Las camareras de piso de Ibiza y Formentera lo tienen claro: seguirán con la convocatoria de huelga para los próximos 24 y 25 de agosto porque se sienten «superexplotadas». Así lo afirmó Milagros Carreño, portavoz de Unión Kellys en las Pitiusas, tras la reunión mantenida ayer por la tarde con Virginia Abraham, directora general de Salud Laboral, y Rubén Castro, director del Institut Balear de Seguretat i Salut Laboral (Ibassal). «Están haciendo mucho esfuerzo, pero la huelga no va en contra del Govern», indicó Carreño, que destacó que el paro pretende llamar la atención de los hoteleros: «Llevan muchos años haciendo lo que les da la gana. Estamos superexplotadas. No podemos consentir el trato que nos están dando».

Carreño recordó que lo que necesitan es que se regule de forma efectiva la carga de trabajo del colectivo. «El único que puede obligar a los empresarios a que cumplan con la ley es el Govern», recalcó la portavoz. Abraham explicó que este verano se han puesto en marcha dos campañas de inspección en establecimientos de Ibiza y Formentera que se concretarán en 29 actuaciones (125 en el total de Balears) específicas para las camareras de piso. Además, explicó que se está elaborando un estudio sobre las cargas de trabajo «para aplicarlo de manera inmediata».

«En una visita de un momento no se puede evaluar el trabajo desde que entramos hasta que salimos ni el tiempo que tardamos en hacer cada cosa. Deben ver que limpiamos zonas comunes, contar las veces que bajamos a la lencería o a buscar material o que cargamos un carro que pesa más de cien kilos todo el día», reiteró la portavoz de las camareras de piso, que denunció que algunas compañeras tienen que limpiar «hasta 37 habitaciones» en una sola jornada. «Y algunas con once salidas, en las que tardas media hora en cada una porque tienes que limpiar a fondo. Y luego te quedan, mínimo, otras doce», continuó Carreño, que denunció que es el empresario el que decide, sin que haya ningún control, el número de habitaciones que deben asear las trabajadoras.

Las trabajadoras confían en llegar a un acuerdo con la patronal y desconvocar la huelga en la reunión en el tribunal de arbitraje y mediación prevista el próximo día 14. «Depende de lo que se hable habrá paro o no. Necesitamos soluciones inmediatas, nuestro cuerpo y nuestra salud no pueden resistir más estudios ni reuniones. No podemos perder más tiempo», continuó la portavoz del colectivo mientras cerca de una decena de compañeras asentían con la cabeza.

Desde que convocaron la huelga no han recibido noticia alguna de los hoteleros: «Ellos y los sindicatos mayoritarios están muy calladitos». Carreño criticó que los empresarios las tratan de forma diferente al resto de sus compañeros: «En cocina, por ejemplo, acabas tus ocho horas y te vas a casa. Nosotras no. Nos ponen las habitaciones que les da la gana y hasta que no acabamos no podemos irnos». En este sentido, la portavoz de las kellys pitiusas denunció que muchas de ellas hacen hasta tres horas extras cada día para poder concluir esa carga de trabajo. Más de una vez han pensado en irse dejando habitaciones por hacer al acabar su jornada, pero no lo han hecho «por miedo». «Deberíamos hacerlo todas, si lo hace una sola van a por elle. La echan o le hacen la vida imposible para que se vaya», continuó. Estas horas extras, afirmó, «ni se pagan ni quedan reflejadas»: «Ahora, con lo de fichar, a la hora te dicen que bajes y firmes, pero luego vuelves a tu piso y sigues trabajando. Alguien tiene que parar esto ya».