A medida que la sombra del denominado brexit durobrexit se acerca, el sector turístico pitiuso y sus instituciones muestran su temor a las consecuencias que un «cataclismo» en la economía británica podría tener para las Pitiusas. A 71 días de la fecha límite para la salida del Reino Unido de la Unión Europea, con o sin acuerdo, el gobierno británico de Boris Johnson no da señales de querer evitar el peor de los escenarios, lo que hace crecer la incertidumbre y el temor a lo que sucederá a partir del 1 de noviembre.

El vicepresidente de la CAEB José Antonio Roselló considera que un brexit duro «en general puede ser un cataclismo para la economía británica y europea», que tendría consecuencias muy diversas sobre las Pitiusas. Desde la Federación Hotelera, su gerente, Manuel Sendino, afirma que «no sería bueno para nadie». Los primeros efectos serían una devaluación de la libra y un frenazo de la economía británica.

Sobre el primer efecto, un posible hundimiento de la moneda, es en el que se centra el presidente del Consell de Ibiza, Vicent Marí: «El peor escenario sería una caída fuerte de la libra. Podría encarecer el producto turístico. Espero que los mercados no hundan la libra, porque si no seremos los primeros afectados». Roselló, por su parte, cree que los mercados hasta ahora han sido suaves con la moneda británica «porque no se han llegado a creer lo del brexit».

El peso del mercado británico

El peso del mercado británico

Tanto el hundimiento de la libra como un frenazo o recesión de la economía británica supondrían un problema para las Pitiusas. Cada año las islas reciben a más de 800.000 turistas británicos, lo que supone alrededor del 24% del total. En este sentido el presidente de la Cámara de Comercio pitiusa, Carlos Marí Mayans, es claro: «Si se devalúa la libra a la gente le costará más salir. Se notará en la llegada de turistas británicos. En el peor de los casos será muy difícil evitar una fuerte bajada, si no algo peor».

Para los hoteleros a «Ibiza le irá peor» con una salida sin acuerdo. «Un brexit duro supondrá más barreras y más distancia, y eso no es bueno para los negocios», explica Sendino, que sin embargo es escéptico: «Dudo del brexit duro. Nosotros estamos para vender, los turoperadores están para vender y los turistas quieren viajar. Si todo eso se mantiene así ya nos apañaremos para hacerles venir. Hay que ser optimista».

En todo caso, todos están de acuerdo en esperar una posible bajada de turistas procedentes del Reino Unido para las próximas temporadas. «A corto plazo es imposible sustituir al mercado británico. Se tendría que hacer promoción en otros mercados, cosa que debemos hacer de todas formas, pero se trata de un mercado estratégico, principal que debemos cuidar y mantener. Llevamos años con pérdidas del mercado alemán y deberíamos acudir al holandés, francés... pero sustituir al británico a corto plazo es inviable», explica Marí.

Por su parte, Marí Mayans, apunta a oriente: «Yo haría un esfuerzo en China. Es un mercado muy grande. Junto con los japoneses, vienen mucho a España pero no aquí. Quizá podríamos convencer a algún turoperador chino para que incluyesen Ibiza en sus paquetes».

Además de la pérdida de poder adquisitivo de los turistas británicos en las islas -derivada de la devaluación de su moneda- y de una situación económica que les retraiga a la hora de comprar vacaciones, otros factores que complicarán la situación serán los que se deriven de la salida del espacio de libre circulación de personas y de capitales. Si bien es cierto que Reino Unido nunca firmó Schengen, el espacio común europeo garantizaba una serie de facilidades a la hora de viajar, como no necesitar visado para moverse por Europa. Con un brexit duro esto podría cambiar según el país de destino.Vueling e Iberia

Vueling e Iberia

Este escenario afectaría también a las conexiones aéreas entre Reino Unido y la Unión Europea. Los derechos de tráfico se revocarían en el caso de un brexit duro, por ello Bruselas y Londres anunciaron en marzo pasado una prórroga de un año para las conexiones aéreas. Una vez se cumpla el año se tendrán que negociar de nuevo.

Por otra parte, las compañías aéreas británicas que operan vuelos en Europa fuera de Gran Bretaña (un Ibiza Madrid por ejemplo), deben crear divisiones en Europa para poder operar. La mayoría de ellas, como EasyJet ya lo han hecho, pero hay dos aerolíneas de las que no está clara su situación, como son Vueling e Iberia, que en su día pasaron a formar parte del grupo británico IAG propietario, también, de British Airways.