Los vecinos del bloque número 7 de la calle General Joan Pereyra Morante de Vila vivían con total tranquilidad hasta este mes, cuando la llegada de unos okupas ha trastocado la normal convivencia en el portal. Estos okupas, que ya han sido objeto de varias denuncias por amenazas y por pinchar la luz, ofrecen además habitaciones en alquiler en el piso reventado y son numerosas las molestias causadas por las personas que acuden a alquilarlas. Según ha podido comprobar este diario, se trata de un joven que ya cuenta con otras denuncias por estafar a inquilinos que pagaban un adelanto para acceder a una casa que, después, resultaba haber sido okupada y que anunciaba con total impunidad en redes sociales.

Según consta en las denuncias presentadas por algunos vecinos, todos los problemas empezaron una tarde en la que oyeron ruidos en el portal. Según recoge el atestado policial, se encontraron la puerta de un apartamento abierta y con el bombín en el suelo. Acto seguido, apareció un joven gritando que el piso estaba vacío y que podían llamar a la Policía, porque llevaba más de 72 horas en el piso. Este okupa, que se identificó como J. C. O., también aseguraba a los agentes que no podían sacarle del apartamento y les mostraba un vídeo de su móvil como prueba de que había entrado en el piso tres días atrás.

A partir de ese momento, han sufrido constantes problemas de convivencia y amenazas por parte de este individuo y de otro joven del que sospechan que es su cómplice. Además de pinchar la luz de un domicilio del bloque y haber forzado la puerta de entrada, los okupas empezaron a recibir personas que visitaban el apartamento para alquilar alguna de las habitaciones.

Alquiler de habitaciones

Los vecinos han recibido llamadas en sus porteros automáticos de gente que les preguntaba si eran ellos los que alquilaban las habitaciones. Además, en una de las visitas de la Policía ante las denuncias de los vecinos, se encontraron con cuatro personas que testificaron que habían pagado a J. C. O. para vivir en esa vivienda.

En el apartamiento también reside otro inquilino amigo de J. C. O. y que los vecinos también han denunciado, ya que es el que se comporta de manera más amenazante ante la comunidad cuando han intentado recriminarles su actitud.

Según las denuncias presentadas, J. C. O. ha hecho gala en todo momento de que él había okupado el apartamento y ha llegado a arrojar 60 euros a la cara de una de las vecinas «por los gastos». La misma actitud ha mantenido ante los agentes cuando la Policía ha tenido que acudir al edificio tras las diversas denuncias que han presentado los vecinos, asegurando que el juez no podría echarle antes de nueve meses. Hace escasos días, J. C. O. salió del apartamento okupado con una maleta y, en tono burlesco, se despidió de los vecinos con los que se topó con palmaditas e informando de que regresaba a Valencia. Pero los estragos que ha causado J. C. O. no acaban en este edificio de Vila.

Otros casos de estafa

Según ha podido averiguar este diario, J. C. O. ha reventado como mínimo otras siete casas, a las que llegó a poner alarmas compradas a una misma empresa de seguridad, que ya ha empezado a retirarlas. El okupa empezó a poner anuncios en páginas de alquileres en Facebook o de compraventa de objetos, en las que ofrecía habitaciones o sus servicios para conseguir una vivienda. En estos casos, invitaba a los interesados a enviarle un mensaje por correo electrónico y anunciaba que el anuncio iba a ser borrado en doce horas.

Así, se dirigía a «toda persona necesitada de verda [sic]», aseguraba que tenía «dinero para reventar la isla» y que se comprometía «a daros una vivienda digna». En algunos mensajes, el okupa ironiza con que es agente inmobiliario o comercial de alarmas y empresas de seguridad. En otros anuncios, se limitaba a poner fotos de habitaciones y a describir la vivienda como si se tratara de un alquiler convencional. Poco después, aparecieron afectados advirtiendo de que se trataba de estafas.