El Consell de Ibiza ha sido incapaz, en el último año, de impedir que continúe alquilándose en Airbnb una caseta de piedra situada entre Sant Rafel y Sant Antoni que no cumple con ninguno de los requisitos legalmente exigidos como alojamiento turístico. Se trata de un viejo corral con capacidad para dos personas que hace un año fue denunciado ante el Consell (y a través de las redes sociales) porque, para empezar, ni siquiera tenía techo ni ninguna condición de habitabilidad.

«Durante la noche podrá dormir bajo las estrellas», afirmaba el anuncio de esta infravivienda, por el que se pedían 128 euros al día. En su interior había una cama de matrimonio, un tocador y un espejo.

La persona que denunció este alojamiento en el Consell ha ido facilitando a lo largo de este año diversos datos para que el departamento de Turismo no tenga problemas para identificar a la arrendadora ni para encontrar la localización exacta de este cuchitril. Todo ha sido en vano, porque a día de hoy no solo sigue alquilándose, sino que incluso se han realizado obras de reforma y consolidación.

Ya tiene techo

Ya tiene techo

El anuncio que Airbnb cuelga actualmente sobre este alojamiento lo muestra ya techado, con el exterior remozado y el interior mejorado.

Un portavoz del nuevo equipo de gobierno del Consell de Ibiza explicó ayer a este diario que todavía no han podido aclarar la situación de este expediente en el departamento de Turismo, pero añadió que también se actuará desde el punto de vista urbanístico, una vía que, al parecer, el anterior equipo no abordó para actuar contra este alojamiento ilegal.

La conselleria de Territorio que dirige Mariano Juan tiene previsto crear una Oficina contra el Intrusismo «precisamente para casos como este», en el que se actúe de forma coordinada contra este tipo de infracciones, tanto desde el punto de vista turístico como también turístico.