El caudal, continuo y permanente de agua dulce, que se producirá en la futura depuradora de sa Coma desde una elevación cercana a la ciudad de Ibiza hasta al mar, será similar al de un río natural de montaña. Es decir, la nueva depuradora producirá 9,12 hectómetros cúbicos al año, más de cuatro veces más del agua utilizada por la agricultura de Ibiza en la actualidad (1,75 hm3/año), sector que sufre irremediablemente la sequía y la escasez hídrica por el actual agotamiento de los acuíferos por la fuerte demanda urbana.

El agua regenerada de la depuradora podría garantizar los recursos hídricos para la agricultura ibicenca y promover nuevos desarrollos agrícolas. De esta manera, se podría potenciar esta actividad económica con el consiguiente beneficio para la economía de Ibiza, la conservación del paisaje y la promoción del producto local.

La nueva depuradora de Ibiza: del problema a la oportunidad.

El jueves 12 de octubre del año 2006 fue portada en el Diario de Ibiza el anuncio de la compra de terrenos en sa Coma para la construcción de la nueva depuradora de Ibiza. Trece años después, el gerente de la empresa pública Abaqua anunciaba recientemente en los medios que no garantizaba que la depuradora de Ibiza esté operativa en 2023. Es decir, posiblemente pasarán 17 años desde que se determinó la necesidad de construir una nueva depuradora y su puesta en funcionamiento. Mientras tanto, la actual depuradora de Ibiza vierte agua contaminada a la bahía de Talamanca con un evidente perjuicio en la calidad de las aguas de baño de su entorno (Playa d'en Bossa, Figueretes y Talamanca). Además, la ubicación de la nueva depuradora, a una cota de 100 metros, implica un elevado coste energético para bombear en primer lugar el agua residual a la depuradora para que pueda ser depurada.

Las buenas noticias son que en el momento en el que los responsables públicos decidieron realizar una instalación de un coste astronómico de cuarenta millones de euros a cota 120 metros, con el consiguiente gasto energético que supone el subir las aguas sucias a esa altura, alegando que era el único sitio en el que no causaría molestias a los vecinos, no se dieron cuenta de que estaban poniendo el germen de lo que puede ser una oportunidad única para conseguir recuperar el campo ibicenco, tantas veces fotografiado, y vendido en múltiples ferias turísticas para atraer nuestra principal fuente de ingresos.

Así, la posición elevada de la nueva depuradora supone poder distribuir el agua regenerada por gravedad sin ningún tipo de coste energético a gran parte de la isla de Ibiza. Lo que en su momento fue un problema de ubicación, se ha convertido en una gran oportunidad de reutilización que puede poner punto y final a la severa sequía que sufre nuestra Isla. De esta manera el campo ibicenco podría volver a ser rentable y sostenible, ya que podríamos pasar de una agricultura de secano, siempre a merced de una climatología cada vez con episodios más extremos de sequía, a una agricultura de regadío que hará rentable unas explotaciones agrícolas actualmente en regresión, es decir, hemos pasado de un gran problema, a una gran oportunidad para recuperar el paisaje agrícola y forestal de Ibiza.

Agua regenerada para la agricultura, la ciudad y la mejora del medio ambiente.

Todo lo anterior, actualmente en la nebulosa de las ideas y proyectos, exige que la sociedad ibicenca se ponga a trabajar, que los responsables públicos impulsen las inversiones necesarias para la creación de una balsa de riego junto a la instalación de la nueva depuradora de Sa Coma así como la construcción de la red de suministro del agua regenerada. También es necesario que los ciudadanos nos involucremos en la reutilización del agua sea una prioridad dejando pasar la red de suministro para el riego por nuestras propiedades. Finalmente, es fundamental organizar a agricultores, ayuntamientos y hoteleros para que crear comunidades de usuarios de agua regenerada para usos agrícolas, así como riegos de parques y jardines, baldeo de calles o recuperación de humedales y acuíferos.

El uso de agua regenerada de la depuradora de sa Coma daría un vuelco a la actual escasez hídrica que amenaza el futuro de la agricultura de Ibiza. Esta depuradora producirá 9,12 hm3 al año, más de cuatro veces más del agua utilizada por la agricultura de Ibiza en la actualidad (1,75 hm3/año). De esta manera, habrá agua suficiente para la agricultura de secano actual y se podría promover nuevos regadíos en las llanuras del pla de Vila o pla de Sant Jordi que históricamente albergaban productivos campos de regadío. A ello se sumaría, la posibilidad de regar los parques y jardines urbanos y realizar el baldeo de calles con agua regenerada. Cabe recordar que este uso urbano se realiza actualmente con agua potable de acuífero o de desaladora.

El agua regenerada también supondría volver a dar vida a los humedales más importantes de la isla de Ibiza. Tanto los humedales de ses Feixes en Talamanca como los estanques de sa Sal Rossa, en ses Salines, podrían recibir agua regenerada y recrearse ecosistemas acuáticos dulces y salobres que existían históricamente. También se podría emplear agua regenerada para la recuperación de los acuíferos mediante su inyección controlada y de esta manera revertir el grave estado de sobreexplotación y salinización de los acuíferos. Además, supondría tener unas reservas hídricas para situaciones de sequía o de fuertes demandas urbanas estivales.

Es responsabilidad de la sociedad ibicenca el requerir a nuestros gobernantes que no dilapiden un recurso tan preciado como el agua, y que se realicen de manera urgente aquellas infraestructuras que sean necesarias para la reutilización. Ademá0,s es responsabilidad de la sociedad ibicenca colaborar en la reutilización, ya que ello supone un bien común del cual nos beneficiamos todos. Lo más importante es dar a nuestros hijos una Isla en la que poder vivir de forma sostenible, y no una Isla expoliada y con sus recursos naturales agotados, todo ello desde la perspectiva de que no hay problemas, sólo soluciones.