25 años

Cuando los grandes supermercados de Ibiza se contaban con la mitad de los dedos de una mano, el almacén central de Hipercentro (en la carretera de Sant Antoni), el primero que hubo en la isla, quedó destruido por un voraz incendio. La noche del 17 de junio de 1994, a las 23 horas, las llamas redujeron a cenizas su estructura y contenido. Nada pudieron hacer los bomberos, si bien nadie salió herido.

El fuego comenzó en las oficinas y se propagó a las estancias vecinas (que hasta poco antes pertenecían al concesionario Opel), en las que se almacenaban toneladas de productos para su venta, tanto allí como en los siete super Sa Compra de la isla. Hubo que cortar el tráfico debido a las pequeñas explosiones que se producían. Coincidió el incendio con el momento en que el almacén estaba a rebosar para hacer frente a la demanda de los meses punteros de la temporada turística. De ahí que se calcularan unas pérdidas de 400 millones de pesetas (2,4 millones de euros).

La suma podría haber sido aún mayor si las llamas hubieran alcanzado la superficie comercial o la nave que, hasta un año antes, albergó la redacción y rotativa de La Prensa de Ibiza, ya que en ella aún se conservaban varias bobinas de papel. Afortunadamente, fueron controladas a tiempo y los sistemas contraincendios funcionaron correctamente.

Aquella semana se supo que el Ministerio de Defensa estudiaba suprimir parte de sus instalaciones militares. Sa Coma, frente al Hipercentro, tenía los días contados.

50 años

Inauguración del Festival Club. El 21 de junio de 1969, se inauguró el Festival Club, un recinto (al que denominaban sala de fiestas-cortijo) adosado a una ladera de Sant Agustí como si se tratara de un teatro romano. No es de extrañar, pues, que la empresa hablara de «una gran obra en su género, única en Europa». Hubo aquel día pase libre para los ibicencos, en agradecimiento a poder construir aquel mamotreto. Actuaron Nerudin, Mercedes Moreno y sus flamencos, Los Sayonara y Los Yonders. Es Diari le deseó «una próspera vida». Ahí siguen las ruinas.

75 años

Un arco del triunfo junto al refugio. El lunes 19 de junio de 1944 se celebró en Santa Eulària una solemne jura de bandera en la que participaron los reclutas del batallón de Infantería de la guarnición del pueblo. Se adornaron la plaza del Ayuntamiento y la calle Sant Jaume con guirnaldas de adelfas y mirto, flores y banderas nacionales, y «se levantó un gran arco de triunfo» adosado al «refugio allí existente». En él se podían leer, destacadas «con grandes caracteres», las palabras «¡Franco, Franco, Franco! ¡Arriba España!». Acabado el acto, las tropas desfilaron «muy marciales» y vitoreadas por el público. Las autoridades militares fueron invitadas a una copa de vino en el restaurante Royal.

Entre tanta pasión castrense, el 22 de junio se hacía pública la orden de que el himno nacional sólo se debía tocar en actos oficiales.

100 años

Prohibido disparar armas. Con San Juan muy cerca, el Ayuntamiento empezó a advertir de que lo de los petardos no podía volver a irse de madre, que al final era lo que sucedía cada año. En esta ocasión, el alcalde, Juan Hernández, emitió un bando el 17 de junio de 1919 en el que prohibió terminantemente almacenar o vender «cohetes de cualquiera clase que se les llame, fuegos de artificio, bengalas, mixturas inflamables, ni nada que pueda producir con su uso ilegal incendio o explosión». Lo hacía «dispuesto a que termine en el presente año la abusiva costumbre de disparar cohetes y armas de fuego» durante esos festejos. Han leído bien: prohibió disparar armas de fuego, algo que hoy en día sería inconcebible. Sólo permitía hacer fogatas «y disparar fuegos de artificio en sitios previamente fijados por la alcaldía». La traca de aquel año costó al Consistorio 340 pesetas (algo más de dos euros); el castillo de fuegos artificiales, 500 pesetas (3€).