La autovía entre Ibiza y Sant Antoni registró en la noche del jueves al viernes pasado un nuevo atropello. Esta vez la víctima fue un perro pastor alemán, arrollado por un vehículo a la altura del Gros Mercat. Un conductor que circulaba en la misma dirección paró el vehículo con el objetivo de evitar que el animal fuera atropellado de nuevo.

El accidente tuvo lugar alrededor de la medianoche del jueves, cuando el perro invadió la autovía. El conductor y testigo del atropello no pudo seguir sin hacer nada, así que paró y se bajó de su vehículo. Colocó los preceptivos triángulos de emergencia señalizando la zona y vistiendo el correspondiente chaleco reflectante intentó ordenar el tráfico para evitar que el animal fuese atropellado de nuevo. «Había muchísimo tráfico. Cuando paré el perro estaba vivo», explicó el testigo a Diario de Ibiza.

Según su relato, a los pocos minutos se pararon una mujer y su pareja para asistir al perro. «Me prestaron otro triángulo de señalización. También paró un taxista», aclaró.

Precisamente, la mujer fue la que usó su móvil para llamar a la Policía Local de Santa Eulària. Desde el Ayuntamiento confirmaron que alrededor de las doce y veinte de la madrugada una mujer llamó al retén de la Policía Local para informar de que habían atropellado a un perro grande en la zona de Can Negre. «Al no comunicar que el animal impedía la normal circulación del tráfico, se dio aviso a Can Dog, que son los que tienen asignado el servicio de recogida de animales perdidos, abandonados o heridos», informaron desde el Consistorio.

Una noche complicada

Una noche complicada

La Policía Local de Santa Eulària tenía el jueves una noche ajetreada. Al recibir la llamada, los agentes evaluaron el incidente como de baja urgencia, puesto que en esa misma noche estaban atendiendo otros servicios de mayor prioridad y con potencial peligro para las personas, explicaron desde el Ayuntamiento de Santa Eulària.

Aunque la autovía de Sant Antoni es jurisdicción de la Guardia Civil, ese tramo en concreto está dentro de los 300 metros de carretera que gestiona el Ayuntamiento de Santa Eulària por ser una travesía del barrio de Can Negre. Sin embargo, desde la Oficina Periférica de Comunicación (OPC) de la Guardia Civil informaron de que la base de Ibiza no recibió comunicación alguna para acudir a ese incidente. Además, como en el caso de la Policía Local, los agentes del instituto armado estaban teniendo una noche ocupada con servicios prioritarios en diferentes puntos de la isla.

Tras varios intentos infructuosos, desde el retén de la Policía Local lograron comunicar con Can Dog a las 0.33 horas. Minutos más tarde, la furgoneta del servicio de protección de animales llegó al lugar del accidente. «Cuando llegamos había una caravana muy grande de coches. De hecho, nos costó llegar. Al llegar el perro había muerto por un golpe en la cabeza», explicó el responsable de Can Dog, José Aranda.

A pesar de que el conductor que paró primero para organizar el tráfico creía que el perro seguía con vida, Aranda confirmó que ya había muerto. «Es verdad que desde que yo llegué hasta que llegaron los de Can Dog pasaron bastantes minutos y en ese tiempo yo estaba más pendiente de controlar el tráfico y de evitar que pasaran por encima del perro que de como estaba [el animal]».

Aranda confirmó que con el lector correspondiente se comprobó que el perro tenía chip identificador. «Sí tenía chip. Así que se localizó y avisó a la dueña, que vendrá a recogerlo», explicó Aranda. Can Dog es la empresa responsable del servicio de recogida de animales en los municipios de Sant Joan, Sant Antoni y Santa Eulària.

Menos atropellos

Menos atropellos

En cuanto a este tipo de accidentes, Aranda aseguró que la temporada de 2019 está siendo tranquila. «Este año vamos bien. Si no me equivoco, el pastor alemán es el primer atropellado este año. El año pasado en verano recogimos 6 ó 7. En Ibiza lo que pasa es que tenemos mucho conductor que en su tierra no tiene coche», aclaró Aranda.

Sin embargo, tras parar y recoger al pastor alemán en el tramo de Can Negre, la noche no había acabado para los trabajadores de Can Dog: «Después de recoger a este atropellado aún tuvimos que acudir a por dos perros más que estaban perdidos», explicó.

Según Aranda, la mayoría de los perros que recogen están perdidos y por lo tanto tarde o temprano vuelven con sus dueños: «Yo diría que entre el 90 y el 95% son perros perdidos. Luego hay un porcentaje de abandonados. En nuestras instalaciones tenemos alrededor de los 100 perros», concluyó Aranda.