La estancia media de los turistas sigue cayendo año a año. La de Sant Antoni y la bahía ya se sitúa «en los dos días, a lo sumo tres», según detalló ayer Ana Gordillo, presidenta de la Federación Hotelera pitiusa, tras la asamblea general que los empresarios de esa zona de la isla mantuvieron por la mañana en un alojamiento de Cala de Bou.

«Se reduce -indicó Gordillo- cada vez más. Ahora, la media es de dos noches en Sant Antoni, a los sumo tres. Es la tendencia. Ahora, las estancias son cada vez más reducidas». Además, han notado que «mucha gente se aloja por zonas», repartiendo sus vacaciones: «Están unos días en Sant Antoni, otros en Ibiza... Se van moviendo». Y eso supone «más carga de trabajo, más salidas al día. Antes se pasaban una o dos semanas en el hotel. Ahora hay salidas cada jornada».

Gordillo mostró su satisfacción por el dato de ocupación de Sant Antoni en junio (88,2%), conocido ayer, pues ha subido un 3,6% respecto a 2018: «Es positivo, un reflejo de todo el esfuerzo y trabajo que hemos estado haciendo estos últimos años para cambiar el modelo turístico y mejorar nuestra oferta».

En el conjunto de la isla (88,4%) ha subido apenas un 0,3%: «La tendencia y previsión es que esta temporada será como la del año pasado. Los años 2016 y 2017 fueron excepcionales y por eso el objetivo es consolidar el destino. Por ahora lo estamos consiguiendo».

Ventas ralentizadas

Ventas ralentizadas

Los dos próximos meses se presentan complicados, especialmente agosto: «Ojalá se mantenga la ocupación. Pero es difícil. Sobre todo porque la temporada alta viene con las ventas ralentizadas y a día de hoy nadie puede colgar el cartel de completo», según Gordillo.

Los hoteleros lo tienen cada vez más complicado. Ya no es como cuando prácticamente daban las llaves de sus hoteles a los turoperadores y sabían, desde el comienzo de la temporada, el resultado final de sus cuentas: «La tendencia es a que la gente reserve sus vacaciones con menos tiempo de antelación, a última hora, sobre todo con la fuerza que han cogido canales como Booking o Expedia. La gente decide ahora en el último minuto dónde se va de vacaciones, cómo y a qué precio. Eso nos repercute a la hora de hacer previsiones. Hasta que no acaba la temporada ya no podemos decir si ha ido bien o mal».

¿Significa eso que deberán bajar precios, o «ajustarlos», que es como un hotelero de la bahía se refiere a los descensos moderados? «Si hay que poner ofertas, se pondrán. La mayoría no está haciéndolas aún», afirma la presidenta, que advierte de que no hay que dejarse arrastrar por los saldos de destinos como Egipto, Turquía o Túnez: «Hay mercados que se están recuperando y están a precios muy competitivos. Nosotros no podemos ni debemos entrar a competir. Con las inversiones hechas en nuestros hoteles no podemos entrar en una guerra de tarifas con países que intentan abrir sus mercados». Apuesta por «consolidar» el mercado de la isla y que «la gente que venga a Ibiza lo haga porque quiere veranear en la isla, no por el precio».

Respecto al nuevo conseller de Turismo, Vicent Marí, que será además presidente de la institución, Gordillo espera entrevistarse pronto con él para tratar el alquiler ilegal de pisos con fines turísticos: «Tendremos que hablar con él para ver cómo piensa gestionar esta guerra y cómo va a ponerle freno. El anterior conseller hizo algo, marcó el camino, pero esperamos que ahora siga de manera más contundente, pues la Administración tiene medios de sobra para tener más de siete inspectores controlando el alojamiento ilegal».

Considera que esa práctica debe ser «parada ya de forma contundente y radical. El propietario de pisos debe tener miedo a que estén detrás de él y le pongan una multa considerable».