La presidenta de la Federación Hotelera de Ibiza y Formentera (Fehif), Ana Gordillo, prevé que las cifras de ocupación en temporada alta «van a ser muy similares a las del año pasado» y, a falta del balance definitivo a final de mes, destaca que la primera quincena de junio las cifras de Sant Antoni «están mejor que las del año pasado por estas fechas». Por su parte, el vicepresidente para las Pitiusas de la Confederación de Asociaciones Empresariales de Balears (CAEB), José Antonio Roselló, advierte de que «está costando vender las reservas» de julio y agosto, pero matiza que «también había unas previsiones muy agoreras para mayo y junio que, al final, no se han materializado».

En cualquier caso, los cambios en el mercado turístico y el aumento de compras a última hora «en canales directos como Booking o Hesperia están provocando que cada vez sea más difícil anticiparse y hacer previsiones, porque en pocos días pueden hacer que cambie todo», subraya Gordillo. Sin embargo, «todo apunta» a que vamos a tener una temporada muy parecida.

«El año pasado hubo un ligero descenso, pero es que veníamos de cifras muy altas», recuerda la presidenta de la Fehif, que advierte de que hay que evitar comparaciones con las cifras históricas alcanzadas en los años 2016 y 2017. «La temporada pasada se produjo un ajuste, porque no se puede estar siempre creciendo y lo que debemos intentar ahora es mantenernos igual que el año anterior, que sería muy positivo».

Reservas de última hora

El vicepresidente de la CAEB, que también es hotelero, además de economista, también recalca que, en el mercado actual, las previsiones de ocupación ya no quedan claras antes de la temporada. «Ahora la gente contrata muy tarde, sobre todo en mercados como el británico, en el que las reservas de última hora suponen entorno al 71%», detalla Roselló.

«Pero hay una constante que se está viendo desde principios de año y es que nos cuesta mucho vender, las perspectivas no son las mismas que hubiéramos tenido dos años atrás». De esta manera, Roselló prevé que, en temporada alta, esta ritmo de ventas «llevará a que se hagan ajustes puntuales de los precios, pero que no quiere decir que se trate de una bajada de precios generalizada». «Ahora mismo, estamos en una situación difícil en las ventas, pero no terrible», sentencia el representante de la patronal.

«Veníamos de años muy buenos y no se puede estar siempre en la cresta de la ola», puntualiza Roselló. Además, en estos momentos «han aparecido nuevos mercados, hay una desaceleración económica y elementos de incertidumbre como el brexit».

A pesar de estas coyuntura adversa, «al mismo tiempo, la marca Ibiza se encuentra en muy buena posición internacional y, donde están sufriendo más es en Mallorca». «Las perspectivas para el mes de mayo y junio eran muy agoreras en el caso de Eivissa y, finalmente, no se han cumplido», destaca Roselló.