Habían transcurrido 25 años desde que el Estado aceptara la donación hasta que se abrieron las puertas de la noble casona de Dalt Vila. Un cuarto de siglo da para mucho. Las obras o no empezaban o se eternizaban. Surgieron algunos problemas y había propuestas que no gustaban y el paso del tiempo corría en contra de la apertura. Debo a la gentileza de la directora del museo, doña Elena Ruiz Sastre, la información y los datos que transcribo a continuación, según los cuales el Ministerio de Cultura invirtió en Can Comasema, desde 1997 hasta el año 2007, la cantidad de 1.521.277,08 euros.

Aquel año de la inauguración, la vida política estaba muy agitada. En el Consell, el Partido Popular tenía la mayoría, pero el Ayuntamiento de Vila estaba gobernado por el Pacte de Progrés (izquierdas). Tuvieron la gentileza de invitarme a la apertura del museo como conseller, pero la delegación del Ministerio de Cultura, desde la que habíamos gestionado toda la donación que forma el Museo Puget, no aparece para nada en el informe donde consta hasta el apuntador. La verdad que no le doy mayor importancia. Pero he querido que constara en acta en estas memorias.

Pese al tiempo transcurrido y ya que hablamos del Museo Puget, quiero recordar y dar las gracias a mis colaboradores de entonces por lo que me ayudaron, especialmente en esta y otras acciones. En primer lugar a Victorina Calbet Roselló, la secretaria que tuve en Cultura aquellos años que estuvimos en la Casa de la Iglesia y en el edificio del Pereira. Victorina era la perfecta colaboradora, puntual, eficaz y discreta. Juntamente con Pilar Veglison, el arqueólogo Juan Ramon, mi amigo Toni Arabí, Jesús Núñez Pérez-Galdós, Jordá y María Bonet. Estos tres últimos provenían de la extinguida Falange. Junto al conserje, Juanito Escandell, formábamos un equipo que solía terminar la jornada de los viernes, a las tres de la tarde, tomando, juntos, el aperitivo en el frontero y ya desaparecido Bar Domingo. Por cierto y para acabar este apartado que hace referencia a los pintores Puget, decir que don Jesús Núñez fue quien bautizó -quiero decir puso título- la mayoría de los cuadros de la donación. Para todos, mi recuerdo y gratitud.