El azul de las aguas litorales de las Pitiüses es mundialmente conocido y reclamo de miles de turistas que visitan nuestras islas. Sin embargo, las depuradoras y redes de saneamiento de la isla de Ibiza no se han modernizado al mismo ritmo que el fuerte incremento de la población turística y residencial de las últimas décadas. Como resultado, el 25% de las playas de Ibiza han perdido su categoría de calidad de baño y una de cada tres han tenido eventos de contaminación fecal puntual en la temporada 2018. La bahía de Sant Antoni ha sido la franja litoral con mayor pérdida de la calidad de las aguas de baño. En este sentido, el proyecto de mejora de la fachada litoral cofinanciado con el impuesto de turismo sostenible debería mejorar la obsoleta red de saneamiento de la zona. En las playas de la bahía de Ibiza y su entorno la única solución es finalizar urgentemente la nueva depuradora de Ibiza para que las aguas de baño recuperen su excelencia.

El origen de la pérdida de calidad de las aguas de baño

Durante los últimos veranos han sido noticia eventos de contaminación fecal en diversas playas de la isla. Ses Figueretes, Cala Vedella, Cala de Bou o s'Arenal han sufrido vertidos fecales por diversas causas, aunque todas ellas tienen el denominador común de infraestructuras de saneamiento deficientes. La playa de ses Figueretes tuvo dos eventos de contaminación fecal el pasado verano con valores de la bacteria Escherichia coli superiores al límite establecido por el Real Decreto 1341/2007 sobre la gestión de la calidad de las aguas de baño. Una posible causa es la nueva ubicación del emisario de la depuradora de Eivissa. Su prolongación fuera de la bahía de Talamanca ha posibilitado la mejora de la calidad de las aguas de baño de esta bahía pero provoca una posible contaminación fecal por el transporte de las aguas residuales hacia la zona de ses Figueretes y Platja d'en Bossa. Se debe recordar que este emisario vierte aguas residuales deficientemente depuradas de la obsoleta depuradora de Ibiza. Así, este vertido constituye el caudal del 40% de las aguas residuales de la isla similar al vertido semanal del volumen del tamaño del polideportivo de sa Blanca Dona.

En el caso de Cala Vedella, esta playa sufrió el pasado verano un evento de contaminación fecal que triplicó los valores de bacterias fecales establecidas por la mencionada normativa. En esta playa han sido recurrentes las quejas vecinales por la contaminación fecal y obligó a la Fiscalía de Ibiza a abrir diligencias el pasado enero para «determinar la naturaleza y circunstancias de los hechos así como la identidad de las personas que en los mismos hubieran participado». Presuntamente, la depuradora privada cercana a la playa estaba vertiendo aguas residuales a la playa. Estas instalaciones, cuyo propietario es la empresa Urbanizadora Mediterránea S.A. depura las aguas residuales de la urbanización de Cala Vedella y está en proceso de ampliación actualmente.

El origen de la contaminación fecal de las playas de la bahía de Sant Antoni es el obsoleto colector de fecales del núcleo turístico de Cala de Bou. Este colector data de los años 70 y está muy deteriorado. Durante los últimos años se han producido múltiples vertidos incontrolados de aguas residuales por roturas de este colector. Destaca el vertido de cientos de toallitas húmedas por el atasco sufrido en la estación de bombeo de Caló de s'Oli. Además, la fuerte presión de embarcaciones náuticas puede ser otra causa de contaminación fecal por el vertido de las aguas residuales de sus sentinas al medio marino. Como resultado, nueve playas de la bahía de Sant Antoni, desde Cala Gració hasta Cala Bassa, sufrieron días de contaminación fecal el pasado verano.

Hacia la excelencia de las infraestructuras de saneamiento

La excelencia de la isla de Ibiza como destino turístico pasa por la modernización y mejora de las infraestructuras de saneamiento para garantizar una excelente calidad de las aguas de baño. Las buenas noticias son que durante el presente verano hasta el 31 de julio únicamente ha habido eventos de contaminación fecal en la playa de s'Arenal y en la playa de Sant Miquel. Sin embargo, la pérdida de la calidad de las aguas de baño persistirá mientras no se finalice la nueva depuradora de Ibiza y se mejoren las infraestructuras de saneamiento de la isla de Ibiza.

La puesta en marcha de la nueva depuradora de Ibiza debe ser una realidad de manera urgente. Los medios de comunicación publican periódicamente noticias sobre el retraso en la ejecución de la nueva depuradora. En este sentido, son muy preocupantes las últimas declaraciones del anterior gerente de Abaqua, empresa pública del agua del Govern balear responsable de las depuradoras públicas de Balears. Cabe recordar que la necesidad de construir una nueva depuradora se remonta al año 2008, cuando el Ejecutivo aprobó construir la nueva depuradora de sa Coma. En cambio, a pesar del elevado retraso, el gerente de Abaqua anunciaba que la nueva depuradora no estará operativa hasta el 2023, quince años después de ser aprobada su construcción.

El futuro paseo marítimo de la bahía de Sant Antoni, cofinanciado con el impuesto de turismo sostenible y las entidades locales, deberá resolver la renovación de las infraestructuras de saneamiento como el colector y estaciones de bombeo. De esta manera se podrá acabar de una vez con los frecuentes vertidos fecales a las playas de la bahía de Sant Antoni. También el impuesto de turismo sostenible va a posibilitar la construcción de la nueva depuradora de Portinatx. En este sentido, la Alianza por el Agua reclama que el mencionado impuesto priorice la inversión en la modernización de la red de saneamiento para resolver de manera urgente los problemas de vertidos fecales.

Sin embargo, no se debe olvidar la recaudación del canon de saneamiento en la isla de Ibiza por parte del Govern balear que debería revertir en igual medida en la isla con inversiones para el mantenimiento, explotación y mejora de las infraestructuras de saneamiento. En conclusión, toda inversión pública es necesaria para poner al día el sistema de saneamiento de la isla. También, todos los sectores de la sociedad ibicenca debemos debatir los límites de crecimiento para garantizar la sostenibilidad de la isla y la excelencia de nuestras playas.