dinero. Es tan simple como eso.

El día que se reunieron con la directora de Trabajo del Govern explicaron que fichan a la hora de salir pero que luego siguen haciendo habitaciones.

Sí, aunque no es mi caso. En muchos hoteles aún no fichan y en otros lo hacen en papel, que no va a ningún sitio. Coaccionan a las mujeres para poner una hora que no es la real de salida. ¿Quién está ahí para defenderlas si se niegan a poner la hora que les exigen?

¿Tiene compañeras que hayan dejado el trabajo?

Sí, muchas que han hecho lo posible por dejar el trabajo. Yo también lo quiero hacer, no sé dónde iré, pero lo quiero dejar. Algunas tenían otra cosa cuando se fueron, pero muchas se van porque ya no pueden más, están enfermas, con la edad que tienen ya no las contratan en ningún sitio y les queda una paga miserable. Eso es lo que nos llevamos después de destrozarnos para enriquecer a los hoteleros.

Hay partidos y políticos que les muestran su apoyo. ¿Es de verdad o postureo?

Hay de todo. Hay quien nos quiere ayudar, pero no depende de ellos. Ya no nos creemos nada de ninguno. No nos están demostrando nada. La directora general de Trabajo está haciendo estudios, lo agradecemos, pero no tenemos tiempo que perder mientras ellos hacen estudios. Queremos ver hechos ya.

¿Qué le piden?

Que ponga personal que no tenga nada que ver con los empresarios y que vayan detrás de nosotras, no en todos los centros porque es imposible, y vean cómo echamos el día. No sólo un rato, eso no vale, toda la jornada laboral.

Dicen que están en peligro de extinción, ¿no hay jóvenes?

Muy pocas y la mayoría de las que empiezan están un día, como mucho, y no vuelven nunca más. Me alegro mucho porque éste no es trabajo para una criatura. Es muy duro.

Si en vez de mujeres fueran hombres, ¿estarían como están?

Cada día hay más hombres. Como somos mujeres nos tienen discriminadas. Si hubiera más hombres esto no estaría así.

¿Qué considera éxito de la huelga?

Para mí ya es un éxito concienciar a las mujeres de que deben luchar por su dignidad. La huelga ya ha sido un éxito, aunque no la secunde el 100% de las trabajadoras.

¿Tendrá seguimiento?

Creo que la mayoría no se van a atrever. Además, a las que viven en el hotel el empresario está en su derecho de negarles pasar la noche ahí y no te vas a quedar en la calle. Aunque estén en su derecho eso también es coacción. Tenemos la manifestación del domingo y ahí sí que espero que vaya mucha gente.